domingo, 14 de enero de 2018

El ángel de la muerte


El ángel de la muerte 


El ángel de la muerte es el encargado de guiar a las almas a la próxima etapa o dimensión espiritual. Se le ha llamado por muchos nombres diferentes:

En la tradición judeo-cristiana, a los ángeles y arcángeles Miguel, Gabriel, Samael y Sariel se les ha dado el nombre de ángeles de la muerte.
La tradición musulmana le llama Azrael. Es el ángel de la muerte que escribe y borra los nombres de las almas. Los escribe cuando nacen y los borra cuando mueren.

El zoroastrianismo le llama Mairya al ángel de la muerte.
En la antigua Babilonia se le llamó Mot.
La tradición rabínica le ha llamado Yetzerhara, Adriel, Yehudiam, Abaddon, Sammael, Azrael, Metatrón, Gabriel, Mashhit, Hemah, Malach ha-mavet, Kafziel, Kesef y Leviathan.
Los judíos etíopes le llaman Suriel.

¿Un ángel bueno o malo?

Al ángel de la muerte se le ha visto como un ser severo vestido de negro que viene a llevarse el alma humana al más allá, o como un ser benévolo que provee alivio y guía a la hora de la transición.
Se piensa que el concepto del ángel de la muerte como una criatura temible se basa en las descripciones del Mal'akh ha-mavet en el Talmud. Este ángel representa los demonios asociados con la caída del ser humano que tuvo como consecuencia la muerte.

Al ángel de la muerte se le ha identificado también con Satanás.

El ángel de la muerte en el judaísmo

En la Biblia judía el "ángel del Señor" mata a 185,000 hombres en el campo asirio.
Se le llama también "el destructor" ("ha-mashḥit") que mata al primogénito de los egipcios. Es también el "ángel destructor" ("mal'ak ha-mashḥit") y el ángel del Señor que David ve "entre la tierra y el cielo, con una espada en la mano sobre Jerusalén". También se le llama "destructor" o " memitim" en Job.

El ángel de la muerte en el cristianismo

Aunque la Biblia cristiana no menciona un "ángel de la muerte", tradicionalmente el catolicismo ha identificado a San Miguel Arcángel como el encargado de pesar y llevar a las almas a la otra vida.

Según la tradición, el arcángel Miguel se comunica con las almas en el momento de la muerte para ayudarlas a redimirse antes de morir.

El ángel de la muerte en el islam

El Corán menciona al ángel de la muerte que se encarga de llevar a las almas y devolverlas a Alá. (As-Sajdah 32:11). En árabe se le ha llamado ʿIzrāʾīl (عزرائيل) o Azra'eil (عزرایل). Ni el Corán ni las enseñanzas musulmanas lo mencionan por este nombre, sino como Malak al-Maut o ángel de la muerte.
Algunas culturas y sectas islámicas consideran al ángel de la muerte como un arcángel junto con Jibrīl (Gabriel), Mīkhā'īl (Miguel), Isrāfīl y otros ángeles.

Azrael, el ángel de la muerte

El nombre Azrael es el que con más frecuencia se le asigna al ángel de la muerte en el cristianismo, el islam y el judaísmo.
Según la leyenda, Dios envió a cuatro arcángeles, Miguel, Israfel, Gabriel y Azrael, a buscar polvo de las cuatro esquinas de la tierra para crear a Adán. Solo Azrael pudo cumplir. Por eso Dios le encomendó ser el ángel encargado de separar el alma o espíritu de los cuerpos de los seres humanos.

A Azrael se le describe como un arcángel bajo las órdenes de Dios que reside generalmente en el tercer cielo. Se dice que una vez cada 13 mil años recibe la misión de ser ángel guardián de una persona especial y más afortunada que ningún otro ser humano.

Azrael también tiene como misión rescatar las almas que fueron injustamente al infierno. Para cumplir sus múltiples misiones, Azrael renunció al cielo y es el único ángel que puede viajar entre el cielo y el infierno.

¿Qué significa el ángel de la muerte?

El ángel de la muerte es el ser que se mueve entre la luz y la oscuridad de la percepción humana. Al pensar en el ángel de la muerte, el ser humano da forma a un concepto que le causa miedo y que a la vez es inevitable. Su presencia ayuda a crear luz, o sabiduría, para enfrentar y comprender lo inevitable. Cuando al momento de la muerte las personas describen el encuentro con este ángel, su transición comienza a ocurrir. El ángel de la muerte no solo lleva el alma humana a su creador, también la ayuda a erradicar el miedo en el momento del "gran y último viaje".

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