viernes, 30 de octubre de 2020

LA LOCURA DE AMAR A LOS GATOS

 

2t7 dSpleo otucrnodssctuncnfrobrarSeeg aa laros ims1a4:3iodd6S 
Me crucé con este dibujo y me dio gracia porque hace poco me hicieron el comentario de que mi fascinación por los gatos ya era “patológica”. Y bueno, cuando uno se especializa y capacita en algo y arma una cuenta dedicada al tema, lo lógico es que hable de eso...no?
Al margen de ese comentario, anoche cuando me levante a las 5am a ponerle las gotas a Emily me quede pensando en la cantidad de veces que me dijeron “vos estás loca!”. Aplíquese a: levantarte cada dos horas a darle la mamadera a un gato, levantarte de madrugada a darles un remedio, cocinarles, llevarlos a ver a un especialista, dormir en la cocina haciendo guardia, llorar por un gato que no conozco, dejar que me afecte como alguien se maneja con un animal, dejar de salir o hacer algo por quedarme cuidando a un gato, y la lista continúa.
Hay un diálogo que amo en Alicia en el País de las Maravillas, entre el Señor Conejo y el Sombrerero que dice:
Sr. Conejo: “Lo mejor será que bailemos”
Sombrerero: “¿Y qué nos juzguen de locos, Sr. Conejo?”
Sr. Conejo: “Usted conoce cuerdos felices?” Sombrerero: “Tiene razón, ¡¡bailemos!!”
A toda esa gente que alguna vez me dijo “vos estás loca!”, hoy les confirmo que si, y les deseo que ellos también bailen.
Tener la suerte de encontrar algo que se ame y apasione lo suficiente como para hacer cosas que para el resto desafían los parámetros de cordura, es no solo una bendición sino también lo más cerca que se puede estar de encontrar nuestra razón de ser.
Puedo arrepentirme de muchas cosas que haya hecho en mi vida, pero ninguna, NINGUNA, de aquellas que hice o deje de hacer por un gato, y eso marca mi Norte, patológico o no.
Bailemos.
La imagen puede contener: dibujo

No hay comentarios:

Publicar un comentario