El motivo que me mueve a escribir éste pequeno resumen, es mi experiencia directa con el bicho y demostrarle a la gente que siempre hay dos caras en la misma moneda y por lo tanto te puede o no tocar.
Mi nombre es Maite, soy espanola y vivo en Alemania hace muchos anios. Desde hace casi ocho, trabajo en un geriátrico muy cerquita a Frankfurt.
Mi misión es hacer terapias a diario con los pacientes de alzheimer y demás demencias seniles y otros tipos de enfermedades, tambien pacientes en coma y los que nos llegan para morir. Trabajo jornada completa.
Hemos vivido la primera ola en general en Alemania de forma muy tranquila si la comparo con lo mal que estaba mi familia en Espana donde se dió muy fuerte. Nunca tuvimos ningún caso hasta el 3 de diciembre, día en el que me decidí a llevar un diario exhaustivo con todo lo que fuera pasando.
El geriátrico tiene dos alas por así llamarlas. Un ala resume tres plantas de gente enferma que son cuidados por nosotros; enfermeras, auxiliares, médicos, cuidadores, terapeutas etccc . En la otra ala viven personas privadas en apartamentos llevándo una vida muy normal.
El dia 3 de diciembre quien cogió el virus, fué una mujer de la zona de aptos privados. Se la llevaron al hospital y a los pocos dias volvía sin problemas. El día 9 de diciembre, una auxiliar de la tercera planta dió positivo ( planta en la que yo paso la mayor parte del día y es mi planta oficial). Y el resto de dias fué como un dominó, las companeras fueron cayendo enfermas del bicho.
Todos los dias nos hacian y hacen pruebas rápidas y asi sabemos cómo estamos y si podemos seguir trabajando y una vez o dos a la semana viene Sanidad a hacernos las PCR.
Llegó un momento en que la tercera planta tenia de 30 pacientes, 19 con Covid. Apenas quedaban enfermeras y auxiliares que pudieran dedicarse a los enfermos. LA semana antes de navidad y por orden de un jefe se nos prohibió a quienes haciamos las terapias quedarnos en la 3 planta pero podiamos bajar a la primera y segunda planta que aún no tenía infectados.
Al enterarme de la situación que pasaba la tercera planta con la escasez de personal, me ofrecí voluntaría a ayudar, alegando que no tenía miedo del covid y que si me llegaba a infectar pues no sería mas grave que una gripe. Estuve diez dias ayudando al personal que pudo seguir trabajando.
LLegábamos y nos hacian el test rápido ( bien de garganta o de nariz)y si dabas negativo te quedabas a trabajar. Andaba en la planta con una bata de quirófano, guantes, a veces llevaba gafas que me resultaron tan incómodas que no las volví a usar. Esa era mi armadura contra el covid en una planta plagada de infecciosos. En dos semanas de 19pacientes con covid, quedaron tres. Y estos tres los trasladamos por orden de la Sanidad a la primera planta que ya comenzaba a despuntarse en contagios.
Cuatro pacientes de los 30 que tenía la tercera planta, fueron enviados al hospital por diferentes motivos, y todos elloshabían dado positivo. Uno al que se le amputó una pierna, regresó a las dos semanas y está bien. El segundo murió de camino al hospital, pero todo el anio lo había pasado yendo y viniendo del hospital por problemas respiratorios. La tercera persona, una mujer con problemas de pulmomnes y de 95 anios, regresó y está de nuevo en planta regular. Y el cuarto, parece ser que sí murió del bicho, ya que aunque lo recuerde risuenio, tuvo un colapso y ya en el hospital fué casi intubado de inmediato y pocos dias después facelleció. El único caso entre tantas personas que se han contagiado y que yo tengo muy en cuenta.
Hemos tenido casos de companeros que en el test rápido ( ese que dura unos minutos), han dado positivo y al hacerse con los médicos la PCR da negativo y tambien viceversa. Companeros con sintómas y sin ellos. Pacientes de mas de cien anios a los que el bicho ignoró completamente.
Me siento contenta de poder contar que viví en primera persona el Covid con mis pacientes y a día de hoy sigo dando negativo y sigo yendo a mi trabajo ( agradecida por ello, otros no pueden decir lo mismo),y dando lo mejor.
Mi opinión al comienzo era de completo recelo y negación ( plan orquestado), ahora vivo en una incognita.
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