viernes, 9 de septiembre de 2022

Miriam Escofet: “Un retrato de mi madre me llevó a pintar a Isabel II”

 

Miriam Escofet: “Un retrato de mi madre me llevó a pintar a Isabel II”

Conversaciones privadas en Buckingham

Un lienzo familiar premiado por la National Portrait Gallery propició que Sir Simon McDonald la escogiese para ser la única española en sostener un pincel ante la reina

Hija de catalán y británica, disfrutó del privilegio de charla íntimamente con la reina.

Hija de catalán y británica, disfrutó del privilegio de charla íntimamente con la reina.

Miriam Escofet

Miriam Escofet (Barcelona, 1967), hija de catalán y británica y afincada en Londres desde hace décadas, es la única española que ha pintado a Isabel II. Un privilegio pero también un riesgo profesional –nadie quiere ser clasificado– que Miriam acepta por la incomparable divulgación que para su trabajo supuso estar a un metro de Isabel II, explica en conversación con La Vanguardia. Como todos los británicos, siente que con la desaparición de la reina más longeva del mundo ha perdido algo. Intangible pero real.

“Aún lo estamos digiriendo. Yo me enteré al salir de una reunión de artistas que nos llevó todo el día. Alguien dijo que había ocurrido algo muy importante porque toda la familia real había sido convocada en Balmoral y eso no sonaba bien. Pero no esperábamos que fuese tan rápido. Me di verdadera cuenta de la dimensión de lo sucedido al salir de la reunión y ver todos los mensajes que tenía. Al llegar a casa puse las noticias y vi la BBC. Ese instante pareció que el aire cambiaba. Un momento verdaderamente histórico”.

Imagino que al ser un retrato de una mujer mayor, pintado con mucha dignidad y cariño, Sir Simon McDonald sintió que yo sería la persona adecuada

Miriam EscofetPintora
Miriam con su madre, Alma, cuyo retrato generó confianza en palacio.

Miriam con su madre, Alma, cuyo retrato generó confianza en palacio.

Miriam Escofet

La única pintora española que retrató a Isabel II de Inglaterra. ¿No le produce vértigo un titular así?

Yo no lo sabía al recibir el encargo y tampoco se puede divulgar salvo en tu círculo más íntimo. Fue cuando el retrato estaba terminado que los medios españoles me lo hicieron saber y fue… ¡Uau! Cuando piensas en la historia del arte de España es inevitable viajar a la corte donde trabajó Velázquez, una época clave en esa historia; así, al pintar a un monarca, entras a formar parte de ella aunque sea en una parte pequeñita. Para un artista es un momento único.

¿Cómo recibió el encargo? ¿La llamaron de Buckingham?

No, fue en 2019 a través del Foreign, Commonwealth & Development Office, un organismo muy importante dependiente del Gobierno y cuyo secretario, Sir Simon McDonald, contactó con la National Portrait Gallery. Yo había ganado en 2018 su concurso anual con un cuadro de mi madre. Pidió consejo para este encargo, le presentaron una selección de artistas y al ver mi trabajo, que conocía de aquel certamen, me eligió. Imagino que también al ser un retrato de una mujer mayor, pintado con mucha dignidad y cariño, sintió que yo sería la persona adecuada. Un retrato de mi madre me llevó ante la reina, así que me encantó poder llamarla y agradecérselo. Vivió para ver el cuadro terminado. 

La pintora, con el retrato terminado.

La pintora, con el retrato terminado.

Aliona Adrianova

Al pintar a alguien, por más que crees que lo conoces porque has visto miles de fotos y documentales, solo captas quién es realmente cuando está delante

Hábleme de la sesión. ¿Cómo es estar frente a una reina de semejante talla?

El palacio no interfiere, el artista puede pedirle un gesto u otro si bien en la mayoría de retratos está sentada, son imágenes clásicas. Cuando estás frente a ella para pintarla, Buckingham ya ha examinado tu obra y entiende que eres una persona de confianza: antes de ese momento ya ha habido muchas citas con su personal –que son muy amables– y has podido examinar la estancia donde se pintará el retrato, sus elementos, la luz, etc.

