domingo, 20 de septiembre de 2020

TENGO MI VIDA PATAS ARRIBA

 Aunque tengo la vida más o menos ordenada, también la tengo patas arriba. En realidad siempre la tengo así. Patas arriba. Unas veces la tengo más patas arriba que otras. Porque tener la vida patas arriba no es lo mismo que tenerla en caos. O sí. Depende para quien. Para mí tener la vida patas arriba es no saber qué voy a hacer. Eso en mí es normal.

Tengo mi vida patas arriba. Más o menos como está ahora para todo el mundo. Quizá por eso ande todo el mundo descolocado. Tratando de controlar lo incontrolable. Yo ya pasé por ahí hace años. Ya he sobrevivido a varios caos. Y entonces sé que cuando la vida te monta un caos es la manera que tiene de recalcular tu vida. Como cuando lo hace el Gps en carretera. Como si hubiera habido un cruce que te has saltado y entonces recalcula de nuevo tu ruta para poder llegar al destino que el alma tiene como objetivo. El alma es la guía.
Pues hace años la vida me lo puso todo patas arriba. Me montó un caos de aúpa. De vez en cuando me hace eso. Me hace un barrido. Lo barre todo. Absolutamente todo. Familia. Amigos. Trabajo. Y cuando ocurre eso me quedo en el más absoluto de los desiertos. Con la sensación de ser la superviviente de un tornado que ha pasado sobre mí y mi vida y se ha llevado todo.
Es la misma sensación que tenía de pequeña. Cuando mi madre en uno de esos procesos mentales inexplicables pasaba de estar contenta a estar furiosa. Y estallaba en una tormenta que lo arrasaba todo. Y tú no sabías qué había ocurrido. Ni por qué.
Nos cuesta cambiar. Nos acomodamos en una zona de confort aunque estemos incómodos. Nos gusta controlar la situación. Creer que somos nosotros quienes tomamos las decisiones. Y lo cierto es que tomamos decisiones en base a patrones inconscientes que no tenemos ni idea que están eligiendo por nosotros. Por eso la vida te hace enfrentarte a lo que no te enfrentas en forma de caos.
Y la vida te lleva siempre a completar tu destino. Tu camino. O como quieras llamarlo. Te pone y te quita personas. Te coloca en situaciones que propician que puedas trabajar esa toma de de decisiones que implica avanzar. Aprender. Evolucionar.
Siempre tengo la vida patas arriba. Y cuando viene un caos sé que la vida me está reorientando. Que está haciendo los ajustes necesarios para dirigirme hacia algún lugar que desconozco pero que es el lugar al que necesito ir.
Afortunadamente para mí, me gustan los cambios. Si no fuera así, sería la persona más desgraciada del mundo. Y sin embargo, no es así. Por alguna razón me pedí esperanza y resiliencia para afrontar esta encarnación. Y mi sentido del humor. Y mi confianza. Quizá porque aprendí a hacerme pequeñita ante la vida. Y a saltar al vacío. Porque aunque a veces me cueste saltar y sienta vértigo sé que la vida me está cuidando. La vida siempre nos cuida. Y todas las experiencias que nos regala son cuidado. Cuidado para la evolución de nuestro alma.
A partir de ahora la vida va a ser así. Patas arriba. Así que te puedes ir acostumbrando. Es la manera que tiene la vida de que no controles. Porque el control procede del miedo. Y el miedo combate el amor. Y ya sabemos que no hay dos bandos. Que vamos al uno que somos toda la humanidad. Y ahora mismo está todo patas arriba porque la vida nos está constelando. Nos está llevando a ser humanidad. Quizá porque por el camino se nos había olvidado. Y la vida, con esta situación en torno al virus nos lo está recordando.
¿A qué te estás resistiendo? Eso es exactamente lo que te está pidiendo la vida. Eso que te cuesta. Ahí es. La vida nos está reorientando. Y muchos quieren seguir viviendo en el mundo tal como era. Pero ya no es. No estamos cambiando. Estamos mutando.
Bienvenido a la vida patas arriba. Es que el mundo estaba al revés. Y ahora, está girando. Llevábamos tanto tiempo al revés que no lo sabíamos. Estábamos colgados. Atados de pies y manos. Y la vida nos está liberando. Da vértigo la libertad ¿verdad? Sí. Por eso algunos luchan para seguir esclavizados. Porque es lo que conocen. Pero el juego se acabó. Gracias a Dios. Al universo. Al cosmos. A la vida. O a tu alma.

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