Marianna Garcia Legar
LOS TELARES DE LA ABUNDANCIA se han movido por Latinoamérica en estos años y, como allí ya han colapsado, llegan ahora a España. No dudo de la buena fe de las compañeras que están participando, pero creo que es imprescindible denunciarlo y lo hago a través de este excelente texto de Miriam Djeordjian, que me dio a conocer mi hermana Myriam Wigutov.
En 2007 yo misma fui testigo de la expansión en España de los llamados Círculos de la Abundancia ("el mismo perro con distinto collar", como dice el dicho), en los que nunca quise entrar. Las primeras mujeres que participaron ganaron MUCHISIMO dinero, pero llegó un momento donde las participantes lo perdieron todo y quedaron mal con otras mujeres, a las que habían convencido de entrar en el sistema, antes de que colapsara. Cuidad vuestro dinero, amigas. Y si deseáis compartirlo, no lo hagáis de esta manera, que no deja de ser una pirámide más, disfrazada de círculo de mujeres. Sé que me van a crucificar por publicar este texto, pero me siento en la obligación de hacerlo.
Invito a todas las mujeres que participan en estos telares y que expresan en este hilo su rechazo al texto que aquí publico, a que escriban un artículo, lo hagan público y lo firmen con nombre y apellidos, donde expliquen con argumentos sólidos cómo es el sistema y a partir de qué alegan que el sistema no es piramidal. Creo que sacar este asunto de la privacidad secreta en que se mueve sería una gran muestra de transparencia.
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TELAR DE LA ABUNDANCIA: UN ANTIGUO SISTEMA DE FRAUDE ACTUALIZADO PARA DESPRESTIGIAR Y SEMBRAR LA DISCORDIA EN LOS CÍRCULOS DE MUJERES
Por Miriam Djeordjian
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TELAR DE LA ABUNDANCIA: UN ANTIGUO SISTEMA DE FRAUDE ACTUALIZADO PARA DESPRESTIGIAR Y SEMBRAR LA DISCORDIA EN LOS CÍRCULOS DE MUJERES
Por Miriam Djeordjian
Con un discurso seductor, que atraviesa todo el campo semántico de los círculos de mujeres, se ha reinstalado la estafa piramidal por enésima vez en los siglos XX y XXI. Te dicen: “Inviertes uno y ganas ocho”. Después arman la ensalada diciendo que no es inversión sino “regalo”, condimentan con un poco de cuatro elementos, de new age autoestimante y “empoderamiento” feminista institucional para rematarla con un poco de “liberación de patrones de opresión” y otro poco de meritocracia de la “abundancia”. Funciona la primera vez con poco dinero, y se mezcla confianza y ganas de dinero fácil, así llegan a una segunda vuelta. Y la peor de todas es cuando llegan a una tercera… Pero las cuentas no dan...
En una etapa donde el capitalismo planetario creó una falsa economía financiera 125 veces más grande que la economía del dinero contante y sonante, la crisis multiplica las víctimas de la estafa. Se han llamado “células de abundancia” en Chile, “burbujas de abundancia” en Uruguay, en su nueva edición “telares de abundancia” en México y Argentina. Antes, cuando el perfil de las víctimas no estaba dirigido solo hacia mujeres, fueron “pirámides”. Y antes “círculo de prosperidad”, “trébol de la abundancia”, “rueda de solidaridad”, “círculo de regalos”, “juego del avión”, “células de gratitud”, “bolas solidarias", “rueda de la amistad” y “mandala”, etc....
Al hablar de sistema fraudulento, no dudo que las mujeres que están participando de los telares de la abundancia lo hagan con buena fe y credulidad. Pero es importante advertir que por su carácter de sistema abierto y expansivo la proyección que tiene como sistema es insostenible y antiecológico. En la naturaleza los sistemas guardan un equilibrio de crecimiento y muerte, de expansión y contracción: no existe el crecimiento infinito… y menos aun cuando los recursos personas y dinero son finitos, y es más, en el caso del dinero el mismo capitalismo lo define como un bien “escaso”. Y la escasez es contraria a la abundancia. Quienes abonamos la economía solidaria sabemos que la abundancia nada tiene que ver con el dinero.
El esquema se plantea así:
Son siete semanas. Las primeras cuatro simbolizadas con cada uno de los cuatro elementos, plantea: Con el fuego “das un regalo”. (inversión cash)
Con el viento “atraes a otras dos mujeres”.
Con la tierra sostienes a que estas dos mujeres traigan a otras dos.
Con el agua “recibes tu regalo” multiplicado ocho veces.
Y a las tres semanas siguientes pasas a ser “agua mayor” o “hermana mayor”.
Esta es la etapa de la estafa: los intereses, que no se llaman así sino “vaqueo”.
