jueves, 31 de marzo de 2022

VITAMINAS PARA EL CEREBRO

 

Así mismo, el portal vitamínico Vijosa, listó una serie de vitaminas que pueden ayudar al funcionamiento y oxigenación cerebral:

  1. Vitamina B1: esta vitamina es hidrosoluble y forma parte del complejo B. Ayuda a convertir los hidratos de carbono en energía por lo que le porta vitalidad al cuerpo, por otro lado, potencia la actividad cerebral y del sistema nervioso. Esta vitamina ayuda también en la contracción muscular. La falta de esta vitamina puede causar fatiga debilidad y daños neurológicos.
  2. Vitamina B: esta vitamina ayuda a prevenir problemas de la memoria. Es posible encontrarla en alimentos como las vísceras, el huevo, pescados y lácteos, además de los frutos secos, legumbres, cereales y frutas.
  3. Vitamina B12: de acuerdo con el National Institute of Health (NIH), entidad experta en biomedicina e investigación, la B12 es un nutriente que ayuda a mantener en buen estado la sangre, las células nerviosas, y además, contribuye a la producción de ADN, el material genético de las células.
  4. Vitamina B9 (ácido fólico): esta se encuentra en algunos alimentos como las legumbres, los cereales y las verduras. Además, ayuda a prevenir problemas relacionados con la memoria y la depresión. Es muy recomendada para las madres gestantes pues previene partos prematuros.
  5. Calcio: es clave para la salud del cerebro. Se trata de un mineral esencial para su funcionamiento pues desempeña un papel central como mensajero de las células nerviosas. Otra de sus funciones es regular la neurotransmisión y controlar la excitabilidad nerviosa. Algunos alimentos con calcio son la leche, yogur, queso y las espinacas.
  6. Vitamina C: La concentración más alta de esta vitamina se encuentra en el cerebro, especialmente en la glándula pituitaria. La vitamina C es importante en la síntesis del neurotransmisor dopamina y también trabaja para proteger al cerebro contra el estrés oxidativo. Es recomendable tomar diariamente alrededor de 90 miligramos de brócoli, coliflor, naranjas, mandarinas o fresas.
  7.  

    El cerebro también necesita alimento, y las vitaminas del grupo B deberían encabezar el menú.

    Si alguien inventara el cerebro hoy, se reconocería a esa persona como la mente más brillante de la historia. El cerebro es una estructura increíblemente sofisticada, que contiene alrededor de 100.000 millones de neuronas con cerca de 4.000 billones de conexiones entre ellas. Eso equivale a aproximadamente 10.000 veces más conexiones que la cantidad de estrellas que hay en la galaxia. Muchos de sus procesos aún siguen siendo desconocidos, pero, poco a poco, estamos empezando a desentrañar algunos de sus misterios. 

     

    Gestionar y moderar esta máquina maravillosa es una tarea monumental, y los sistemas y las estructuras que forman el cerebro necesitan muchas materias primas para funcionar. Entre las más importantes se encuentran ocho compuestos orgánicos hidrosolubles: las vitaminas del grupo B. En este grupo se incluyen las vitaminas B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantenoico), B6 (piridoxina), B7 (biotina), B9 (ácido fólico) y B12 (cobalamina), que juntas desempeñan varias funciones vitales que mantienen al cerebro en funcionamiento.

     

    Proporcionan energía

    Dada su complejidad, el cerebro requiere mucha energía para funcionar de modo eficaz. A pesar de representar en promedio solo un 2% del peso corporal, el cerebro utiliza aproximadamente el 20% de las calorías que consume el cuerpo. 

     

    Varias vitaminas del grupo B, incluidas la tiamina, la riboflavina y el ácido pantenoico, desempeñan un papel esencial en los procesos metabólicos celulares que convierten los alimentos en energía, mientras que la vitamina B12 (cobalamina) ayuda a promover el desarrollo de glóbulos rojos que transportan oxígeno al cerebro.  

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    Purifican la sangre

    El aminoácido homocisteína se encuentra naturalmente en la sangre y desempeña una función importante en el metabolismo. Sin embargo, una concentración elevada de este aminoácido en la sangre resulta tóxica y daña los delicados vasos sanguíneos del cerebro. Algunos estudios indican que niveles altos de homocisteína se asocian a daño cerebral y deterioro cognitivo y de la memoria.  

     

    Las vitaminas B12, B6 y B9 ayudan a metabolizar la homocisteína, reduciendo la concentración de este aminoácido en el torrente sanguíneo, lo que posiblemente ayude a prevenir daños a largo plazo en el tejido cerebral. 

     

    Afectan el humor

    La actividad cerebral depende del correcto funcionamiento de los neurotransmisores, sustancias químicas que transmiten señales entre las neuronas cerebrales. Los neurotransmisores se producen dentro de las neuronas a través de la interacción de diferentes sustancias químicas, incluidas varias vitaminas del grupo B. Por ejemplo, la vitamina B6 (piridoxina) ayuda a la formación de neurotransmisores como la dopamina, asociada a las sensaciones de gratificación, felicidad y placer.

      

    Una deficiencia de determinados neurotransmisores, por otro lado, puede afectar de modo negativo nuestra capacidad cognitiva. Por ejemplo, quienes tienen bajos niveles de dopamina pueden sentir fatiga y depresión, mientras que quienes tienen bajos niveles de serotonina (a los que contribuyen las vitaminas B6, B9 y B12) pueden padecer niveles alterados de ansiedad y dolor corporal.

     

    Protegen el cerebro

    El cerebro es una estructura muy compleja, que necesita mantenimiento constante para no deteriorarse. Tomemos como ejemplo a los axones. Los axones son como el silicio de los microchips: son el cableado que permite que las señales viajen por el cerebro, de neurona en neurona.  

     

    Pero son delicados, por lo tanto, requieren un revestimiento protector, como el plástico que recubre los cables eléctricos. Este revestimiento está hecho de una sustancia llamada mielina, producida con la ayuda de la vitamina B12. Si la mielina se daña, los axones funcionan de modo menos eficiente y pueden causar síntomas como mareos, entumecimiento y pérdida de visión.

      

    Nutrir la mente

    Cuanto más descubrimos sobre el cerebro, más increíble resulta ser. Investigaciones recientes han demostrado que la capacidad de memoria del cerebro es 10 veces mayor de lo que se pensaba. La estimación prudente de los investigadores es que puede almacenar aproximadamente un petabyte, que equivale a la cantidad necesaria para almacenar la Internet completa. 

     

    Las vitaminas del grupo B desempeñan una función clave en asegurar que el cerebro alcance todo su potencial. Nos dan energía y nos mantienen optimistas y concentrados a diario, mientras que ayudan a promover la salud del cerebro a largo plazo a medida que envejecemos.

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