La mayoría de nosotros evitamos pensar en nuestra propia muerte, pero las personas que padecen una enfermedad terminal desgraciadamente no tienen ese lujo.
Tan pronto como reciben las malas noticias del médico, estos pacientes se ven obligados a enfrentarse de cara a su muerte. Algo muy complicado de afrontar, y solo algunas personas pueden hacerlo con
la razón y humildad de la protagonista de nuestra siguiente historia
.
Diagnosticada con un cáncer terminal,
Sonia Todd
, de Moscow, Idaho, sabía que su muerte era inminente. Así pues, se aventuró a hacer algo inusual:
escribir su propio obituario
. Sin embargo, el humor y el aplomo con el que lo hizo es realmente inspirador.
Sonia Todd murió a los 38 años, después de ser diagnosticada de un cáncer terminal. Antes de morir, Sonia escribió su propio obituario, y el humor y la dignidad con la que se enfrentó a la muerte son realmente inspiradoras…
«Mi nombre es Sonia Todd y morí de cáncer a los 38 años. Decidí escribir mi propio obituario porque los que se escriben normalmente solo siguen un par de patrones que no son de mi interés. O bien la familia y los amigos se reúnen para leer una lista de logros en una línea de tiempo, o bien escriben una estrofa poética sobre la vida que, tras ser pronunciada, parece que el difunto había sido la encarnación de una deidad en vida»
«No me gusta el formato de la línea de tiempo porque, seamos sinceros, realmente nunca he logrado nada digno de mención. Además de dar a luz a mis dos maravillosos, amables, ingeniosos y sorprendentes hijos (James y Jason); casarme con mi brillante, comprensivo y precioso marido (Brian) y aceptar a Cristo como mi salvador personal, he hecho muy poco. Ninguno de estos logros requiere gastarme dinero en un obituario»
«Tampoco quería que mis amigos se sentasen a escribir un informe radiante sobre mí, pues todos sabríamos de que estaría lleno de datos confusos, adornados, medias verdades, escenarios imposibles y fuera de toda honestidad. Simplemente no me gustaría poner a la gente en este tipo de situación»
«La verdad, o mi versión de ella, es esta: solo traté de hacerlo lo mejor que pude. A veces tuve éxito y, aunque mayormente fallé, al menos lo intenté. A pesar de mis comentarios locos, bromas y quejas, realmente amaba a las personas. La única cosa que me separaba de cualquier otro es el tipo de pecado en el que participamos cada uno de nosotros. Yo no he hecho o he dicho siempre lo correcto, pero cuando llegas al final de tu vida, esas son las cosas que realmente lamentas, las pequeñas y simples cosas que hacen daño a otras personas»
«Mi vida no era perfecta y me encontré con muchos, muchos obstáculos en el camino. Descartaría totalmente los años de mi vida entre los 16 y los 20… Ok, tal vez de los 14 a los 22. Creo que erradicaría la mayor parte de mis desastres de moda y peinados de los años 80. Pero sobre todo, he disfrutado de la vida. Algunas partes fueron más difíciles que otras, pero aprendí algo de cada mala situación»
«Además, existen algunos beneficios al morir más bien joven. Por ejemplo, todavía debo mis préstamos estudiantiles y al final no voy a pagarlos. Además, he dejado de temer a los asesinos en serie, a los vendedores telefónicos o al Servicio de Impuestos Interno. No me preocupo de las arrugas o la capa de ozono, y/o de esconderme de las noticias durante la época de elecciones»
«Algunas personas me dijeron que escribir mi propio obituario era algo morboso, pero creo que es algo bueno porque tengo la oportunidad de dar las gracias a todas las personas que me ayudaron a lo largo de todo el camino. A los que me querían, me asistieron, se preocupaban por mí, se rieron de mí y a los que me enseñaron cosas para que yo pudiera tener una vida maravillosa y feliz. Fui bendecida por conoceros. Eso es lo que hizo que mi vida valiese realmente la pena»
«Si pensáis en mí y os gustaría hacer algo en mi memoria, podéis hacer esto:»
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