Tienes derecho a tener abundancia total en tu vida. Tienes derecho a desearlo y a precipitarlo. Tus deseos son órdenes, no peticiones, ni suplicas. Ese es tu poder, no lo anules con miedo, desánimo, desconfianza y ansiedad.
Lo que decretes para ti será. Recuerda que el tiempo en el cielo, no es el mismo que en el mundo. Saber esperar sin ansiedad o desconfianza hará de tu sueño algo real.
Si ordenas algo es porque es parte de tu aprendizaje en el mundo. Si tarda en llegar, no te preocupes, lo tendrás en el momento adecuado. Tu deseo se precipitará, cuando estés preparado para recibirlo, cuando hayas aprendido lo necesario para hacer de ello un buen uso.
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