martes, 4 de diciembre de 2018

DIAMANTES O BRILLANTES

Diferencia entre diamantes y brillantes

¿Qué es mejor, un diamante o un brillante? ¿Qué es más caro? ¿Qué diferencia existe entre el diamante y el brillante?
En todos estos años dedicados a la orfebrería, raro ha sido el encuentro con un cliente que no nos haya realizado alguna de estas preguntas. Pasemos a aclarar las incógnitas.
Como ya sabemos por el artículo Introducción a los diamantes, el diamante es un mineral formado únicamente por carbono y que, por los procesos que detallamos entonces, pasa de ser un carbón a carbono cristalizado, además de convertirse en el material más duro que existe en la Tierra.
Resumiendo: a la piedra en bruto se le denomina diamante. Cuando a este diamante en bruto -tal y como se encuentra en la naturaleza- se le aplica un tipo de talla, se le denomina con el nombre de esa talla. La talla más usada y conocida por todos es la talla redonda, a la cual se designa como talla brillante, por lo que, en realidad, tendríamos que referirnos a diamante talla brillante.
Como en cualquier otro ámbito, se tiende a generalizar y ello explica que, en la actualidad, se denomine popularmente a todos los diamantes como brillantes.
Conclusiones:
  • Brillante es cómo denominamos a un tipo de talla y nunca al material empleado, por lo que otra piedra o gema puede estar tallada en talla brillante, del mismo modo que el diamante.
  • Siempre se tiene que acompañar a la definición de la talla con el nombre del material que es utilizado. En el caso que nos ocupa: diamante talla brillante.
  • Al generalizar, ha terminado admitiéndose popularmente la designación de brillante para todos los diamantes tallados como tal; se ha cambiado el nombre del material (diamante) por la talla (brillante) y hemos pasado a definirlos como brillantes redondos, brillantes cuadrados, etc. Pero sepamos que realmente no es así.
  • La talla brillante es la más conocida y clásica usada en joyería. Su tallaje es redondo y de ella se obtienen los mejores ángulos de refracción de la luz para que el diamante tallado resultante brille en su máximo esplendor. Como mínimo, consta de cincuenta y siete facetas o lados.
Nos detendremos más en las diferentes tallas existente en próximos artículos.

Las cuatro c de los diamantes

Las cuatro características que determinan la calidad y el coste de un diamante tallado son el peso (carat), el color (colour), la talla (cut) y la pureza (clarity). A estos cuatro valores se les conoce como las cuatro “C”, claro está, tomando como referencia la lengua inglesa; en su traducción al castellano, la “c” se pierde en tres de los cuatro valores.

Peso

El peso o “carat” de un diamante se mide en quilates, cuya abreviatura es ct. Hay que tener en cuenta que el precio de un diamante aumenta mucho más que el peso. Por lo que se deduce que el tamaño aumenta mucho menos que el peso.
Es fácil comprender por qué son más caros los diamantes a medida que aumenta su tamaño: la naturaleza proporciona muchas menos piedras grandes, ya que es también mucho mayor la dificultad para que cristalicen en tamaños mayores. Por ejemplo: es considerablemente más caro un solitario de un diamante talla brillante de 0´50 ct que un anillo con 3 diamantes talla brillante, aunque los tres diamantes juntos pesen 0´50 ct.
El origen de la denominación de quilate provendría de la antigua tradición india de pesar los diamantes con granos de algarrobos, aparentemente muy homogéneos en cuanto a su peso. Posteriormente, los griegos adoptaron esta medida y a ellos se debe el vocablo ceration (cuatro granos) que los árabes retomaron en la forma qirat.
La abreviatura “ct”, en todos los casos, describe el peso en quilates de un solo diamante tallados. La abreviatura “ct tw” reseña el peso total de todos los diamantes tallados que se encuentran en una pieza de joyería.
Los diamantes tallados no tienen el mismo peso que otras piedras preciosas, ya que cada piedra preciosa tiene su propia densidad y afecta directamente al peso.
Podremos encontrar diamantes tallados a los que se aplica el peso por puntos, en vez de quilates. Esto es debido a que son diamantes tallados de proporciones bastante pequeñas. Un quilate se divide en cien puntos, por lo que un diamante tallado de un punto de peso equivale a 0´01 ct.
Los diamantes se comercializan a tanto por quilate. Así, para saber su precio total debe multiplicarse su peso por el precio del quilate.. Este valor varía a medida que aumenta el tamaño de la piedra y en función, claro está, del resto de características: pureza, color y tipo y calidad de talla.
La relación gramos/quilates es de 1 a 5. Por tanto, 1 gramo equivale a 5 quilates y, consecuentemente, 1 quilate equivale a 0,20 gramos.

Color

El color o “colour”, es otro de los cuatro valores que determinan la calidad y el precio de un diamante tallado. Un diamante tallado cuanto más blanco (transparente), más bonito, escaso y valioso.
En realidad no todos los brillantes son completamente transparentes o blancos, existen varios tipos de claridad o transparencia que afectan importantemente al coste de los mismos.
El instituto Gemológico Americano, conocido por GIA, ha marcado unas pautas para poder calificar el color de los diamantes tallados. Es un sistema alfabético: empieza por la letra D y finaliza en la Z. Así, podemos determinar los grados de color de un diamante tallado.
El color D corresponde al más transparente o blanco y el color Z corresponde al amarillo o marrón de peor calidad. A medida que se desplaza de D a Z en la escala normal de color, se indica un creciente nivel de tonos amarillos y/o marrones.
D es perfectamente incoloro, el color más raro y de mayor valor. Los diamantes de mayor transparencia y calidad que suelen encontrarse sin dificultad son el E-F-G-H.
A partir de M hasta la Z son considerados de inferior calidad.
Otra escala utilizada es la HRD, que nos da el color del diamante tallado asignándole los signos “+” dependiendo de la intensidad de transparencia o color de la piedra.

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