jueves, 26 de mayo de 2022

La microbiota intestinal abre la vía a nuevas terapias contra la depresión y la ansiedad

 

La microbiota intestinal abre la vía a nuevas terapias contra la depresión y la ansiedad

Con probióticos

Una alimentación rica en fibra y en alimentos fermentados garantiza una mejor salud mental y mayor bienestar

Adolescente y problemas mentales, jovenes y trastornos psicológicos, niños y trastorno mental, depresión, pandemia y trastorno psicologico, chicas adolescentes- Foto Ana Jiménez

La depresión y la ansiedad están relacionadas con alteraciones en la composición de la microbiota intestinal- Foto Ana Jiménez

Ana Jiménez / Propias

“Y, usted, ¿qué come?”, les suele preguntar la psiquiatra de Vall d’Hebron Amanda Rodríguez a sus pacientes. Y es que estudios realizados durante los últimos 15 años han arrojado luz sobre la relación -estrecha- que existe entre salud mental y microbiota intestinal. Así, se ha visto que determinadas intervenciones alimentarias y tratamientos con probióticos dirigidos a modular a esta comunidad de microorganismos pueden mejorar los síntomas y la gravedad de algunos trastornos y enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión.

“Es una línea de investigación muy prometedora”, valora Rodríguez, quien es también investigadora del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR). La microbiota y las moléculas que ésta secreta influencian el sistema nervioso central, el comportamiento y las enfermedades neurológicas. Y la alimentación es el factor que más influye en la composición de la microbiota. Por ello, Rodríguez suele prescribir a sus pacientes seguir la dieta mediterránea, muy rica en fibra y ácidos grasos buenos, y, en estados de ansiedad y depresión leve, recomienda, además, tomar probióticos -microorganismos beneficiosos para la salud, tal como también recomienda desde 2005 la Organización Mundial de la Salud.

Horizontal

La dieta mediterránea es el mejor alimento para las bacterias intestinales. EFE/Kai Försterling

EFE

“Modulando la microbiota, podemos influir en los síntomas de la enfermedad mental. Y no solo en casos de ansiedad o depresión, sino también en Alzheimer, Parkinson, epilepsia y autismo. La microbiota intestinal puede ser una diana terapéutica”, insiste Rodríguez.

Lee también

"Un análisis de saliva permitirá saber el estado de salud de la persona”

Cristina Sáez
En el proyecto de ciencia ciudadana Saca la Lengua han participado más de 1600 personas de entre 7 y 85 años de toda España.

En este sentido, algunos experimentos han demostrado ya que administrar lácteos fermentados probióticos a personas sanas mejora su estado de ánimo y se asocia a cambios en las regiones del cerebro asociadas con la ansiedad. ”En un experimento reciente dimos una dieta rica en probióticos a voluntarios durante meses y aumentamos la cantidad de fibra y de alimentos fermentados que tomaban. Comprobamos que, tras esta intervención, se sentían mejor y eran capaces de responder mejor al estrés”, señala John Cryan, investigador del Instituto del Microbioma APC de la Universidad de Cork y autor de un artículo en Science en el que hace balance de los avances y también de desafíos en este ámbito de la ciencia.

“Si alimentas bien a tus bacterias, puedes mantener a raya la ansiedad y la depresión”, asegura. “Aún no comprendemos bien los mecanismos subyacentes: si las alteraciones en la microbiota son el origen de la enfermedad o la enfermedad produce alteraciones en las bacterias. Pero sabemos que podemos tratar los trastornos y mejorar sus síntomas a través de la alimentación y con psicobióticos, cócteles de bacterias específicas. Y esto es el inicio de una auténtica revolución”, considera.

Si alimentas bien a tus bacterias, puedes mantener a raya la ansiedad y la depresión"

John CryanInstituto del Microbioma APM

Esencial para el cerebro

La microbiota intestinal, el conjunto formado por 39 billones de microorganismos, sobre todo bacterias, que habitan en el colon, desempeña funciones cruciales para la salud global humana. Existe evidencia robusta acerca del papel que ejerce en la aparición de enfermedades metabólicas, como la obesidad o la diabetes; también acerca de cómo es capaz de modular la respuesta a la inmunoterapia del cáncer. Y numeroso trabajos han asociado la composición de este cóctel microbiano con el desarrollo y función del cerebro.

En experimentos realizados con ratones sin gérmenes criados en condiciones de total esterilidad se ha visto que los roedores que carecen de microbiota son más hiperactivos, toman muchos más riesgos, tienen déficits cognitivos, tanto de aprendizaje como de memoria; y son menos sociables. Es más, una característica que comparten la mayoría de enfermedades y trastornos mentales son problemas intestinales. Al analizar las heces de personas con autismo, alzheimer, parkinson, esclerosis lateral amiotrófica o depresión se constata que tienen una microbiota alterada.

Horizontal

La microbiota intestinal juega un papel vital para el funcionamiento del cuerpo

Terceros

“Las enfermedades mentales son multifactoriales, interviene la genética, el ambiente, entre otros, y también la microbiota. En la esclerosis lateral amiotrófica, por ejemplo, se ha visto que hay una pérdida de una bacteria, Akkermansia municiphila, que cuando se administra de nuevo a los pacientes, estos mejoran mucho sus síntomas”, afirma Chaysavanh Manichanh, jefa del grupo de microbioma del VHIR.

Hacia la medicina personalizada

“La mayoría de estudios sobre el eje intestino-cerebro se han llevado a cabo en animales y tenemos muchos indicios acerca de cómo se comunican ambos órganos y del potencial de los probióticos para el bienestar y la salud mental”, indica Cryan, quien se muestra crítico y asegura a La Vanguardia que “necesitamos muchos más datos en humanos para entender cómo la microbiota puede modificar el comportamiento. Eso nos abrirá la puerta a diseñar psicobióticos, probióticos con capacidad específica para tratar un trastorno, con diana en el intestino, adaptados para cada persona”.

Imagen 3D de una microbiota intestinal normal

En el futuro se podrán diseñar cócteles de bacterias beneficiosos para cada persona 

Getty Images/iStockphoto

y tú, ¿qué comes?

El grupo de investigación de la científica Chaysavanh Manichanh, jefa del grupo de microbioma del VHIR, pretende llevar a cabo un estudio para el que necesitan reclutar a miles de voluntarios que tiene como objetivo analizar cómo afecta la alimentación a la microbiota intestinal a lo largo de los años; de qué manera impacta en el eje intestino-cerebro; e intentar hallar marcadores que predigan qué enfermedades desarrollarán las personas. “Queremos averiguar si detrás de cada transtorno hay un cambio de microbiota, saber si aquellos que comemos está implicado en el inicio de una enfermedad”, señala Manichanh.

No hay comentarios:

Publicar un comentario