En el mundo espiritual existen amuletos y talismanes a los cuales se atribuyen virtudes especiales y uno de ellos es la higa o mano de la diosa. Este es un amuleto originario de la Península Ibérica, aunque con el tiempo se ha difundido por todo el mundo, siendo también conocida con otros nombres, como mano negra, mano poderosa, figa o puñera.
La magia y el simbolismo de la higa son muy amplios, pero originalmente se trata de una pieza que representa la mano de la diosa Madre Primigenia, protectora de la Península Ibérica. La higa se identifica gracias a su forma de mano empuñada con el pulgar dentro del dedo índice, en señal de lucha contra el mal que acecha.
En el campo de la protección se considera que este la higa funciona para ahuyentar el mal de ojo, la envidia, los celos y las enfermedades del entorno en donde se invoca su energía. Curiosamente, en los hogares la higa da señales del papel que desempeña, es decir, al absorber toda la energía negativa de un lugar esta se rompe por sí sola, y debe ser sustituida por una nueva; por lo tanto, siempre se recomienda adquirir una de un material rompible.
Además de utilizarse en los hogares, la higa se utiliza con frecuencia por niños y mujeres. En el caso específico de España y algunos países de Latinoamérica, aún se practica el rito de colocarle una higa colgante a los recién nacidos como amuleto de protección contra el mal de ojo. Cuando se usa como colgante la higa suele estar diseñada en azabache o plata y no debe ser expuesto por encima de la ropa, sino dejarlo en contacto con la piel.
Un ritual muy importante ligado al uso de la higa se relaciona con su limpieza. Antes de usarse por primera vez, se recomienda colocarla debajo de un grifo de agua corriente, luego colocarla sobre un poco de sal marina y un cuarzo durante tres días de luna llena para descargarla de las energías, que recibió antes de llegar a su dueño.
Algunas aplicaciones de la higa en la historia, se evidencian en el Antiguo Egipto, donde la mano se utilizaba para alejar las serpientes. Por su parte, en Anatolia tenia connotaciones sexuales, ya que según estas interpretaciones el pulgar envuelto entre los dedos, representa el pene dentro de los labios vaginales.
Así mismo, otros objetos muy similares existen entre los musulmanes y entre los judíos. Los primeros se protegen del mal con la mano de Fátima, mientras que los segundos se apegan a la mano de Myiam. A pesar de las diferentes versiones que existen de la higa, estas tienen en común, el hecho de no relacionarse con ningún aspecto oscuro o maligno.
El uso de la higa como amuleto de protección data de las civilizaciones más antiguas y hoy en día la creencia en ella sigue tan fuerte como en aquellos tiempos.
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