Fetichismo religioso: historia, representantes y símbolos
¿Qué es el fetichismo?
En el contexto religioso, el fetichismo es una forma religiosa consolidada en una serie de creencias primitivas de carácter espiritual en el que se le atribuyen a los objetos facultades y atributos sobrenaturales, además de rendir culto a estos objetos inanimados, dado que se considera que tienen la capacidad de proteger, a quien lo porte o a un grupo de personas, de fuerzas naturales que quieran hacerle daño o perjudicarlo, por lo que los amuletos son también considerados como fetiches. De hecho, para el fetichista, los objetos pueden tener cautiva las divinidades, de manera que para ellos el objeto puede representar y ser la misma divinidad.
En este sentido, el ser humano puede establecer una protección de las fuerzas naturales con el uso de los fetiches, pues funciona como un medio que actúa sobre elementos que nosotros mismos no podemos controlar. En cuanto a la figura del fetiche, puede ser un objeto moldeado en distintos materiales, como la madera, el vidrio, la piedra, la arcilla y en general, cualquier material que pueda imitar en algunos casos a figuras como la piel, el cabello, el hueso, un animal divinizado, entre otros.
Por otro lado, es importante mencionar el fetichismo llevado al ámbito sexual, donde se ha asociado a una parafilia propiamente, la cual reside en diferentes partes del cuerpo o elementos que lleve la otra persona y que erotizan el instante.
Origen del fetichismo religioso
El surgimiento del fetichismo no puede establecerse con exactitud, sin embargo, se acerca a épocas antiguas en las que parecería tener sus primeros indicios, como es el caso del Antiguo Egipto, donde el fetichismo se mostraba a partir del culto de los objetos inanimados, considerado así como la forma religiosa más antigua en tanto a las veneraciones que tuvieron lugar posteriormente en las formas de animales que recibe el nombre de zoolatría, o en las figuras humanas.
De acuerdo a esto, el fetichismo es una representación de una evolución que surge después del dinamismo, cuya doctrina afirma la existencia de una especie de fuerza mística dentro de los objetos. El fetichismo como término, empezó a darse a conocer en el año 1757 en el continente europeo por Charles de Brosses, un francés interesado por el estudio de la literatura y de la ciencia. Así, de Brosses se refiere al fetichismo como uno de los estados más primitivos en cuanto a religión.
Más tarde, hacia el siglo XIX, Herbert Spencer, un naturalista, sociólogo, psicólogo y filósofo de la época, sugiere al fetichismo como una religión original. No obstante, durante esta misma época, John Ferguson McLennan y Edward Burnett, importantes antropólogos, empiezan a estudiar el tema y desarrollan varias teorías en torno al animismo y el totemismo para empezar a clarificar lo que constituía el término fetichismo.
El término vuelve a aparecer en el mismo siglo por Karl Marx, quien lo usa para relacionar las bases del fetichismo con el apego hacia la mercancía como uno de los ejes clave de su investigación sobre el sistema capitalista. Luego Sigmund Freud lo usa para describir una especie de parafilia.
Representantes del fetichismo religioso
Charles de Brosses
Aunque si bien el fetichismo religioso no reconoce alguna figura como fundador, se atribuye su representación a Charles de Brosses, dado que es el primero en otorgar el término, además de establecerlo como un acercamiento a características que lo consolidan como una religión.
Charles de Brosses nace en París, donde se convierte en magistrado y erudito en tema de leyes, no obstante, siempre mantuvo su interés vivo por la literatura y la ciencia. En acercamiento hacia el fetichismo, para el año 1760 publica una tesis llamada Du Culte des Dieux fétiches, en español “De la adoración de los dioses fetichistas”, el cual fue añadido posteriormente en la llamada Encicloédie Méthodique.
Herbert Spencer
Nacido en Inglaterra, Herbert Spencer fue un filósofo, sociólogo, antropólogo, naturalista y psicológico que desarrolla un especial interés en la concepción omnímoda con respecto a la evolución como parte del desarrollo progresivo que incluye el mundo físico y en él los organismos biológicos, la mente del ser humano, las sociedades y su cultura.
Sus creencias religiosas y científicas fueron fundamentalmente impulsadas por la aceptación a nociones inconcebibles, como era considerado en la época, dado que existe una inclinación hacia la noción de que si existe un interés en un creador que se encuentra dentro de la experiencia de los fenómenos, no es posible concebirse como la misma, por lo que concluye que tanto la religión como la ciencia, están de acuerdo en la existencia de una verdad que supera el entendimiento del ser humano y que solo es posible alcanzar a partir del conocimiento “relativo”. De ahí que su participación sea fundamental para consolidar el fetichismo, dado que el lo sugiere como una “religión original”.