¿Cómo fue estar ante Isabel II al alcance de la mano?

Llegado el momento, estás muy preparada pero al tenerla delante, toda esa preparación desaparece (risas). Al pintar a alguien, por más que crees que lo conoces porque has visto miles de fotos y documentales, solo captas quién es realmente cuando está delante. Todos tenemos un aura, un magnetismo que transmitimos a los demás y eso se produce en vivo. Me cayó muy bien. En los primeros diez minutos ella también me estuvo chequeando (risas) pero nos relajamos en seguida. Yo tampoco sabía hasta qué punto podía charlar con la ella, el protocolo a seguir en cuanto a la temática, pero el modo en que ella habló y los temas que le interesaban, supusieron una señal muy clara. Pero no me preguntes porque no puedo contar nada: se trata de una sesión privada entre retratista y monarca.

¿Las dejaron a solas?

En la estancia había tres personas pero el espacio era enorme y olvidas que están allí; es realmente un momento muy privado con la reina. Al final terminas hablando de cosas muy normales. En el pasado, cuando era más joven y tenía más energía, sé que sus conversaciones con los artistas eran más atrevidas (risas). Le gustaba conocer al pueblo y hablar con gente interesante y los artistas suelen serlo.

El retrato de Isabel II es un fiel reflejo de la soberana.

El retrato de Isabel II es un fiel reflejo de la soberana.

Foreign, Commonwealth & Development Office

Yo tampoco sabía hasta qué punto podía charlar con la ella o el protocolo a seguir en cuanto a la temática, pero el modo en que ella habló y los temas que le interesaban, supusieron una señal muy clara

¿Cuántas veces acudió a palacio para pintarla?

Fueron dos sesiones. Al principio me dijeron que debía ceñirme a una y durante una hora. Ah, y que si Su Majestad se cansaba, podía reducirse el tiempo a 20 minutos. Me quedé congelada porque en ese lapso no se puede hacer nada. Rogué por una segunda sesión y me la dieron. No fue fácil: elecciones, Boris Johnson llegó a primer ministro, proceso de Brexit, etc y su calendario estaba muy lleno. La primera sesión fue en julio de 2019 y la segunda, en febrero de 2020.

Es decir, que a punto estuvo de no poder volver a verla a causa del confinamiento.

Sí, pocas semanas después de la segunda cita la OMS declaró la pandemia. En cualquier caso, al advertirme que el tiempo con ella sería tan breve, supe que no era posible realizar un boceto así que lo mejor era conocerla, hablar con ella, tomarle fotos… Obtener documentación para el cuadro y conocerla.

¿Cuál fue su rasgo más difícil de plasmar?

Tenía una fisonomía difícil de captar, algo que comentan muchos artistas. Con cualquier personaje famoso sucede que te planteas si hay una separación entre la persona privada y la pública, en qué aspecto debes concentrarte y si serás capaz de captar a la persona privada. Eso te acompaña durante todo el proceso. Eso es lo más difícil: el enlace entre ambos, la cara que la gente reconoce pero transmitiendo qué captas de la persona privada.

Para terminar, ¿qué rey cree que será Carlos III?

Todos coincidimos en que será muy distinto a su madre. Se le critica porque a veces ha dicho cosas inconvenientes, tiene opiniones políticas y eso no está bien considerado… Pero creo que quizá ha aprovechado el tiempo de espera antes de ser rey para desahogarse y pronunciarse. En todo caso, seas o no monárquico, no hay mejor ejemplo que el de su madre y tratará de seguirlo. Inglaterra es monárquico por naturaleza, se respeta mucho a la familia real, es parte de su historia y el pueblo está orgulloso pero… En gran parte ese sentimiento estaba basado en Isabel II; ella era los cimientos de la razón y acabamos de perder un siglo. En momentos de incertidumbre, siempre estaba la reina y ahora, en una época tan convulsa, se notará mucho su ausencia. Bueno, como hemos visto, la familia real inglesa tiene una capacidad asombrosa para reinventarse.

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