Algo está sucediendo con las poblaciones de abejas, aunque no se sabe con exactitud ni el qué ni el por qué. Desde hace unos cuantos años, algo así como quince, un grupo de científicos especializados en el estudio de poblaciones de insectos polinizadores, constataron un problema notorio de reducción cuantitativa de las poblaciones de dichos insectos, al cual acuñaron una denominación científica propia: Colony Collapse Disorder(CCD).
La ONG internacional Greenpeace ha puesto sobre la mesa algunas cifras, particularizados para las poblaciones de abejas. Según los datos recogidos en un informe publicado sobre el tema ("El declive de las abejas"), sólo entre los años 1985 y 2005 las poblaciones de abejas disminuyeron en una cuarta parte, aunque se estima que esta cifra es muy superior si se tienen en cuenta los años más recientes.
No resulta fácil encontrar una respuesta a cuál es el motivo que explica esta reducción. Algunos científicos apuntan como causa principal a una minimización y pérdida progresiva de hábitats propios debido al modelo de agricultura industrial imperante actualmente, además de las consecuencias derivadas del cambio climático. De hecho, este modelo agrícola requiere de una alta especialización de cultivos (áreas extensas de monocultivos), basándose para ello en el uso masivo de plaguicidas y pesticidas. Por su parte, el cambio climático induce a fuertes variaciones de temperaturas que modifican los períodos de floración de ciertas especies.
España tiene un gran peso dentro de toda esta problemática siendo, de hecho, el principal productor europeo de miel, con casi 2,5 millones de colmenas que suministran unas 30.000 toneladas de miel al año.
Pero España es, además, el único productor de maíz transgénico de la UE. En septiembre de 2011 el Tribunal de Justicia de la UE se pronunció en contra de la comercialización de miel con trazas de organismos genéticamente modificados (OGM), lo que ha derivado en una paralización comercial de las exportaciones españolas. La postura política española ante toda esta problemática ha sido muy controvertida siendo, de hecho, uno de los únicos países europeos que ha votado en contra de las políticas de suspensión de ciertos fungicidas vetados por la UE.
Las consecuencias derivadas de la reducción de población de abejas no sólo afectan al sector de la apicultura, sino que van mucho más allá. De hecho, más de dos tercios de las principales especies de cultivos del mundo son polinizadas directamente por las abejas. La gravedad y amenaza real del problema queda así sintetizada en una cita atribuida a Albert Einstein: "Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida".