EL HOMBRE QUE VOLVIÓ A SONREÍR
Ella contaba a sus amigas... Una vez conocí a un Mago… Grande era su corazón… así como su magia. Había tenido una vida dura y a la vez extraordinaria, porque así era su alma, excepcional.
Su corazón estaba cerrado de tantas veces que tuvo que protegerse. Grande su rabia, así como su Amor. Había transitado caminos oscuros… Ganó mucho y también perdió… Dio tanto que casi se pierde a sí mismo. No estaba dando desde su plenitud.
Ella le susurró unas palabras mágicas y sopló su corazón para que recordará su origen, su capacidad de obrar milagros por ser diamante su alma. Ese era su tesoro. Debía dejar de buscar fuera lo que ya estaba dentro.
Finalmente, le dio un beso… no uno cualquiera, sino áquel que le devolvería la Confianza en la Vida y en quien era… Admirando su Grandeza y acompañándolo en su vuelo.
Así le mostró el Poder del Amor, en su delicado y firme palpitar, en su mirada limpia, valiente. No era perfecta, era bella. Esa belleza sublime de sinceridad punzante. Ella hacia tiempo que había dejado de vender su alma. También había recordado.
Por ello acordaron reencontrarse, alentarse, y sostenerse.
Eso sí, ella no compartiría fácilmente su Libertad, pues era su estado de consciencia, salvaje, indómita, como el viento de la isla que habitaba… Por ello, ninguna manipulación le alcanzaba. La olía a la legua.
Ella lo miró siendo Presencia, sin adornos… Tal era el magnetismo de su Pureza…
Y entonces, él recordó. Sintió tan fuerte latir su corazón de nuevo, que empezó a abrirse a la Vida, a la Alegría, a su Pasión de mago que alquimiza, que transmuta con su servicio para con la Nueva Humanidad.
Estaban de vuelta, el brillo de sus ojos les delataba.
En sus abrazos se escondía el Amor, juguetón y gozón de los eternos amantes que bailan salsa bajo la luz de la luna, con unas velas de testigo. Ellas ardían de pasión, como sus corazones de nuevo.
Sus sonrisa era la medicina más dulce de esa noche de Luna Llena.
Creditos al autor
No hay comentarios:
Publicar un comentario