Berlín es una de las ciudades más fascinantes del mundo. Su increíble historia, las cicatrices de la guerra, la división y su espectacular resurgimiento la hacen una ciudad digna de visitar y dedicarle al menos tres días. Pero si ustedes al igual que yo por alguna razón de la vida pasan por esta ciudad con poco tiempo disponible, deténganse al menos 24 horas para darse una probadita de sus maravillas.
Yo estuve en Berlín como escala, dándome un descanso entre República Checa y Polonia. Lo más agotador de mi trabajo no es viajar sino grabar y organizar todo lo referente a mis videos. Por ello trato de hacer algunas pausas mientras viajo y salir a recorrer sin mi cámara. Solo con el celular en la bolsa.
Para pasar la noche escogí el hotel Sir Savigny, en el barrio de Charlottenburg, lo encontré en BestDay y fue un pequeño lujo en mi “break”. El hotel me encantó, el diseño es increíble, vanguardista e inteligente y la habitación tiene buen tamaño y la cama es DELICIOSA. El restaurante es muy bueno y el desayuno genial, además de que el staff es muy amable. Amé el hotel.
Este es mi itinerario de un día en Berlín.
7:30 am Comencé desayunando en el hotel. Mucha fruta, mucho pan y más café como preparativo y estimulante para el maratónico día.
A una cuadra del hotel está la estación de tren. Así que tomé la linea S que en 20 minutos me lleva a mi primer destino: la East Gallery. El transporte colectivo en Berlín funciona excelente y no es tan costoso. Compré un pase de un día que me costó 7 euros. Un solo tramo cuesta 1.70 euros y se pueden adquirir en las máquinas de las estaciones. Es necesario cancelar el billete en las máquinas junto al andén de lo contrario los pueden multar en caso de encontrarse con un supervisor.
8:30 am La East Gallery es el fragmento más largo en existencia del antiguo muro de Berlín, mide 1.3 km y sus paredes ahora sirven como lienzos para artistas de todo el mundo que imprimen discursos de paz y protesta a lo largo de sus paredes. Una de las obras más conocidas es “The Kiss”el beso, que representa un beso fraternal entre el líder soviético Leonid Brezhnev y el presidente de la Alemania oriental Erich Honecker.
Si bien el antiguo muro sirve como un excelente “Instagram Wall” no debemos olvidar su significado y la invitación a reflexionar sobre los muros físicos e ideológicos que todos los días se lucha por derribar.
Para llegar al muro me bajé en la estación Warschauer Strabe de la linea S, caminé toda la longitud del mismo y me volví a subir al tren en la estación Berlín Ostbahnhof donde tomé de nuevo la línea S hasta Alexanderplatz.
9:45 am En Alexanderplatz se encuentra el icono de Berlín, la torre de TV construida en 1969 con aspecto futurista. En la plaza hay muchas opciones de tiendas y restaurantes y si lo desean pueden subir a la torre por 15,50 euros.
En la plaza hay dos edificios de interés, uno es la iglesia Marienkirche del siglo XIV y sobreviviente de la guerra. La entrada es gratuita. En el lado opuesto hay un edificio gubernamental para los amantes de la arquitectura llamado Rotes Rathaus.
Seguí caminando una cuadra más hasta llegar a la isla de los museos. Este fascinante sitio tiene los mejores museos de Berlín y probablemente del país. Yo decidí visitar dos de ellos.
10:30 am El Neues Museum o Museo Nuevo es un museo dedicado a piezas arqueológicas de varias partes del mundo, en especial la colección egipcia es famosa y la estrella del lugar es el impresionante busto de Nefertiti ubicado en una espectacular sala y exhibido con la majestuosidad que se merece. El busto es impactante y es increíble ver como los colores se conservan de forma tan vívida. Esta escultura ha sido considerado durante siglos como arquetipo de belleza y hasta leí un caso de una mujer obsesionada que se sometió a diversas cirugías plásticas para parecerse a ella.
El edificio en sí es una maravilla. Dañado considerablemente durante la guerra fue sometido a una inteligente renovación del famoso arquitecto David Chipperfield quien combinó elementos contemporáneos con el edificio dañado. Las salas están muy bien explicadas y se incluye una audio guía gratuita en varios idiomas incluyendo el español.
No olviden ver también el espectacular sombrero de Berlín, un sombrero de oro con 3000 años de antigüedad y uno de los 4 del mundo en su tipo. Además la sala de pergaminos exhibe algunos de los más de 4000 pergaminos egipcios que posee el museo y los expone de manera fabulosa. En la sala de Nefertiti no se permiten las fotos. Entrar al museo cuesta 12 euros.
12:30 pm El otro museo que visité es el Pergamonmuseum el más visitado de toda Alemania. El museo alberga una importantísima colección arqueológica principalmente del Medio Oriente. La estrella del museo es la imponente puerta Ishtar, la antigua entrada a la desaparecida Babilonia, restaurada a partir de miles de fragmentos. El altar de Pergamon está en remodelación y abrirá de nuevo en 2019.
El museo es espectacular aunque personalmente me gustó mas el Neues. La entrada cuesta 12 euros.
Si piensan visitar más de un museo hay una entrada combinada para ahorrar algo de dinero que cuesta 18 euros.
2:00 pm En la misma isla se encuentra el Domo de Berlín, una catedral que fue prácticamente destruida en su totalidad durante la guerra. El interior impresiona y vale la pena subir al domo para obtener vistas increíbles de la ciudad. La entrada a la iglesia y subida al mirador cuesta 7 euros.
