domingo, 21 de octubre de 2018

ORACIÓN AL CUERNO DE CIERVO

EL CUERNO DE ALICOR


Desde antiguo se creen que el cuerno de alicor lo es de un animal mitológico: el unicornio, que en ciertas ocasiones aparece también citado como monoceronte o fiera con cuerno de ciervo, cabeza de caballo, patas de elefante y cola de jabalí. El único cuerno que poseía medía dos codos de largo. Sobre este amuleto dice Alberto el Grande lo siguiente: “Los modernos aprecian mucho el cuerno de un animal que llaman licorne y dicen que es bueno contra el veneno, sea que se tome como bebida o que se aplique exteriormente. 


Lo recetan lo mismo contra el veneno que contra la peste por inveterada que sea; o por mejor decir, hacen de él remedio general para toda clase de males. He querido hacer experimentos por mí mismo, y no he encontrado tantas propiedades en este cuerno como en los de ciervo o cabra, que tienen la virtud de blanquear los dientes y consolidar las encías. Además, quemando los mismos cuernos y dándolos a beber, alivian mucho a los que padecen de disentería y dolores de vientre”.

Cuentan las leyendas en torno al monje eremita San Genadio, que vivió en el siglo X, que éste siempre se hacia acompañar por un unicornio. En cierta ocasión el animal se extravió y fue recogido por los vecinos de Montes de Valdueza. Sabedoras aquellas gentes del bien tan preciado que guardaban y de las virtudes innumerables que aquel poseía, cuando murió siguieron venerando su cuerpo, que utilizaban para bendecir el agua, que de esta forma se convertía en milagrosa.

Así, nos cuentan Alonso Ponga y Diéguez Ayerbe, que en la localidad berciana de Santalla el cuerno de alicor pasaba de generación en generación, de padres a hijos. En esta localidad se emplea no solo como amuleto contra el mal de ojo, sino también para sanar las picaduras de abejas y las mordeduras de animales venenosos. Tenía también la propiedad de convertir en milagrosa el agua con solo introducir el cuerno en un caldero de agua y, tras hacer tres cruces, se decia:
“Yo te bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen”.
Con este agua “milagrosa” se humedecía un patio que se colocaría sobre la hinchazón. En la operación se usaban varios paños, pues nunca se ponía el mismo mas que una vez en el caldero, ya que de no ser así emponzoñaría todo el agua.


En Peñalba de Santiago se dice que se conserva otro pedazo de cuerno que proviene de un animal fabuloso que existió en aquellos parajes. Se trataba, cuentan, de un águila bicéfala (de un ejemplo similar nos habla el P. Feijoo en una de sus Cartas eruditas), con garras de león, que lucía un solo cuerno en cada una de sus cabezas. Tenía la virtud dicho animal de desemponzoñar el agua infectada.
En Penalba de Santiago se prepara el agua sanadora del alicornio de la siguiente forma:
“Se llena de agua un vaso o recipiente, después se introduce en ella la punta del cuerno del alicornio, trazando repetidamente la señal de la Cruz, en un número impar de veces; finalmente se remueve el agua dibujando círculos en la superficie”. Una vez terminada la operaci6n, ya estaba lista para suministrar a la persona que estuviese envenenada, quien debería ingerirla. También se podía aplicar sobre una mordedura de animal venenoso.


En realidad el cuerno de alicor no era sino cuerno de ciervo que se adquiría bajo ambas denominaciones, indistintamente.

Así, en las boticas bercianas, como es el caso de la de Ponferrada, de Antonio Blanco Varela, donde en el inventario de los elementos de dicho establecimiento, fechado el 9 de julio de 1768, su viuda, Josefa de Soto, dona al Hostal de la Reina de dicha villa todos los elementos que posee la botica. En dicho inventario aparecen citados, entre otros: aceite destilado de cuerno de ciervo, espíritu de cuerno de ciervo, cuerno de ciervo preparado, etc.

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