....... a medida que viajamos, madre y yo a menudo dejamos de orar en los huecos de terciopelo musgo en los árboles centenarios, en las aguas corrientes caídas o en los templos antiguos que poseen estatuas de madera de vírgenes negras, sus vientres se besaron con oraciones, o estatuas de mármol de un beatífica Kuan Yin, fragante con incienso, o en los telares donde un patrón de mujer araña está siendo tejido en una alfombra por una abuela navajo. Mientras madre se arrodilla y trae sus manos juntas sobre su corazón, yo sigo su pista.
Diosa Madre, madre de la tierra y las estrellas, nos protege y nos guía. Que seamos tus manos y ojos en el mundo. Podemos nutrir la abundancia de regalos que nos das: agua limpia, aire fresco, suelo negro rico, y comida para nuestros hijos. Podemos compartir tu sabiduría que fluye a través de nosotros. Podemos recordar que hemos nacido de ti, madre, y te regreso a ti a nuestra muerte mientras el ciclo gira."
A veces mi madre y yo simplemente nos sentamos en silencio, escuchando el viento en las hojas o la suave caída de un arroyo que fluye hacia el océano."
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