2:45 pm Bajando el puente crucé hacia una de las plazas más típicas de Berlín: Gendarmenmarkt. Aquí hay varias cafeterías, ideales para tomarse un tiempo para almorzar. Si quieren probar la comida típica el restaurante Agustiner am Gendarmenmarkt tiene buenas reseñas y es de precio medio.
Si buscan algo más económico, aunque no tan tradicional, los burritos son muy populares en la ciudad y el restaurante Chupenga sirve algunos muy buenos a precio razonable. Aunque el snack por excelencia en Berlín es el Currywurst, una salchicha bañada en una salsa de curry inventada en Berlín y acompañada de papas fritas. En google pueden poner currywurst y les indica lugares y calificaciones de los sitios. Son baratos, rápidos y prácticos.
4:00 pm A diez minutos caminando hacia el sur de la ciudad está el Museo Judío, uno de los más impresionantes que he visitado. El edificio es obra del polaco Daniel Libeskind, quien a través de la arquitectura logra conmovedoras atmósferas y emociones en los visitantes. Vale la pena visitarlo con calma y dejarse llevar por la experiencia. La entrada cuesta 8 euros.
De regreso hacia el norte camino por la avenida friedrichstrabe y paso por la famosa caseta Checkpoint Charlie, este sitio era un módulo de paso en el muro que solo podían usar extranjeros y diplomáticos. La caseta es una reconstrucción y en las cercanías hay fotos antiguas del sitio incluyendo el día en que los estadounidenses y los rusos pusieron sus tanques frente a frente. Hay un museo dedicado al sitio (no entré por falta de tiempo y unos amigos cercanos me dijeron que no valía la pena) y muchas tiendas de recuerdos.
Caminando un poco más arriba llego a un estacionamiento que no tendría mayor interés si aquí no fuera el sitio donde se ubicara el búnker de Adolf Hitler y el sitio donde puso fin a su vida. Solo hay un cartel que indica la historia del sitio, verán que en Alemania la huella de Hitler ha sido prácticamente borrada y sitios como este son monitoreados para evitar la presencia de neonazis que ven el lugar como un altar a su ídolo.
Una cuadra más arriba se encuentra el monumento para los Judíos asesinados. Fue diseñado por el arquitecto Peter Eisenman y por el ingeniero Buro Happoldq y es una especie de jardín de ataúdes de concreto alargados que crean un sitio particularmente confuso, bello, intrigante y especialmente fotogénico.
Un sitio ideal para los amantes de Instagram, pero no debemos olvidar la importancia de este lugar y que es sobre todo un memorial. Hay que guardar respeto y recorrerlo en silencio. No es un área de juegos ni escenografía para fashion bloggers. Si lo desean pueden entrar a la parte inferior donde hay un museo al cual se accede pagando, yo no entré pues al llegar ya estaba cerrado.
Desde aquí se puede caminar unos pasos hasta llegar a la famosa Puerta de Brandeburgo, quizá el sitio más conocido de Berlín y especialmente fotogénico al atardecer. Inaugurada en 1791 era la antigua entrada a la ciudad. En la parte superior se puede ver a la Diosa de la Victoria sobre un carro tirado por 4 caballos, la escultura de bronce es una copia pues la original quedó destruida en la Segunda Guerra Mundial.
Como dato curioso hasta 1918 solo la familia real y unos pocos podían usar la entrada central. Durante la división de la ciudad la puerta quedó en una especie de tierra de nadie y tras la caída del muro recuperó su estatus de símbolo de Berlín.
Junto a la puerta se encuentra el Edificio del Reichstag Reichstagsgebäude, la sede del Parlamento. Destruido casi en su totalidad durante la guerra, fue renovado y un espectacular domo de cristal se eleva en el techo. Es posible visitarlo de manera gratuita solamente es necesario reservar por internet en el siguiente link https://visite.bundestag.de/BAPWeb/pages/createBookingRequest.jsf?lang=en. El domo cierra eventualmente por mantenimiento como me tocó a mí y no pude visitarlo. Pero muero de ganar de poder hacerlo en un futuro.
Caminar por esta área es muy interesante, hay mucho edificios de arquitectura contemporánea que muestra la cara de una ciudad renovada y moderna. Cuesta trabajo pensar que este lugar estaba hecho escombros hace poco más de 70 años. Berlín es ejemplar en muchísimos sentidos y si hace buen clima es interesante sentarse solo a observar a la gente. Algo tiene Berlín que vibra distinto, vibra bien.
8:00 pm el sol ya se había ocultado y era momento de tomar unas buenas cervezas alemanas. En El barrio del hotel hay muchos sitios para salir y beber una buena cerveza. Leí recomendaciones de BRLO Brwhouse. No es el sitio más barato pero tiene mucha onda y hacen su propia cerveza, además de vender de otras cervecerías todas artesanales.
Si tienen energía y lo suyo es la fiesta Berlín presume tener una de las mejores vidas nocturnas del mundo y para todos, todos los gustos y curiosidades. Algunos tan legendarios como el Arena o el Berghain, si eres de los afortunados que logran entrar. Como siempre en la vida nocturna conviene preguntar que está de moda, pues es una escena que cambia constantemente. Vayan con lentes de sol, la fiesta termina al día siguiente.
Berlín es fascinante y lo ideal es dedicarle varios días. Me prometí volver con todo el tiempo del mundo para documentarlo en mis videos.
¡Disfruten su viaje!
Cerca hay un búnker sobreviviente en el parque de enfrente.
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