domingo, 4 de septiembre de 2022

A François Lelord y Christophe André, ambos médicos psiquiatras

 

Tengo 69 años. Nací en París y vivo entre París y Tailandia. Estoy casado, tengo un hijo. Trabajo como psiquiatra en la Fundación Alain Carpentier. Políticamente siento inquietud. Los problemas son globales y deben solucionarse globalmente entre todos los países, ricos y pobres. Soy agnóstico

François Lelord,doctor en psiquiatría

Qué es la personalidad?

Es sinónimo de carácter, un conjunto de maneras de ver el mundo, de verse a sí mismo y de reaccionar frente a los acontecimientos, que es estable a lo largo de la vida.

¿Amable, enérgico, duro, obstinado, confiado, desconfiado, generoso, egoísta...?

Exacto, rasgos de carácter que llevados al extremo son difíciles. Por ejemplo, si usted tiene una personalidad narcisista, tendrá una alta idea de sí misma. Pensará que merece más que los otros, y carecerá de empatía.

¿Cómo tratar a una persona narcisista?

Comprendiendo la manera cómo ve el mundo. Aceptarlo, como la lluvia o el viento, para no alterarte, porque a lo largo de la vida te vas a encontrar con personalidades difíciles.

Hay que gestionarlas.

Exacto, y son tres etapas: aceptarlas, comprenderlas y gestionarlas.

¿Podemos cambiar nuestra personalidad?

Hay personalidades que sufren y saben que tienen un problema, como los ansiosos, dependientes, depresivos, evitativos..., y sin duda una terapia puede ayudar.

Saber que tienes un problema es importante.

Sí, hay personalidades más difíciles de ayudar, como los narcisistas, paranoicos y obsesivos..., precisamente porque piensan que su visión de las cosas es justa. Con mi colega Christophe André hemos estudiado las 12 personalidades más difíciles de tratar.

¿Qué personalidad es más difícil de tratar?

Todas las personalidades llevadas al extremo lo son, y con cierto nivel de estrés, todos podemos volvernos difíciles, pero a mí me preocupan especialmente los borderline.

¿Por qué?

Porque solemos confundirnos y pensar que se trata de una falta de capacidad intelectual y no es cierto. Su problema es que son inestables, impulsivos, a veces coléricos, y pasan periodos en los que se sienten vacíos, lo que les puede llevar a pensamientos suicidas.

¿Cómo tratarlos?

Suelen mejorar con los años. Su hipersen­sibilidad se dispara con el estrés. Hay que animarles mucho cuando se comportan de manera equilibrada y empatizar con ellos, decirles las cosas en positivo.

Hábleme de los psicópatas.

No son los que vemos en los thrillers, pero son personas con tendencia a manipular y mentir y, como los borderline, tampoco tienen empatía ni remordimientos. Si no pue- des evitarlos, recuérdales que no aceptas sus ideas.

Firmeza.

Parecen personas encantadoras y se suelen meter a la gente en el bolsillo, así que no les permitas justificarse; y si no quieres tener un enemigo para toda tu vida, no les humilles.

Ahora la ansiedad abunda.

Sí, pero estar ansioso o desbordado por circunstancias concretas no es lo mismo que tener una personalidad ansiosa, que se caracteriza por estar siempre preocupado por lo que pueda pasar.

Agotadores.

Lo intentan controlar todo, si quieres llevarte bien con ellos debes mostrarles que eres digno de confianza, y nunca te olvides de usar el humor y la ironía con ellos.

¿Hay caracteres depresivos o estados depresivos?

Los estados depresivos responden a un acontecimiento, y en cuanto a la personalidad depresiva también hay grados, la distimia es una depresión de baja intensidad pero crónica. En todos los casos el tratamiento con antidepresivos y terapia ayuda mucho.

¿Cómo ven el mundo las personalidades pasivo-agresivas?

Para estas personas someterse es una claudicación. Una orden, e incluso una petición, desencadena en ellas sentimientos de rebeldía y frustración.

¿Su agresividad se manifiesta por medio de la pasividad?

Sí, son saboteadores, pueden desestabilizar cualquier grupo. Los niños, debido a que están en una posición de debilidad frente a los adultos, adoptan más a menudo comportamientos pasivo-agresivos.

¿Cómo tratar con estas personas?

Sé amable, ya que son muy sensibles. Y ayúdale a expresarse. Si depende de tu autoridad y la está retando permanentemente, deberás recordarle cuál es vuestra relación y sus obligaciones. Pero sobre todo no te dejes arrastrar a un juego de represalias recíprocas.

¿Una guerra perdida?

Probablemente, porque ellos controlan este juego mucho más que tú, y llevan las de ganar.

Deme una conclusión.

La mayor parte de las personas solo aspiramos a vivir felices y en paz, pero no siempre lo hacemos de la mejor manera ni la más lógica, la benevolencia y la tolerancia mutua son la mejor ayuda.

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