sábado, 10 de octubre de 2020

Alize, la niña vizcaína que ha sido fiel a sí misma haciendo la comunión con traje y corbata

 

AliAlize, la niña vizcaína que ha sido fiel a sí misma haciendo la comunión con traje y corbata

Alize Martinez, de 10 años, decidió ponerse para su gran día un conjunto a medida compuesto por pantalón y chaqueta confeccionado por la firma duranguesa Dossis Designs. «Por los vestidos no iba a pasar», asegura

Alize Martínez con traje y corbata./Jare Photography
Alize Martínez con traje y corbata. / JARE PHOTOGRAPHY
Sarai Vázquez
SARAI VÁZQUEZ

El pasado 19 de septiembre fue un día muy especial para Alize Martínez Urrutia, una niña vizcaína de diez años. Tras varios cambios de fechas a raíz del coronavirus, por fin pudo hacer su primera comunión, que tuvo lugar en la iglesia Karmengo Ama de Amorebieta. Las horas previas a la cita reconoce que se encontraba «muy nerviosa». Y era comprensible, le esperaba un día lleno de emociones rodeada de sus familiares y amigos. También estaba entusiasmada por lucir el diseño a medida que le habían confeccionado las chicas de Dossis Designs, la firma de moda que tiñe Durango de color y espíritu ochentero. Esta niña risueña y con una personalidad arrolladora eligió para su gran día una vestimenta muy poco común entre las niñas que hacen la primera comunión: un conjunto compuesto por chaqueta y pantalón, con corbata incluida.

Alize Martínez con traje y corbata.
Alize Martínez con traje y corbata. / JARE PHOTOGRAPHY

Alize barajó junto a su amatxu, Iraia Urrutia, diferentes opciones para vestirse aquel día tan especial. «Elegí un traje porque iba mucho con mi rollo y sabía que iba a estar mucho más cómoda. Me interesa la moda y soy presumida, pero tengo un estilo surfero y un poco macarrilla. Desde el primer momento dejé claro que por los vestidos no iba a pasar», asegura con las ideas muy claras pese a su corta edad. A Iraia, la decisión de su hija no le pilló desprevenida, ya que no era la primera vez que las americanas y las corbatas formaban parte de su vestimenta en las ocasiones especiales. «Se las planta con un vaquero pitillo y deportivas, por ejemplo, en las cenas y comidas de Navidad, cuando vamos a cenar a un restaurante o cuando asiste a algún cumpleaños. Y yo encantada de que mi niña vaya como mejor se sienta», dice. Recuerda que Alize comenzó a utilizar estas piezas cuando participaba en las competiciones de hípica: «Llevaban todos su americana y su corbata. A ella le encantaban y ahora tiene un porrón de ellas».

Alize Martínez con traje y corbata.
Alize Martínez con traje y corbata. / JARE PHOTOGRAPHY

Iraia quería que Alize luciera un traje único en su primera comunión y para ello recurrió a las manos expertas de las modistas que están detrás de la firma Dossis Designs, Maialen Illescas, de 28 años, y su madre, María del Carmen Muñoz. «Admiraba mucho su trabajo, sus modelitos son lo más. Nos conocemos porque soy la entrenadora personal de Maialen, se lo propusimos y aceptaron encantadas», cuenta. Estas diseñadoras destacan que Alize llegó con las ideas claras: «Sabía exactamente lo que quería y si algo no le gustaba decía un no rotundo. Eso sí, siempre se dejaba aconsejar». También admiten que conocer a esta niña «ha sido la bomba». «Es tan madura para su edad y estaba tan dispuesta a romper moldes...», cuentan emocionadas.

Alize Martínez con un burro.
Alize Martínez con un burro. / JARE PHOTOGRAPHY

Tras muchas horas de dedicación, Maialen y María del Carmen dieron forma a aquel traje tan especial. Eligieron una tela de crepe crudo para la ocasión en la casa de tejidos Rafael Matias, situada en el Casco Viejo bilbaíno. «Este material permitiría a Alize estar elegante y sentirse cómoda. Al fin y al cabo, son niños y quieren jugar todo el día con sus amigos sin impedimentos», declaran. El conjunto está compuesto por una chaqueta «no demasiado entallada» con cuello esmoquin y un pantalón recto tobillero. Además, idearon una camisa de algodón rosa con un detalle muy especial en el cuello. «Es una niña que ha crecido en un ambiente rural, rodeada de naturaleza y animales. Así que decidimos bordar unas estrellas plateadas en el pico de la camisa para darle un toque 'cowboy'. Sabíamos que le iba a hacer mucha ilusión», reconocen.

