lunes, 10 de julio de 2017

MACHI LUIS NAHUELCURA: “HAY ENFERMEDADES QUE NO SON PARA MÉDICOS TRADICIONALES”

MACHI LUIS NAHUELCURA: “HAY ENFERMEDADES QUE NO SON PARA MÉDICOS TRADICIONALES”

Luis Godfrey Nahuelcura Calfuqueo nació en Puerto Saavedra y siendo niño tuvo los primeros sueños (peumas) y visiones (perimutum) que, llegada la adolescencia, lo convertirían en machi de su comunidad. “Veía toros enormes que pastaban y cuando me acercaba, desaparecían. También vi una vez a un gran culebrón brillante enroscado en la copa de un boldo. En otra ocasión se me apareció un choique o ñandú gigante. No me hacía nada, pero yo le tenía miedo. Lo perseguía y quería tomarlo del cogote, pero no me dejaba. Sólo mi abuela sabía lo que pasaba. Me dijo estás muy apurado; hay que hacerte lahuén (agua medicinal) porque estás para machi”, recuerda.
A los 14 años Nahuelcura enfermó por primera vez y luego a los 19 estuvo muy grave, a punto de morir, cuenta: “Me perseguía una fuerza y tuvieron que hacerme un machitún para sacarme el mal. Pasaron dos años antes de que me recuperara y ahí comenzó mi iniciación con mi abuela machi”. Ella y una tía lawentuchefe (agente médico) le enseñaron los rituales del tiempo, las energías de la Luna, dónde había que buscar las plantas medicinales y los secretos para preparar remedios: “Fui un elegido, no por las personas ni por los parientes, sino por la divinidad, por los espíritus superiores”.
Como en su zona no tenía trabajo ni tierras, decidió emigrar a Santiago, donde se desempeñó en diversas actividades, todavía ajenas a la salud. A instancias de un lonko amigo viajó a Valparaíso, a una comunidad en el cerro Alegre, tras lo cual regresó con sus conocimientos ancestrales a la comuna de La Granja. Fue entonces cuando la CONADI lo contactó para ofrecerle un trabajo de salud intercultural en el Hospital San Borja-Arriarán.
Nahuelcura cuenta que partió atendiendo a funcionarios del centro asistencial, ya que al parecer no confiaban mucho en su capacidad y como no querían arriesgar a los pacientes los usaron a ellos como conejillos de indias, “pero todo resultó bien, quedaron contentos, llegó el apoyo del Ministerio de Salud y se llenó la consulta con usuarios del servicio”.
Hoy el machi atiende en una ruca inaugurada en 2008 en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Chile, en La Pintana, por la Asociación Indígena Taiñ Adkimn. A los pacientes les pide que lleven una muestra de orina, una foto o la ropa con que durmieron, para visualizar sus problemas, “que pueden ser migrañas, reumatismos, diabetes, colesterol alto, dificultades de pareja o familiares, depresión, infertilidad o males misteriosos”.
¿Son comunes las brujerías? Nahuelcura dice que más de lo que la gente imagina, pero que sólo un espíritu superior puede verlas: “Hay gente que se hace exámenes médicos y le salen todos buenos, pero no puede dormir, tiene dolores y sufre mucho. Ahí influyen otras fuerzas desconocidas, ya no son enfermedades para los médicos tradicionales”.
Aclara que él sólo realiza operaciones espirituales y que deriva los casos cuando requieren algún procedimiento quirúrgico. La base de su medicina, que busca la sanación espiritual y el equilibrio, está en los cantos sagrados, el canelo, las yerbas y los remedios, “es una mezcla de magia, religión y naturaleza, todo unido por nuestra cosmovisión, por lo que nos enseñaron los abuelos, eso es lo que yo practico”.
Sentado junto al rehue de su hogar en la comuna de San Ramón, el machi dice sentirse satisfecho con su labor, porque se dedica con esmero a sus pacientes, mapuches y huincas, y ellos confían en su sabiduría. ¿Y los médicos tradicionales? “Aunque tienen otra visión, me han demostrado respeto, porque no tienen el desarrollo espiritual ni los conocimientos de las yerbas que yo poseo”.
Autor: Julio Díaz Bórquez
Fecha: 14/11/2016 3:00:00

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