Principios y conceptos del fetichismo
En principio, el fetichismo es un tipo de concepción mágica acerca del mundo, en el que se concede al fetiche un valor que supera al espíritu al que representa, de manera que se le puede atribuir tal importancia hasta considerarlo la propia divinidad. Si bien guarda una relación muy ligada con el animismo, el fetichismo, en ocasiones, puede considerar como un tipo de variante del animismo, además de su larga duración con el paso del tiempo.
El fetichismo puede dividirse en dos partes. La primera de ella es el fetichismo dinámico, el cual está orientado especialmente hacia los talismanes o los amuletos, mientras que la segunda parte del fetichismo se inclina hacia el culto de los objetos, dado que se considera que cada uno de ellos puede poseer un espíritu.
Importancia y valor del fetiche
Comprender el valor del objeto implica pensar que el objeto material, en el fetichismo, es en sí mismo el objeto de poder y de adoración que puede tener una personalidad y una voluntad divina. Sin embargo, no se trata de un poder general, sino que el objeto de fetiche tiene un poder específico, generalmente de carácter material, por lo que está orientado a un objetivo en particular. Esta característica explica por qué en el fetichismo los creyentes tienen una gran variedad de elementos y la acumulación de fetiches es siempre un caso recurrente.
En cuanto al valor en proporción que tiene cada fetiche, lo cierto es que se trata de variaciones distintas, de manera en que el fetichista lo conciba, por lo que lo ha elegido para un caso en particular con un propósito en específico, que, puede o no fracasar en el camino de su propósito, lo que no se entiende como que el fetiche no funciona, sino que esa no es su dirección. De esta manera, el ensayo se prueba en situaciones que pueden confirmar o desaprobar su poder en esa dirección. El fetiche puede tener una serie de casos exitosos, proceso que le permitirá ganar prestigio dentro de la tribu y que pueden llevarlo, incluso, a convertirse en un sacerdote.
Objetos de culto
Los objetos que se usan y que se convierten en elementos de culto suelen ser muy variados, por lo que no hay una estructura física que deban seguir los objetos para el fetichismo. Generalmente suelen usarse piedras preciosas o semipreciosas, pero lo cierto es que aparece una gran diversidad de objetos, como lo son: las plantas los árboles, las montañas, el agua, el viento, los animales, el fuego, el viento, los seres humanos, partes de animales, entre otros. En general, se trata de un objeto con un grado de valor significativo.
Símbolos religiosos del fetichismo
Dado que es una religión que se cimienta sobre los objetos inanimados, aparecen una gran variedad de representaciones y figuras simbólicas dentro de la práctica, las cuales están dotadas de características especiales y únicas. Estas son:
Talismán
El término proviene de la palabra árabe Tilasm y del vocablo griego Teleo, lo que hace referencia a “completo” y a “consagrarse”. Se trata de un objeto que puede ser una piedra semipreciosa o preciosa, elaborado de oro o de plata y que, generalmente, tiene una figura especial o alguna inscripción a la cual se le atribuye un efecto especial o un tipo de poder sobre la persona que lo tiene.
Khamsa
La colección de khamsa tiene que ver con el culto a las reliquias que realiza la religión cristiana, además de otras religiones, aspecto similar al de la manifestación del fetichismo religioso, dado que se veneran partes del ser humano, además de la adoración de imágenes de los santos, por lo que los objetos se convierten en elementos de devoción a través de los cuales el fiel desea establecer comunicación con la divinidad.
Nazar
Es una piedra de mal de ojo que se convierte en uno de los más importantes amuletos para la protección contra el mal de ojo. En zonas como Turquía, un nazar siempre suele estar presente en los hogares, pero también en las oficinas y habitaciones especialmente de bebés, también se coloca en los vehículos e incluso ha sido usado como un accesorio. También es conocido como el ojo griego.
Así, el fetichismo se concibe no como una religión propiamente, sino como una forma primitiva hacia las tendencias religiosas que primero se instala en el carácter espiritual para empezar a formularse dentro de una creencia religiosa donde son los objetos a los que les atribuyen facultades sobrenaturales, además de rendirse culto a estos, que reciben el nombre de “fetiches”.
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