El águila no pelea con la serpiente en la tierra, sino que la lleva al cielo y le cambia el campo de batalla y luego la suelta.
La serpiente no tiene resistencia, poder y ningún equilibrio en las alturas.
En su terreno la serpiente es poderosa y mortal. En las alturas es inútil, débil y vulnerable.
Cuando estés triste, sólo, o cansado, lleva tus luchas a las alturas en Oración y nuestro Padre Celestial peleará la batalla por ti.
No luches contra el enemigo en su zona de confort.
Cambiale el territorio de todas tus luchas y llévalo a lo más alto y tendrás la certeza que no todo está perdido. Que la victoria siempre se ganará si le creemos y confiamos en Dios.
Sigue perseverando hasta el final
Cristo no te dejará en la mitad de tus luchas y batallas.
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