Rajoy, personaje rancio donde los haya, es de los que piensan que la juventud es irreflexiva, alocada y carece del suficiente grado de responsabilidad. Para eso, para mostrar "sentido común" y "responsabilidad", están ellos. Son los llamados a prolongarse indefinidamente en el poder. Pero se les ha acabado el momio. Carecen de la más mínima legitimidad. Hartos de embustes, falsedades, trampas y constante pérdida de derechos, la juventud ha tomado conciencia de su fuerza, de su potencial transformador, y no sólo se resiste a ser instrumentalizada y manipulada, sino que, además, sabedora de su importancia en el devenir político inmediato,planta cara limpia y abiertamente a la política tradicional en la que los "experimentados" se encontraban tan a gusto. Si, en verdad, las fuerzas tradicionales de izquierdas desean para todos un futuro mejor, únanse a los proyectos jóvenes. Si la juventud que emerge en verdad comparte el mismo objetivo, respete la historia más limpia de quienes, en su día, también fueron proyectos de jóvenes que hubieron de padecer persecuciones sin cuento para ir desbrozando el camino.
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