En la tradición Lakota-Sioux, una persona que está sufriendo es considerada la más Wakan, la más santa. Hay un sentido de que cuando alguien es golpeado por el repentino rayo de la pérdida, él o ella se encuentra en el límite del mundo del espíritu. Las oraciones de los que están tristes se consideran especialmente fuertes, y es adecuado pedir su ayuda.
Puede que recuerdes lo que es estar con alguien que se ha afligido profundamente. La persona no tiene capa de protección, nada queda por defender. El misterio está mirando a través de los ojos de esa persona. Por el momento, él o ella ha aceptado la realidad de la pérdida y ha dejado de aferrarse al pasado o agarrar el futuro. En la apertura sin base del dolor, hay una gran presencia y una profunda sabiduría natural.
Arte | Frank Howell, artista Lakota-Sioux
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