Maité Bonet
Resulta
que hace dos semanas me fuí como es ya costumbre al mercadillo de mi
ciudad y buscando un león del material que fuera para regalarle a mi
hijo por su cumpleaños fuí a dar con ésta marioneta. Os cuento por
encima lo que me ocurrió. Su cumpleanios había sido el 16 de agosto pero
no nos habiamos visto ya que él estaba de vacaciones en Espana y yo
aqui en Alemania. Recostado sobre un coche, asi fué como lo ví y me
llamó mucho la atención. Su ropa como de satén brillante, sus pelos
erizados, y las zarpas que sobresalian de la chaqueta que llevaba, me
enamoró. Le pregunté a la Sra del stand cuánto pedía por él y me dijo:
lléveselo por ocho euros, como noté que quería deshacerse de él le dije
que siete ( número especial), con lo que estuvo inmediatamente de
acuerdo. Y me dijo: que tuviera cuidado ya que ella ya no lo quería
tener por mas tiempo en la casa ya que le habían pasado muchas cosas. Le
pregunté que al menos me mencionara una y contestó: esta marioneta la
tenía siempre sentada sobre un sofá y al dia siguiente aparecía en
cualquier otro sitio de la casa. Me eché a reir y junto a mi amiga, nos
hicimos ojos de " esta mujer se está inventando la historia". Le
pregunté si tenía un nombre y me dijo que no. Y lo único que sabía
repetir era: ya verá, ya verá...ya me contará cuando volvamos a vernos
por aqui, por que yo suelo venir amenudo. Me dijo: fíjese en mi coche (
un modelo estravagante, verde) y ya me contará...... Han pasado ya dos
semanas y salvo que no me gusta ningún sitio para colocarlo, no ha
pasado NADA. Le corté los hilos de nylon que tenía enredado por su
cabeza, lo limpié, le cambié la ropa y ahi lo tengo a la entrada de
casa. El caso es que mis hijos no quieren ni verlo y ambos ya son
mayores. Y me dió por darle el nombre de Don Tulio. Se le mueven los ojos si se le sacude la cabeza, ya que parece que tiene como un plástico y en su interior hay un circulito negro a modo de ojo.
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