jueves, 23 de septiembre de 2021

Cuando alguien muere, lo primero que hay que hacer es nada.

Gentileza de Silvia Liliana 
 
Muerte esperada ~
Cuando alguien muere, lo primero que hay que hacer es nada.
No salgas corriendo a llamar a la enfermera.
No tomes el teléfono.
Respira hondo y permítete estar presente ante la magnitud del momento.
Hay una gracia en estar cerca de la cama de alguien que amas
mientras hace su transición fuera de este mundo.
En ese momento toma su último aliento y una magia sagrada inundará el espacio.
En ese instante se abre el velo entre los mundos.
Estamos tan desprevenidos y sin entrenamiento en cómo lidiar con la muerte que a veces nos invade el miedo: -¡está muerto!
Sabíamos que iba a morir, así que
"estar muerto" no es una sorpresa.
No es un problema para resolver.
Es muy triste, pero no es causa de pánico.
Esa muerte es una oportunidad de respirar profundo,
detenerse
y estar realmente presente a lo que está sucediendo.
Si estás en casa, ponte la pava y haz una taza de té.
Siéntate cerca de la cama y solo hazte presente en la experiencia de esa habitación.
¿Qué está pasando para ti?
¿Qué podría estar pasando para esa persona?
¿Qué otras presencias están aquí que podrían estar apoyándola en su transición?
Sintoniza con toda la belleza y la magia.
La pausa le da a tu alma la oportunidad de ajustarse, porque no importa lo preparados que estemos, una muerte sigue siendo un shock.
Si reaccionamos directamente en modo ′′hacer algo′′ y llamamos al médico o llamamos a la ambulancia, nunca tendremos la oportunidad de absorber la enormidad del evento.
Date cinco minutos o 10 minutos, o 15 minutos sólo para ser.
Nunca volverás a tener ese tiempo, si no lo tomas ahora.
Después de eso, haz la cosa más pequeña que puedas.
Llama a la persona que necesita ser llamada.
Participa con cualquier sistema que necesite estar involucrado,
pero haz que se comprometan al nivel más mínimo.
Muévete lentamente, porque este es un período en el que es fácil para el cuerpo y el alma separarse.
Nuestros cuerpos pueden galopar hacia delante, pero a veces nuestras almas no llevan ese ritmo.
Si tienes la oportunidad de estar tranquila, tranquilo y estar presente, conéctate.
Acepta, aclimata y ajusta tu alma a lo que está pasando.
Entonces, como el tren comenzará a rodar y llegarán las cosas que suceden después de una muerte, estarás mejor preparada, preparado.
De lo contrario, no tendrás la oportunidad de recuperar el aliento más tarde. Tienes que hacerlo ahora.
Estar presente en los momentos después de la muerte es un regalo increíble para ti misma, para ti mismo;
es un regalo para las personas con las que estás
y es un regalo para la persona que acaba de morir.
Solo está a un pelo de distancia.
Está empezando su nuevo viaje sin densidad.
Si mantienes un espacio tranquilo alrededor de su cuerpo y en la habitación, se enlazará de una manera más hermosa.
Este es un servicio a ambos lados del velo.
Texto adaptado.

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