Cuando la leas podrás ver el retrato energético de la humanidad toda
Marcela es una mujer que vive en Suiza y me ha escrito una carta exponiendo 2 preguntas: ¿Cómo evolucionar estando atrapada? ¿Cómo poder abrir mi corazón si ni siquiera lo tenía en mis manos?
Ella me autorizó a publicar su carta original y el mandala que pintó (Está en portada) después de su primer contacto con Ayahuasca y nuestro equipo de psicoterapeutas.
Al final de la carta están mis respuestas a Marcela, ambos aceptamos publicarlo para cooperar con mucha gente que seguramente está en situaciones parecidas.
Estimado D. Alberto Varela,
Cuando leí que debía escribir un correo al director de la escuela y creador de este sueño colectivo, antes de participar en la Escuela Europea de Ayahuasca, incontables ideas cruzaron mi ser. Imágenes de infancia, emociones, sueños, lazos, descubrimientos. Pensé en esas historias que cuentan sobre el momento antes de la muerte: la vida, como una película, pasando ante mis ojos. Es difícil expresar en palabras claras todo esto. Me sorprendo dado que mi vida laboral se ha desarrollado usando el discurso; explicaciones claras y bien planteadas. Pero hoy veo en mi propia vida que las palabras son mezquinas para expresar verdades esenciales.
Y me gusta que así sea. Es justamente mi principal motivación para continuar, dar un paso más y participar en la Escuela Europea de Ayahuasca: gracias a los retiros que organizáis, he descubierto una nueva forma ser, estoy viviendo un renacer, y quiero seguir creciendo en este camino. Infinitas emociones, sueños, simplezas, confianzas… el vacío infinito, la plenitud del amor.
Desde pequeña tengo una certeza de trascendencia en el contacto con la naturaleza. Con los años y la domesticación, ese sentir se fue transformando en un espejismo. Experiencias tempranas de daño me hicieron temer y luego aprender a defenderme, incorporando las artes marciales como elemento central de mi vida. La autoridad firme de mis padres me llevó a desarrollar un potente super-yo, a ratos restrictivo de lo espontáneo, pero muy eficaz para sobrevivir en nuestra selva humana. Mi capacidad natural de reflexión y pasión por el conocimiento, me ha llevado a avanzar en mi carrera profesional sin mayores problemas, como un juego que me divierte.
Hoy agradezco todo eso, con lo bueno y lo malo. Pero algo ha faltado. He mirado desde el otro lado del camino demasiados años, y ahora es momento de cruzar a la plenitud. Estoy saldando una deuda con mi esencia olvidada.
Me he preparado para este momento desde siempre, sin tenerlo muy claro, pero más conscientemente desde el 2013, en que comencé a practicar –algo como- zazen. Sin ninguna guía, sólo con consejos de amigos y leyendo libros, partí en la senda de tomar mi mente menos en serio. Desde Chile llegué a Europa el 2014, lo que me permitió avanzar en este proceso: en la soledad del primer mundo, o te deprimes o evolucionas. Trabajé con una coach durante todo el año pasado, buscando cerrar ciertas heridas e ir cambiando algunos comportamientos. Así y todo, algo faltaba: me atrapé en una relación con una persona con quien no tenía compatibilidad vital, y no podía salir de eso. ¿Cómo evolucionar estando atrapada? ¿Cómo poder abrir mi corazón si ni siquiera lo tenía en mis manos?
En ese momento, la sabiduría mística de las culturas latinoamericanas e indígenas, que siempre me ha llamado, volvió a mí al ver que podía experimentar esa planta de poder de la que tanto escuché en mi vida en Chile: la ayahuasca, gracias a los retiros que organiza Inner Mastery International.
He participado en dos retiros, muy diferentes cada uno de ellos y especiales para mí. Estoy desarrollando cambios esenciales en mi vida, explorando algo nuevo, pero que mis células recuerdan. Además, he descubierto gente maravillosa: todas las personas que he conocido de la organización (Víctor, Eliel, Laura y Alexandra) han sido extraordinarias y muy importantes en este proceso. Pero también los compañeros de viaje. Personas con las más diversas historias, unidos por una conexión esencial. Es hermoso ampliar la red de vínculos desde la fragilidad, en el camino del desprendimiento.
