El ombligo*, esa cicatriz que queda después de cortar el cordón umbilical, que nos recuerda de dónde venimos, que nos remite a la no preocupación de alimento y abrigo porque todo nos era dado en la matriz de nuestra madre a través de él.
*El ombligo* juega un papel fundamental en nuestro cuerpo porque durante la concepción es aquí donde se forma su primera célula y cada parte de él se desarrolla en espiral alrededor de esta primera célula.
Cuando perdemos la conciencia de nuestro verdadero centro y nos instalamos en el cerebro y en la razón, nos volvemos racionales y nos olvidamos de la gran sabiduría que reside en nuestras entrañas. Según la medicina oriental, dos dedos por debajo del ombligo "hacia adentro" se halla un importante centro energético:
para los japoneses es el Hara,
para los chinos es el Tan Tien.
Los antiguos taoístas chinos descubrieron que el área detrás del ombligo es el centro energético más crucial y potente del cuerpo.
Cualquier molestia o bloqueo en esta zona obstaculiza el libre flujo de la energía vital.
Esta zona representa el centro de gravedad del cuerpo y tiene relación con la confianza en uno mismo.
Si el Hara está fuerte, la persona no tiene miedos, es creativa y psicológicamente centrada.
Si hay un bloqueo, predominan las emociones como el miedo, la ira y la inseguridad.
Los orientales designan al vientre y a lo que allí reside como la conciencia profunda del ser.
El verdadero centro no es el pecho, el corazón o la cabeza sino el vientre.
*¿Cómo está nuestro centro?*
Siéntate recto, relaja tu postura así que el abdomen este blando.
Pon la punta del dedo medio en tu ombligo y, delicadamente y despacito, aprieta hacia adentro.
Controla cuánto puedes confortablemente entrar en tu barriga y si el dedo puede penetrar hasta la parte frontal de la columna sin dolor, estás limpio y libre de residuos físicos de antiguas emociones.
Una de las primeras cosas que debemos atender es re-aprender a respirar con el abdomen como hacen los bebés.
Una buena técnica de respiración es la siguiente:
*inhalar profundamente de manera que nuestro estómago se distienda, llevar la respiración hacia abajo, hacia el Hara, donde reside la esencia del "ser" (ombligo).*
*Retenemos por unos cuatro segundos y exhalamos por la boca hasta que nuestro estómago baje…*
Repetimos este tipo de respiración diez veces…
*Ahí está nuestra paz y seguridad.*
*¿Cómo despertar al ombligo?*
El ombligo está conectado directamente con cualquier otra parte del cuerpo y trabajando sobre él se puede afectar el cuerpo entero.
Los taoístas entrenan esta zona del bajo vientre para que cumpla con las funciones de "un segundo cerebro".
Lo llaman también *"campo del elixir"*, como modo de describir las oleadas de energía que se despiertan al trabajarlo.
Un buen ejercicio consiste en mantener los pies y el perineo conectados hacia la tierra,
las rodillas flexionadas, la columna vertebral alineada y recta, los hombros bajos y relajados y la cúspide la cabeza colgando como de un hilo, desde el cielo.
*Luego, la respiración y la atención deberán concentrarse en la zona del ombligo y del bajo vientre.*
Otro modo de despertar el Hara es la práctica de auto masajes.
*Uno es el Chi Nei Tsang*: a través de un suave y directo auto-masaje sobre todo el abdomen y dando vueltas con nuestro dedo pulgar alrededor del ombligo en sentido antihorario,
nos permitirá liberarnos de tensiones físicas, mentales, emocionales y espirituales.
*masaje similar es el zen-shiatsu*, en el cual también se hace presión y auto masaje sobre el abdomen para distinguir el buen o mal funcionamiento de los órganos.
La intuición nos dirá en dónde está el problema.
Con estas técnicas integrales que pueden ser auto aplicadas, lograremos el bienestar y la conexión correcta entre todos los aspectos.
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