Foto de la familia de Alize Martínez.
Foto de la familia de Alize Martínez. / JARE PHOTOGRAPHY

En una de las pruebas de la vestimenta, Alize compartió con Maialen y María del Carmen su pasión por las corbatas. Así que no dudaron en completar el look con este distintivo complemento. Tampoco se olvidaron de que la celebración se iba a desarrollar en momentos de pandemia y confeccionaron una elegante mascarilla de piqué. «Confiaron en nosotras en todo momento», agradecen.

«El diseño se convirtió en un reto»

El proceso de creación estuvo marcado por los cambios de fecha de la comunión a raíz del coronavirus. «Mientras pasaban los meses, el diseño se convirtió en un reto», declara Maialen. Empezaron a dibujar el conjunto en enero, pero en marzo la cuarentena les obligó a parar y después los eventos se aplazaron hasta septiembre. «Nos hemos tenido que adaptar, porque en este tiempo la niña había crecido. Hasta pensamos que teníamos que confeccionar otra nueva chaqueta de cero días antes de la comunión porque no le valía», recuerdan. Con los arreglos precisos ya realizados, Maialen y María del Carmen le entregaron a Alize el traje, todo planchadito y perfecto para que pudiera estar estupenda en su primera comunión. «También le dimos a la madre el diseño a medida que le ideamos para la ocasión: un vestido de lentejuelas con estampado de cebra y mangas asimétricas».

Alize Martínez y su hermana.
Alize Martínez y su hermana. / JARE PHOTOGRAPHY

Finalmente, el 19 de septiembre esta niña, que quiere ser futbolista y bombera de mayor, lució su traje y recibió la primera comunión fiel a sí misma. En aquel día tan señalado, Alize admite que se lo pasó «muy bien». «Fue súper divertido. Pude estar con amigos que no veía desde hace meses y jugar con mi hermana en las colchonetas», cuenta. También recuerda emocionada que mucha gente se acercó a ella para decirle lo guapa que estaba y cuánto le gustaban su estilo y personalidad. Una reacción que Maialen, diseñadora del conjunto, ya predecía: «No había hecho nada igual y sabía que iba a crear mucha expectación». Y también felicidad en una niña que ha podido reflejar en su comunión su forma de ser, sentir y vestir.ze, la niña vizcaína que ha sido fiel a sí misma haciendo la comunión con traje y corbata

Alize Martinez, de 10 años, decidió ponerse para su gran día un conjunto a medida compuesto por pantalón y chaqueta confeccionado por la firma duranguesa Dossis Designs. «Por los vestidos no iba a pasar», asegura

Alize Martínez con traje y corbata./Jare Photography
Alize Martínez con traje y corbata. / JARE PHOTOGRAPHY
Sarai Vázquez
SARAI VÁZQUEZ

El pasado 19 de septiembre fue un día muy especial para Alize Martínez Urrutia, una niña vizcaína de diez años. Tras varios cambios de fechas a raíz del coronavirus, por fin pudo hacer su primera comunión, que tuvo lugar en la iglesia Karmengo Ama de Amorebieta. Las horas previas a la cita reconoce que se encontraba «muy nerviosa». Y era comprensible, le esperaba un día lleno de emociones rodeada de sus familiares y amigos. También estaba entusiasmada por lucir el diseño a medida que le habían confeccionado las chicas de Dossis Designs, la firma de moda que tiñe Durango de color y espíritu ochentero. Esta niña risueña y con una personalidad arrolladora eligió para su gran día una vestimenta muy poco común entre las niñas que hacen la primera comunión: un conjunto compuesto por chaqueta y pantalón, con corbata incluida.

Alize Martínez con traje y corbata.
Alize Martínez con traje y corbata. / JARE PHOTOGRAPHY

Alize barajó junto a su amatxu, Iraia Urrutia, diferentes opciones para vestirse aquel día tan especial. «Elegí un traje porque iba mucho con mi rollo y sabía que iba a estar mucho más cómoda. Me interesa la moda y soy presumida, pero tengo un estilo surfero y un poco macarrilla. Desde el primer momento dejé claro que por los vestidos no iba a pasar», asegura con las ideas muy claras pese a su corta edad. A Iraia, la decisión de su hija no le pilló desprevenida, ya que no era la primera vez que las americanas y las corbatas formaban parte de su vestimenta en las ocasiones especiales. «Se las planta con un vaquero pitillo y deportivas, por ejemplo, en las cenas y comidas de Navidad, cuando vamos a cenar a un restaurante o cuando asiste a algún cumpleaños. Y yo encantada de que mi niña vaya como mejor se sienta», dice. Recuerda que Alize comenzó a utilizar estas piezas cuando participaba en las competiciones de hípica: «Llevaban todos su americana y su corbata. A ella le encantaban y ahora tiene un porrón de ellas».