Aquí me encuentro ahora. Con la curiosidad de una niña, con la confianza y la fuerza de un guerrero, con el poder del amor y el vacío en mis manos, lista para crear un nuevo sueño.
Espero poder realizar mi tercer retiro en diciembre en Suiza y en enero realizar mi primer ciclo de formación en la escuela. No sé mucho más que eso. Tengo la confianza de que todo fluirá.
Me despido con un profundo agradecimiento, deseando que tenga un gran día.
Le saluda y abraza,
Marcela
RESPUESTA:
Hola Marcela.
Ante todo quiero decirte que he leído varias veces tu carta, “abriendo mi corazón” para sentirte. Me ha llegado una visión acerca de ti, te he visto escondida en algún rincón, con miedo y rencor. Pero no es la Marcela de ahora, sino la niña herida; que todavía está viva y resentida dentro de ti. Tu y ella están conviviendo insanamente dentro de un mismo espacio. Pero es una situación de pronta solución.
Cuando en el proceso de la niñez, lo exterior intenta agredirnos o lo consigue, estructuramos mecanismos de defensa naturales para sobrevivir y adaptarnos. Pero lo que debiera ser una defensa transitoria, se acaba convirtiendo en nuestra propia identidad. Pasamos, de usar una manera de defensa puntual, a convertirnos en un mecanismo listo y organizado que se defiende de todo y a toda hora. Incluso del amor y de la felicidad.
El sentimiento de deuda, ya sea con la vida, los otros o uno mismo es un error de percepción. No existen las deudas en la existencia. Todo acontece a cada momento de la manera que debe y puede suceder. La interpretación de que te debes algo a ti misma proviene del hecho que no has permitido “hasta ahora” que entre aquello que te mereces y tanto anhelas. Los mecanismos de defensa funcionan como una válvula, dejan que salga cosas de ti, pero no deja entrar nada. Dado que tú misma te has identificado con el mecanismo, crees que tienes una deuda contigo misma, pero no es así.
Si alguna vez has contactado con la esencia, esta nunca se olvida, si la olvidas te duermes, y si te duermes se abre la posibilidad de despertar. Si no la has olvidado entonces te has distraído en el proceso de educastración, y es normal, todo confluye a que miremos hacia fuera. Tantas veces y durante tanto tiempo dejamos de miramos dentro que acabamos durmiéndonos. Pero no has hecho nada mal, aunque lo parezca.
Es probable que poco a poco estés recuperando el rumbo natural que tenía tu Ser de niña. Si te has dormido o distraído no es un dato importante sino lo que ahora te está sucediendo, relacionado con VOLVER A COMENZAR, con renacer, con desprenderte de un pasado que creó un rumbo inadecuado para tu esencia, con descubrir lo nuevo, que en realidad no lo es aunque así lo parezca después de tantos años sin conectar.
Esta realidad, sumada al hecho de que ya sabes lo que es la trascendencia, te poner en un lugar delicado y hasta peligroso en tu proceso. Me refiero a la posibilidad de que des pasos hacia adelante sin haber resuelto los rastros del pasado.
El pasado no puede cambiarse ni solucionarse de ninguna manera. Pero la “relación” con el pasado sí se puede sanar, sin lo cual nunca nos desprenderemos de los registros antiguos, ya que cada día se van produciendo nuevas memorias que van creando permanentemente nuevas reacciones que dañan la percepción de lo que nos va ocurriendo. Esta situación se resuelve a través del proceso de COMPRENSIÓN: aceptar, perdonar, agradecer, integrar y reconciliar. Lo trabajaremos en talleres de la Escuela cuando vengas, pero si quieres puedes ir profundizando en la observación de tu pregunta: ¿Cómo evolucionar estando atrapada? La pregunta denota que te juzgas por haber sido atrapada en una relación. Eso también es un error de percepción. Este atrapamiento era fundamental en el proceso de evolución de tu consciencia. En realidad no hay manera de evolucionar si la consciencia no está atrapada.
