Miedo y remedios naturales, ambos tan antiguos como la propia historia de la humanidad. En este post descubrirás las 4 plantas, que tomadas en sus formas esenciales, como las conocidas flores de Bach, eliminarán tus miedos más específicos.
Todos sentimos, o hemos sentido, infinidad de miedos: Miedo a la oscuridad, a los insectos, al abandono, a las alturas, a la soledad, a no ser amado…
Forma parte de nuestro código genético emocional. Pero como todas las emociones, en ocasiones es adaptativo y en otras todo lo contrario.
El miedo trae consigo tres tipos de respuesta: Paralización, Huída y Ataque.
Pero no debemos olvidar que es una emoción que pretende mantenernos vivos, con lo cual sólo es adaptativa ante los peligros que realmente atañen a nuestra supervivencia.
En este post buscamos deshacernos de los que nos paralizan cuando debemos seguir avanzando, de los que nos hacen huir sin permitirnos elegir la mejor alternativa, de los que nos hacen atacar de forma preventiva incluso a aquellos a los que amamos.
En definitiva, buscamos eliminar los miedos que nos impiden ser libres de elegir nuestras respuestas.
Y de la misma manera que la Naturaleza nos ha otorgado esta herramienta de supervivencia, nos otorga plantas adecuadas para superar, de forma específica, nuestros distintos miedos.
1. Mímulo (Mimulus)
Es el remedio más común para las personas que tienen miedos conocidos, específicos y definidos.
Esta clase de miedo a veces queda como resultado de una vivencia traumática. Es perfecto para las fobias, por ejemplo: miedo a viajar en avión, miedo a los perros, miedo a los exámenes, miedo a engordar, etc.
Es una flor que aporta coraje a quien la toma. Sirve para vencer la timidez. Ideal para superar cualquier clase de fobia.
También puede acompañarse la flor de Mímulo de otras para eliminar miedos específicos.
Por ejemplo, si existe miedo a perder la razón, a perder el control y/o a hacer cosas terribles puede combinarse con la flor de Cerasifera.
2. Álamo temblón (Aspen)
Este remedio es el indicado para los miedos relacionados con lo sobrenatural, como los fantasmas, los “monstruos”, la oscuridad. Hay una sensación de sobrecogimiento y desamparo.
El Álamo Temblón se recomienda para el miedo que se basa en un mal presentimiento “corazonada” pero sin saber a qué en concreto.
Sirve para eliminar el miedo de los niños pequeños a dormir solos, a que se apague la luz, a que algo les pase cuando se queden dormidos.
También se le llama la flor de los médium, ya que aumenta las capacidades psíquicas en aquellos que las presentan. Es difícil distinguir cuando una persona está paranoica y cree que ve cosas que “no existen” y cuando una persona en realidad tiene cualidades especiales y puede percibir por ejemplo seres desencarnados, en este caso el Álamo Temblón ayudará a tranquilizar en el primer caso y a potenciar la habilidad en el segundo.
3. Heliantemo (Rock Rose)
Esta es la flor adecuada para el miedo paralizante que se acompaña de reacciones físicas como palpitaciones, sudoración, mareo, dificultades para respirar, deseos de ir al baño, etc. Es ideal para los ataques de pánico.
Para la persona que queda en shock al enfrentar el objeto o situación que causa el miedo, no se puede mover, está aterrada.
Heliantemo sería la indicada para los niños que despiertan gritando y llorando al tener pesadillas (terrores nocturnos).
Como es indicada para el miedo extremo es muy efectiva en momentos de crisis como accidentes, shocks, traumas, pérdida de seres amados. Cuando una persona se desmaya de miedo pueden humedecerse sus labios con esta esencia floral. El Heliantemo aporta calma en situaciones críticas.
4. Castaño Rojo (Red Chestnut)
Es la flor para quienes sufren por el temor a que a sus seres amados les ocurra algo malo. Es el remedio para las madres que temen que a sus hijos les pase algo y los sobreprotegen. Sienten que al dejar solos a sus seres amados puede ocurrirles lo peor (accidentes, raptos, secuestros, violaciones).
El Castaño Rojo es la flor para los que creen que quienes aman están protegidos sólo en su presencia, a su lado y por eso se aferran a ellos. Para quienes tienen excesivo miedo a perder a los otros y a que les suceda algo malo.
Útil para las madres que no pueden dormir pues pasan la noche vigilando la cuna de su bebé. Para quienes genuinamente sin interés alguno se preocupan más por los demás que por sí mismos. En este caso existe una excesiva preocupación a que le ocurra una desgracia a alguien que ama.
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