Alize Martínez con traje y corbata.
Alize Martínez con traje y corbata. / JARE PHOTOGRAPHY

Iraia quería que Alize luciera un traje único en su primera comunión y para ello recurrió a las manos expertas de las modistas que están detrás de la firma Dossis Designs, Maialen Illescas, de 28 años, y su madre, María del Carmen Muñoz. «Admiraba mucho su trabajo, sus modelitos son lo más. Nos conocemos porque soy la entrenadora personal de Maialen, se lo propusimos y aceptaron encantadas», cuenta. Estas diseñadoras destacan que Alize llegó con las ideas claras: «Sabía exactamente lo que quería y si algo no le gustaba decía un no rotundo. Eso sí, siempre se dejaba aconsejar». También admiten que conocer a esta niña «ha sido la bomba». «Es tan madura para su edad y estaba tan dispuesta a romper moldes...», cuentan emocionadas.

Alize Martínez con un burro.
Alize Martínez con un burro. / JARE PHOTOGRAPHY

Tras muchas horas de dedicación, Maialen y María del Carmen dieron forma a aquel traje tan especial. Eligieron una tela de crepe crudo para la ocasión en la casa de tejidos Rafael Matias, situada en el Casco Viejo bilbaíno. «Este material permitiría a Alize estar elegante y sentirse cómoda. Al fin y al cabo, son niños y quieren jugar todo el día con sus amigos sin impedimentos», declaran. El conjunto está compuesto por una chaqueta «no demasiado entallada» con cuello esmoquin y un pantalón recto tobillero. Además, idearon una camisa de algodón rosa con un detalle muy especial en el cuello. «Es una niña que ha crecido en un ambiente rural, rodeada de naturaleza y animales. Así que decidimos bordar unas estrellas plateadas en el pico de la camisa para darle un toque 'cowboy'. Sabíamos que le iba a hacer mucha ilusión», reconocen.

Foto de la familia de Alize Martínez.
Foto de la familia de Alize Martínez. / JARE PHOTOGRAPHY

En una de las pruebas de la vestimenta, Alize compartió con Maialen y María del Carmen su pasión por las corbatas. Así que no dudaron en completar el look con este distintivo complemento. Tampoco se olvidaron de que la celebración se iba a desarrollar en momentos de pandemia y confeccionaron una elegante mascarilla de piqué. «Confiaron en nosotras en todo momento», agradecen.

«El diseño se convirtió en un reto»

El proceso de creación estuvo marcado por los cambios de fecha de la comunión a raíz del coronavirus. «Mientras pasaban los meses, el diseño se convirtió en un reto», declara Maialen. Empezaron a dibujar el conjunto en enero, pero en marzo la cuarentena les obligó a parar y después los eventos se aplazaron hasta septiembre. «Nos hemos tenido que adaptar, porque en este tiempo la niña había crecido. Hasta pensamos que teníamos que confeccionar otra nueva chaqueta de cero días antes de la comunión porque no le valía», recuerdan. Con los arreglos precisos ya realizados, Maialen y María del Carmen le entregaron a Alize el traje, todo planchadito y perfecto para que pudiera estar estupenda en su primera comunión. «También le dimos a la madre el diseño a medida que le ideamos para la ocasión: un vestido de lentejuelas con estampado de cebra y mangas asimétricas».

Alize Martínez y su hermana.
Alize Martínez y su hermana. / JARE PHOTOGRAPHY

Finalmente, el 19 de septiembre esta niña, que quiere ser futbolista y bombera de mayor, lució su traje y recibió la primera comunión fiel a sí misma. En aquel día tan señalado, Alize admite que se lo pasó «muy bien». «Fue súper divertido. Pude estar con amigos que no veía desde hace meses y jugar con mi hermana en las colchonetas», cuenta. También recuerda emocionada que mucha gente se acercó a ella para decirle lo guapa que estaba y cuánto le gustaban su estilo y personalidad. Una reacción que Maialen, diseñadora del conjunto, ya predecía: «No había hecho nada igual y sabía que iba a crear mucha expectación». Y también felicidad en una niña que ha podido reflejar en su comunión su forma de ser, sentir y vestir.

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