LA LEYENDA DEL MUÉRDAGO
El 13 de Diciembre se celebra el día de Santa Lucia.
En este día hay que quemar el Muérdago. Cuentan las leyendas los poderes mágicos del Muérdago como una planta que ni es del cielo ni de la tierra, ya que sus raíces no tocan nunca el suelo (por ser una planta parásita que vive en las ramas de los árboles), pero tampoco se mantiene por sí mismo en el aire.
El poder místico del muérdago y la tradición de besarse debajo de él, se debe a la leyenda de la diosa Frigga y su hijo Balder.
Frigga era la diosa del amor y su hijo, Balder, era el dios del sol de verano
Una vez, Balder soñó con su propia muerte, quedó muy preocupado y le dijo a su madre el sueño tan extraño que tuvo.
Frigga quedó tan preocupada como él, y no sólo por la vida de su hijo sino también para la vida en la Tierra, porque sabía que sin Balder toda la vida en la Tierra llegaría a su fin.
Por lo tanto, hizo todo lo imposible para evitar esa desgracia y fue por todas partes a visitar a todos los seres del aire, el agua, el fuego y la tierra para conseguir la promesa de que nunca harían daño a su hijo.
Ella se comprometió a velar por la seguridad de su hijo y por la de todos los animales y las plantas por debajo y por encima de la Tierra.
Sin embargo, Loki, el dios del mal, que era el enemigo de Balder y siempre tuvo ansias de extender el mal en la tierra, era consciente de que había una planta que Frigga había pasado por alto…. Crecía en manzanos y robles, y era conocida como muérdago.
Por lo tanto, Loki hizo una flecha de muérdago y untó la punta con la sabia de la planta.
A continuación, engañó al hermano ciego de Balder conocido como Hodr, el Dios de invierno, y le hizo disparar la flecha a Balder que herido de muerte quedo envenenado y murió.
Todo el mundo estaba muy preocupado, ya que la Tierra se volvió fría y la vida se volvió triste
Por más de tres días, cada criatura viviente trató de utilizar sus dones y llevar a Balder todo tipo de ungüentos y pócimas para poder devolverlo a la vida, pero finalmente fue Frigga que logró resucitar a su hijo con la ayuda del mismo muérdago.
Así nació la tradición que ha llegado hasta nuestros días, y por ello siempre hay muérdago en nuestras casas por Navidad, para protegernos y ayudarnos a salir de los trances de la vida, así como a besarse cuando se pasa bajo el muérdago.
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