jueves, 2 de diciembre de 2021

HABIA UNA VEZ UNA Pequeña Alma que dijo a Dios:

 


HABIA UNA VEZ UNA Pequeña Alma que dijo a Dios:
 

-¡Ya sé quien soy!
Y Dios le contesto:
-¡Maravilloso! ¿Quieres eres?
La pequeña alma contesto a toda voz.
-¡Soy la luz!
Dios sonrió ampliamente:
-Así es -exclamo-. Tú eres la Luz.
La pequeña alma estaba feliz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender.
-¡Hurra! ¡Esto es fantástico¡
Pero poco después ya no le basto con saber quién era. Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era. Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:
-¡Hola, Dios! Ahora que ya sé quién soy, ¿es bueno serlo?
Dios respondió:
-¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?
-Pues... veras. Una cosa es saber Quién soy, y otra muy distinta es serlo realmente. Quiero sentir como es ser la luz.
-Pero si ya eres la luz -Repitió Dios, sonriendo otra vez.
-¡Si, pero quiero saber cómo se siente serlo! -exclamo la pequeña alma.
Creo que debí imaginármelo -repuso Dios, riendo-, Tu siempre has sido la más aventurera ---y, tras un instante, la expresión de Dios cambió-. Pero hay una cuestión...
-¿Qué es? pregunto la almita.
-Que no existe otra cosa además de la luz. No creé otra cosa que lo que tú misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quien eres, puesto que no hay nada que no seas.
-¿Cómo? -repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida.
-Piénsalo de este modo. Eres como una vela en el sol. Ya estas allá, junto con millones y millones de otras velas que forman el sol. Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto. Pero saber que eres la luz estando dentro de la luz... ese es el problema.
-Tú eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!
Dios volvió a sonreír:
-Ya pensé en algo. Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodeare de oscuridad.
-¿Qué es la oscuridad?
-Es aquello que tú no eres.
-¿Tendré miedo de la oscuridad? -gimió la almita.
-Solo si así lo quieres -respondió Dios-. A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.
-¡Ah! -exclamo la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.
Entonces Dios explico que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto.
-Ese es un gran don, porque sin él no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber qué es lo Caliente sin lo frio, el Arriba sin el Abajo, lo Rápido sin lo lento. No podrías saber que es la izquierda sin la derecha, el Acá sin el Allá, el Ahora sin el Después.
Y así -concluyo Dios-, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla. Más bien, sé Luz entre las tinieblas, y no te enojes por ello. De ese modo sabrás Quien Eres Realmente, y también los demás, lo sabrán.
Por Neale Donald Walsch
Recuerda que todo lo que está pasando te está preparando para lo que pediste! Aclara tu mente, siente con tu corazón, enfoca tu propósito de vida y disfruta cada instante!
Dani.

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