CON RELACION A LA MUERTE. Extraido del libro "VIVIR EN LA CABEZA". Autor: Pedro Emilio Guerrero M

CON RELACION A LA MUERTE.
Extraido del libro "VIVIR EN LA CABEZA".
Autor: Pedro Emilio Guerrero M

- Todo lo que existe en el universo en calidad de un ser vivo, está sujeto a una información biológica codificada en forma de un modelo de existencia, conformado a la vez por una serie de pequeños modelos. Es el cumplimiento de las directrices definidas por este modelo y estos pequeños modelos lo que hará posible que la existencia de este ser vivo se haga realidad. 

Nosotros los humanos y demás animales, ya venimos codificados con una información que tiene definidos todos los patrones o modelos vitales para esta existencia. Un ejemplo de esto sería: el patrón cronológico vivencial o vida promedio de cada una de las especies, como también el periodo de gestación o incubación de cada una de ellas.

 Estos rangos de vida y periodos de gestación o incubación, ya están definidos para cada especie mediante un patron o modelo. Es bueno aclarar que a la fecha los genetistas no han descubierto el gen o los genes responsables de la muerte del organismo. Pero sí se pueden establecer unos patrones cronológicos en los cuales las agresiones a nuestro entramado celular comienzan a ganarle la batalla poco a poco a los esfuerzos reparadores y regeneradores del mismo, hasta que llega el momento en que las agresiones ganan definitivamente la batalla, conduciéndonos a la muerte.

Ahora mismo, en el momento que estamos viviendo, cualquiera que sea nuestro dios, sexo, raza, color, linaje, ya está escrito en nuestra memoria genética el promedio de vida y el promedio de gestación que en condiciones normales debemos cumplir todos los animales que habitamos este planeta; por ejemplo: en el momento actual, el hombre en condiciones naturales favorables tiene un patrón o un promedio de vida que oscila entre cero y 90 años, con un período de gestación que está entre 0 y 9 meses; el perro en estas mismas condiciones tiene un patrón o promedio de vida que oscila entre cero y 17 años, con un período de gestación que está entre cero y 63 días; el elefante tiene un patrón o promedio de vida que oscila entre cero y 80 años, con un período de gestación que oscila entre 0 y 24 meses; el águila tiene un patrón o promedio de vida que oscila entre cero y 20 años, con un período de incubación que está entre 0 y 49 días; el cocodrilo tiene un patrón o promedio de vida que oscila entre cero y 70 años, con un período de incubación que está entre 0 y 90 días, y así sucesivamente con los demás animales. 

Estos patrones cronológicos vivenciales no son de estricto cumplimiento ya que pueden variar en algunos casos y seguramente este mandato se modificará en el futuro, en la medida que evolucionemos socialmente, recordemos que, hasta hace 150 años el promedio de vida de nosotros los humanos oscilaba entre 30 y 40 años, y ha venido en aumento, porque el universo es cambiante y nosotros hacemos parte de él.
Más allá de los apegos, las creencias y de los miedos que los humanos y los demás animales hayan manejado, es inevitable que deberán cumplir con ese mandato cósmico, relacionado con el tiempo promedio de vida y de gestación asignado a cada una de las especies. 

Si analizamos este mandato en nosotros los humanos, podemos ver que ninguno de estos grandes personajes de la historia llegó a vivir 90 años. Jesucristo, Gandhi, Bolívar, Napoleón, Teresa de Calcuta, Rey Ricardo I de Inglaterra, San Pedro, San Pablo, Stalin, Marx, Hitler, Mussolini, Miguel Ángel, Beethoven, Washington, J.D. Rockefeller, M.A. Rothschild, independiente de su dios, tanto los buenos como los malos, los ricos como los pobres, murieron antes de este plazo. 

Puedo afirmar sin temor a equivocarme, que en este momento el 99 % de todos los hombres y mujeres nacidos hace cien años están muertos. Enterarnos en conciencia que nacer y morir está relacionado con un proceso natural, el cual inevitablemente tiene un inicio y un final, como también que hay un entorno y unas circunstancias que pueden definir en un momento dado el hecho de morir tempranamente o permanecer vivos por largo tiempo, nos permitirá tener otra perspectiva sobre nosotros mismos, incluso sobre la muerte, ya que la asociaremos a un proceso natural y cósmico inherente a nuestra condición de humanos, y no a un mandato religioso o a una creencia mística como comúnmente nos lo hacen creer. Hacer consciencia basados en este camino y en esta enseñanza nos ubica en un nivel superior en cuanto a nuestra condición de humanos. Mientras más información y conocimiento tengamos en este sentido, nos daremos cuenta de más cosas, logrando construir consciencia desde el marco de la ciencia y el conocimiento.

PEDRO EMILIO GUERRERO M

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