El vaqueo es cuando una mujer no tiene plata para ingresar al telar, una que ya forma parte la financia de tal modo que cuando a la financiada le toque cobrar, de las 8 veces que recibe, le deja 4 a su financiadora. Una tasa bien alta… ¿verdad? La lógica dice… “bueno, pero cuadruplicas un dinero que no tenías…”
Todo esto manejado entre discursos de “solidaridad”, “merecimiento”, “mujer medicina”, “empoderamiento”, “movimiento interno”, etc.…
En Argentina ya se está manejando tipo secta, con cierto secretismo y discursos antisistema que justifican argumentos de advertencia hacia la estafa.
Con el viento “atraes a otras dos mujeres”.
Con la tierra sostienes a que estas dos mujeres traigan a otras dos.
Con el agua “recibes tu regalo” multiplicado ocho veces.
Y a las tres semanas siguientes pasas a ser “agua mayor” o “hermana mayor”.
Esta es la etapa de la estafa: los intereses, que no se llaman así sino “vaqueo”.
El vaqueo es cuando una mujer no tiene plata para ingresar al telar, una que ya forma parte la financia de tal modo que cuando a la financiada le toque cobrar, de las 8 veces que recibe, le deja 4 a su financiadora. Una tasa bien alta… ¿verdad? La lógica dice… “bueno, pero cuadruplicas un dinero que no tenías…”
Todo esto manejado entre discursos de “solidaridad”, “merecimiento”, “mujer medicina”, “empoderamiento”, “movimiento interno”, etc.…
En Argentina ya se está manejando tipo secta, con cierto secretismo y discursos antisistema que justifican argumentos de advertencia hacia la estafa.
Algunas advertencias:
1) Los telares ponen en el centro al dinero de manera fetiche, aunque luego revuelvan los discursos hablando de “regalos” y “apoyo entre mujeres”. El DON nada tiene que ver con recursos monetarios, y menos aún si se lo confunde con la idea encubierta de “inversión”: “Pones uno, te vuelven 8”. eso no es “don”.
2) El amor y la confianza no se construyen con plazos cronometrados de 7 semanas. Son procesos vitales y vinculares que llevan tiempos propios y son incapaces de seguir reglas ilusorias.
3) Aunque se muestra como un sistema solidario es profundamente individualista. Apela a las mujeres con algún tipo de vulnerabilidad, con problemas financieros o baja autoestima. No crea comunidad, ya que lo que se persigue es que quien llega al centro de la flor, cobre sus “regalos”. En lo que llevo visto, lejos de afianzar amistades, terminan todas las mujeres peleadas y reclamándose.
4) Acumular es contrario a distribuir. Vaquear no es más que una especulación prestamista y ¡nada tiene de solidario!
5) ¿Se diferencia en algo de las burbujas inmobiliarias? Sospecho que es la versión “microcréditos para mujeres” de la estafa inmobiliaria.
6) Dicen que el sistema empezó hace 30 años en Canadá, pero es otra mentira dificil de rastrear. No hay genealogía. En otros telares dicen que copian un modelo africano. Y así, cualquier origen lejano y mítico aplica para el speach.
Mujeres: ¡No se sumen a los telares de la abundancia ni a ningún sistema abierto donde queden comprometidas a traer más personas! Apuesten por el ahorro colectivo, por las tandas y los sistemas cerrados donde verdaderamente puedan conocerse con las personas que participan.
Si ya están dentro, busquen ser solidarias con las que se han sumado recientemente, reparen para que las últimas no pierdan lo que han aportado, busquen mecanismos justos para cerrar las flores sin involucrar a nuevas mujeres. Sean responsables con “el amor y la confianza”. No acepten ningún tipo de “vaqueo”, ni acepten corromper la idea de colaborar colectivamente para un fin común.
Las pirámides son patriarcales. Necesitan alguien arriba o en el centro y de otros abajo y alrededor. Son monárquicas y antidemocráticas. No se dejen engañar: ser hermanas mayores y menores no puede ser algo mediatizado por el dinero. Son vínculos que se construyen, con velos de confianza que se van profundizando según los ritmos vitales y las circunstancias que se presentan. Pretender imponerlas dentro de un esquema con plazos y “trabajos” atenta contra su naturaleza orgánica.
Cuando el sistema centrífugo y expansivo llega al límite de gente para sumar y empieza a hacer aguas, aparecen los organismos de gobierno (como la Condusef en México) advirtiendo sobre la estafa, pero la denuncia agrega a otras formas reales de ahorro colectivo como las tandas o las llamadas tontinas de Africa. La profunda diferencia es que, mientras los telares son abiertos, piramidales y necesariamente requieren de gente nueva, las tandas o tontinas son sistemas circulares y cerrados, de gente que se conoce y probablemente conviva en otros espacios sociales.
Sigamos pensando juntas. ¡Cuidémonos entre todas!
En el corazón de la Diosa de los mil nombres,
Miriam Djeordjian
Miriam Djeordjian
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