Se los chupo la bruja
enMonterrey Antiguo
La bruja Macrina.
Este es un relato de una población cercana a Monterrey, que para no alterar los nervios en ese municipio y sus alrededores evito decir su nombre.
En ese municipio de grandes cerros vivía una mujer a la que se le conocía con el nombre de Macrina, toda la gente le temía porque tenían la seguridad de que era una hechicera muy poderosa, pues mediante brebajes, muñecos con la efigie de las personas y evocaciones al diablo, podía eliminar por encargo a los enemigos de quien se le solicitara.
Macrina salía muy poco de su casa, pero cuando lo hacía recorría las calles de la población, de manera imprevista se aparecía en cualquier parte, sobre todo en los lugares que sabía existían niños.
La hechicera se acercaba a los infantes y les acariciaba bruscamente, hasta hacerlos llorar, y si los padres se atrevían a reclamarle y le apartaban al infante de su vista ella de inmediato montaba en cólera, amenázandolos con que se iban a arrepentir.
Así sucedía, al cabo de corto tiempo, al niño le empezaba a doler la cabeza, hasta volverse insoportable para más tarde morir irremediablemente.
Pero lo más increíble y espeluznante era que, el niño objeto de sus malas artes, a los pocos minutos de fallecido, se momificaba, es decir que se le hundían los ojos y su piel se secaba hasta quedar convertido en un ser espantoso.
Las personas que ya la conocían y en la imposibilidad de esconder a sus hijos por la sorpresa, se dirigían a ella de la siguiente manera:
Macrinita, Macrinita aquí está mi niño, por favor acarícielo usted.
La hechicera jugueteaba con el niño, besándolo, llenándolo de saliva por todo su cuerpo y lo mordisqueaba hasta hacerlo llorar. Hasta ese momento lo devolvía a sus padres, con las siguientes palabras:
– ¡Tengan a su chamaco llorón! antes de que me arrepienta.
Así vivió por muchos años en esa población, a donde fueron incontables personas las que murieron a manos de ese ser infernal, a quien ningún conjuro, oficio religioso o persona pudiera afectarla.
Tanto así que en una ocasión fue traído de la ciudad de Monterrey un sacerdote que se le consideraba virtuoso por sus buenas acciones, el que llegó provisto de todo lo necesario para exterminar a la poderosa bruja.
La hechicera al ver al clérigo, estalló en carcajadas, burlándose de los oficios del pastor de la iglesia, el que a pesar de sus grandes esfuerzos, tan pronto arrojaba el agua bendita al lugar donde estaba el ente, éste aparecía por su espalda o a un lado.
La hechicera al ver al clérigo, estalló en carcajadas, burlándose de los oficios del pastor de la iglesia, el que a pesar de sus grandes esfuerzos, tan pronto arrojaba el agua bendita al lugar donde estaba el ente, éste aparecía por su espalda o a un lado.
Por lo anterior, el religioso optó por retirarse, muriendo al poco tiempo de manera inexplicable. Fue hasta cierta ocasión que se enteró un vecino de la Chona y vino a la población, con la única intención de exterminar al maligno ser, con una fórmula que debía ser utilizada al quemar a la bruja.
Para esto varios valientes vecinos que antes de irle a quemar el jacal a la hechicera se habían rociado su ropas con agua bendita y en unos tambos con gasolina, llevando también unos frascos con agua bendita y un preparado con hierbas de las riojas servalinas.
La acción la hicieron muy de temprano cuando las brujas están dormidas, fue cuando le fueron a rociar el tejaban con la gasolina y los frascos benditos y las hierbas preparadas.
La bruja al reaccionar se quedó sorprendida e inmóvil, sin poder articular palabra, recibió de frente el impacto de los menjurges , lo que ocasionó que este diabólico ser casi de manera instántanea explotara en miles de pequeños trozos, los que con sumo cuidado fueron recogidos por los vecinos y enterrados lejos de la población, en lugar no santo.
Cuentan los vecinos, que el espectro de la bruja apareció por mucho tiempo en las calles de la población, profiriendo amenazas en contra de ellos, hasta que su tumba fue rodeada de imágenes religiosas y bendecida en repetidas ocasiones.
En las celebraciones del día de brujas, puede ser que se aparezca, tratando de acariciar a los niños, no es fácil reconocerla, si acaso por un ojo caído que tiene, pero puede ser cualquiera que lleve un disfraz de bruja, la diferencia es que ella si es de verdad.
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