Hermes, dios de los viajeros
Hermes es uno de los 12 dioses Olímpicos y el más relacionado con la espiritualidad y mística griega. Se le considera el dios de los viajeros, de los cambios y del comercio, motivo por el que es representado con alas en los tobillos. Otro de sus signos más característicos es el caduceo, una especie de bastón que siempre porta.
Además, Hermes es representado como un dios joven y de aspecto afeminado. Algunos de sus equivalentes son Mercurio en la mitología romana o Tot en la mitología egipcia.
Atributos de Hermes ¿Cómo reconocerlo?
Los símbolos del dios griego Hermes eran el gallo y la tortuga. También puede ser reconocido por su monedero o bolsa, sus grandes sandalias, su sombrero de ala ancha y su caduceo o vara de heraldo. En épocas posteriores, cada uno de esos atributos fue adornado con dos alas pequeñas.
El caduceo mencionado hace referencia a una vara mágica que aparece descrita en los poemas homéricos y que supuestamente abría y cerraba los ojos de los mortales. Se dice que podría haberla recibido por parte de Apolo y podrían distinguirse dos báculos: por un lado, la vara de heraldo y por otro la vara mágica. Ambas acabarían uniéndose e incluso se representarían con dos alas.
Esta, a veces, suele estar decorada con dos serpientes, motivo por el cual muchos empezaron a ver a estos reptiles como símbolos de prudencia, vida y salud, aunque en realidad una de ellas significaba el mal y la otra el bien, siendo garantes del equilibrio. De hecho, el símbolo de la medicina es el caduceo de Hermes.
Hermes en la mitología griega
Para la mitología griega Hermes fue hijo de Zeus y la pléyade Maya y el dios olímpico mensajero de las fronteras, de los viajeros que las cruzan, del comercio, del ingenio, de la astucia, de los ladrones y de los mentirosos.
El himno homérico al dios griego Hermes lo establece como el de “múltiple ingenio”, hombre de agiles pensamientos, ladrón, jefe de los sueños, cuatrero de bueyes, espía nocturno, guardián de las puertas y provocador de grandes hazañas ante los inmortales dioses.
A su vez, existen diversos mitos en los que Hermes es claro protagonista, siendo el más representativo el de Filemón y Baucis.
Hermes, el dios griego de los viajes
La adoración de Hermes en Atenas tenía el fin de erradicar males en los caminos y fronteras a lo largo de Grecia. Cabe destacar que Hermes obtuvo patronazgo en sus viajes por tierra.
El mito de Perséfone y el papel del dios mensajero griego
Hermes en la mitología griega es el negociador entre Hades, Zeus y Deméter.
Hades, el dios griego del inframundo, rapta a Perséfone de la Tierra y la obliga a ser su esposa. La madre de esta, Deméter, la diosa de la agricultura, descuida los cultivos, motivo por el cual Zeus se entromete y le encarga a Hermes la tarea de negociar con Hades para conseguir la vuelta de Perséfone.
Al final llegaron a un acuerdo: Perséfone pasaría seis meses en el inframundo y otros seis junto a su madre, en la Tierra, dando así origen a las estaciones, ya que Deméter, durante ese tiempo en el que no está con ella, deja de lado sus obligaciones.
Hermes en la Odisea
Hermes, el dios griego, es citado en el Libro V de la Odisea como un enviado especial por decisión de Zeus, con el objeto de liberar a Odiseo de la isla de Calipso.
Seguidamente, en el Libro X se encarga de proteger a Odiseo de las manos de Circe, por medio de la entrega de una hierba no identificada llamada “moly”, que lo cuidaría acertadamente del hechizo.
El dios mensajero griego, también de los sueños
Los servicios de Hermes no se limitan a ser únicamente dios mensajero griego, sino que a su vez se caracterizaba por ser auriga.
Dado que los sueños podían ser enviados por Zeus, Hermes los conduce hasta el sitio en el que están los humanos. El dios Hermes podía ser considerado la deidad que tenía el poder de enviar el sueño reconfortante o retirarlo, según fuera el caso.
Hermes: Etimología
Existe la creencia de que el nombre de Hermes proviene de la palabra griega “herma”, cuyo significado es un pilar cuadrado o rectangular que contiene la cabeza del dios griego Hermes, caracterizado por la presencia adornada de su extremo superior y unos genitales masculinos itífalos debajo.
No obstante, por la aparición de diversos testimonios sobre el dios en el panteón micénico, pueden evidenciarse inscripciones tanto en Pilos como en la Cnosos micénica que llevan a suponer que la conexión se hubiese establecido contrariamente, es decir, desde el dios hasta las figuraciones en los pilares.
Hermes con el Niño Dioniso
Se trata de una escultura hecha de mármol que posee una altura de 213 centímetros y está ubicada en el Museo Arqueológico de Olimpia.
El autor de semejante obra es el escultor Praxiteles, quien decidió tallarla en el período clásico final o, en su defecto, según lo contado por otros autores, formaría parte de una copia del siglo I adscrita a la original que fue concebida entre los años 350 a 330 a.C.
Su descubrimiento fue posible en 1877 en una de las ruinas del templo que venera a Hera, en el cual servía como ornamentación.
Hermes y Mercurio
Por medio de la adaptación romana a la religión griega, a Hermes se le pudo identificar y reconocer como el dios romano Mercurio. Pese a ser un nombre heredado de los etruscos, el dios desarrolló diversas características similares a la tradición etrusca, como lo fue ser estigmatizado como el patrón del comercio.
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