La cárcel, la esclavitud, el encerramiento es la experiencia suprema de la consciencia en este plano humano y material. Todos los que tenemos consciencia estamos atrapados, pero no todos lo sabemos todavía. Ninguna persona que no se dé cuenta de su propia esclavitud podrá liberarse, y para darse cuenta hay que despertar. La misión de un ser despierto es realizar la fuga. Liberar la consciencia.
¿Cómo es que pude caer en una relación que me quitaba libertad? ¿Por qué acepté una dependencia que no me hacia feliz? ¿Cómo pude abrir mi corazón a una persona que no me ama?
Puedes hacerte mil preguntas parecidas, todas te llevaran a la culpa. Y es en esa emoción preventiva donde el alma queda anclada, sin poder liberarse. La culpa crea angustia, y la angustia es difícil de controlar. Entonces aparece la posibilidad de controlar para evitar cometer nuevos errores. Emprendemos así muchas maneras de superarnos y trascender que en el fondo esconder una evitación de la culpa. No volvemos mejores personas, pero seguimos igual. Nos volvemos espirituales pero seguimos igual. Hacemos muchos cambios favorables y positivos, pero la relación con el pasado sigue igual.
El control quiere sobrevivir, el control es desconfianza activa. No hay manera de confiar si no se fluye espontáneamente. El control ha tenido el poder hasta ahora y no ha permitido que atravesaras la frontera de la culpa, porque si se TRASCENDIERA LA CULPA, la angustia no podría detenerte en el camino hacia la libertad.
Te ha llegado el momento de vivir en el no-control, dejando que las cosas sucedan naturalmente y que cada cosa se vaya poniendo en su lugar, o que se caigan del proyecto de vida que habías creado. Fluyendo se cae todo lo que se tiene que caer sin forzar nada. No te preocupes que la fluidez se ocupa de todo.
También preguntas en tu carta: ¿Cómo poder abrir mi corazón si ni siquiera lo tenía en mis manos?
En realidad no es que no lo tenías en tus manos sino que “el control” tenía el poder sobre ti, y eso supone un aislamiento de tu propia fuente de sentimientos. Este control es un gran mecanismo de evitación al que le ha llegado la fecha de caducidad. Has venido a unos de nuestros retiros, y la energía de sanación que llevamos junto a la Ayahuasca ha removido los cimientos del control. Si me permites quiero decirte algo: es precioso el hecho de que tú nunca hayas tenido tu corazón en tus manos, que tu vida haya sido una historia de control, eres como una virgen, pura e inocente en cuanto a la experiencia de confiar y amar, que son dos caras de la misma moneda.
El corazón no se puede abrir, quiero decir que “no se puede hacer nada” para abrirlo. Se abre mágicamente solo cuando le llega el momento, cuando las circunstancias lo seducen; cuando lo que nos ocurre es percibido interiormente desde una consciencia pura e inocente y sin juicios, el corazón se siente invitado sensiblemente a abrirse de par en par.
Siento que el proceso de apertura de tu corazón no se puede detener, y lo único que puedo sugerirte es que colabores incondicionalmente con lo inevitable, porque eso te sanará y transformara toda tu vida.
“No se puede abrir ningún corazón que primero no se haya cerrado.”
CORAZÓN CERRADO, CONSCIENCIA ATRAPADA, UNA VIDA LIMITADA Y DESPERDICIADA. La situación es perfecta.
Esta es tu historia personal, tan preciosa como la mía, y la de todos los humanos que podemos ver y percibir el gran desafío que hay ante el camino que nos toca transitar: VIVIR CON EL CORAZÓN ABIERTO Y LA CONSCIENCIA EXPANDIDA PARA EL FLORECIMIENTO DE TODO NUESTRO POTENCIAL.
Hacia ese destino maravilloso estamos yendo Marcela.
Alberto José Varela
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