Viniste a esta vida con un talento, don o conjunto de dones, con una misión, propósito de vida o función a esta tierra. Tal vez nadie te lo dijo. Nadie más puede ocupar tu lugar, nadie más puede cantar la canción que fue puesta en el alma.
Puede que hayas sido consciente de ello de forma innata desde tu infancia, que lo hayas ido descubriendo al paso de los años después de un largo peregrinar hacia tu interior, que te encuentres en un momento donde comienzas a intuirlo, o bien que te sientas aun perdid@ en ese aspecto —cada quién tiene su proceso—. Pero sea como sea tu responsabilidad es traer aquello que está en tu interior a la luz.
Si no lo ubicas aún, tu tarea es encontrarlo y alinearte con ello (la astrología es una gran herramienta para comenzar descubrirlo o reafirmarlo, si te interesa siéntete libertad de preguntar); y si tu función, tu don o propósito te es claro, entonces el llamado de la vida para ti es poner esto al servicio de la humanidad.
Cito a Victor Frankl cuando decía:
"Realmente no importaba lo que esperábamos de la vida, sino lo que la vida esperaba de nosotros. Necesitábamos dejar de preguntarnos por el significado de la vida y, en cambio, pensar en nosotros mismos como aquellos a quienes la vida cuestionaba, todos los días y cada hora."
Recuerda herman@, recuerda; lo que compartimos con amor se expande, lo que nos guardamos por miedo o egoísmo se pudre.
Sal ahí afuera. Canta la canción que fue puesta en ti; tú, yo, y el mundo entero, necesitamos escucharla.
Te envío un gran abrazo 
— Dan Saldierna
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