Brujería: qué se cocina en el caldero de las brujas
El conocimiento da poder y mantener la exclusividad de ese saber era, para algunos, la única forma de obtener reconocimiento. Pero guardar mezquinamente el saber es también una forma de protección contra profanos que podrían destrozar los fundamentos de un sistema de creencias, o usarlos con fines no adecuados.
Durante el tiempo en que la brujería tradicional se desarrolló y prosperó en la Europa de la Baja Edad Media, muchos conocimientos de brujería fueron plasmados en pequeños grimorios personales, por ello es que algo de ese saber se mantiene aún. Estos grimorios se pasaron de mano en mano dentro del seno de familias involucradas con esa tradición, pero la verdad es que son más los que se destruyeron o perdieron que los que quedaron. En algunos de ellos hay cuidadosas listas de ingredientes que perduran en la memoria popular por sus nombres estrafalarios y poco convencionales. ¿Quién no escuchó de un hechizo que lleva patas de araña y ojos de lagarto? Pues bien, en esto debemos aclarar que la receta no es textual, sino que las brujas ocultaban los verdaderos ingredientes bajo nombres relacionados al aspecto de la hierba, raíz o elemento usado. Del análisis de estos documentos antiquísimos se ha podido establecer una cierta correspondencia, que podrá servir para que la próxima vez que usted vea una vieja receta mágica de algún brujo, sepa lo que contiene:
Nombre mágico
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Nombre común
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Nombre científico
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Anca de rana
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Boton de oro musgoso
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Ranunculus bulboso
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Barba de viejo
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Cionato
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Chionantus virginica
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Barbas de chivo
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Ostra vegetal
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Tragopogos porrofolius
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Cabeza de negro
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Marfil vegetal
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Phytelephas macrocarpa
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Cabeza de pastor
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Bolsa de pastor
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Cabella bursa pastoris
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Cabeza de serpiente
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Balmonia
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Chelone glabra
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Carne de víbora
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-no tiene-
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Microstylis ophioglossides
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Carne y hueso
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Tormentilla
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Potentilla tormentilla
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Cola de caballo
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Junco
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Equisetum hyemale
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Cola de lagarto
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Pechera
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Saururus cernuus
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Cola de ratón
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Uva de gato
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Sedum acre
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Cola de vaca
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Erígero
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Erígero canadense
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Cola de zorro
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Licopodio
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Lycopodium clavatum
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Colchón de mendigo
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Presa de gallo
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Bidens frondosa
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Colmena
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Planta de caracol
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Medicago scuttelata
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Cresta de gallo
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Cascabel amarillo
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Rhinantus christagalli
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Cuerda de tripa
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Guisante
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Tephrosia virginiana
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Cuerno de unicornio
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Unicornio falso
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Helgonias dioica
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Cuerno de venado
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Locopodio
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Lycopodium clavatum
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Dedos sangrientos
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Dedalera
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Digitalis purpurea
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Erizo
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Erizo
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Medicago intertexta
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Garra de ratón
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Rastrera
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Corallorhiza odontorrhiza
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Garra de gato
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Hiedra
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Nepeta glechoma
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Garra de lobo
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Licopodio
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Lycopodium claratum
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Leche de diablo ó leche de gato
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Euforbia
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Euphorbia helioscopia
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Leche de serpiente
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Euforbia
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Euforbia corollata
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Lengua de buey
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Buglosa
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Anchusa officinalis
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Lengua de caballo
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Lengua de ciervo
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Scolopendrium vulgare
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Lengua de cordero
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Lancelota
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Plantago lancelolata
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Lengua de lagarto
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Sauroglossum
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Lengua de pájaro
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Fresno europeo
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Fraxinus excelsior
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Lengua de perro
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Conoglossum officinale
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Lengua de sabueso
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Hoja de vainilla
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Liatris odoratissima
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Lengua de serpiente
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Helecho lengua de vívora
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Ophioglossum vulgatum
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Lengua de víbora
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Violeta, diente de perro
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Erythronium Americanum
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ojo de dragón
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Nephalium loganum
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Ojo de gato
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Escabiosa
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Scabiosa stellata
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Ojo de pájaro
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Eléboro falso
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Adonis vernalis
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Ojos de burro
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Mucuna
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Mucuna pruriens
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Ojos de toro
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Caléndula de pantano
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Caltha palustris
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Oreja de ardilla
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Llanten blanco
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goodyear repens
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Oreja de asno
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Consuelda
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Symphytum officinale
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Oreja de Judío
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Hongo de sauco
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Pepiza auricula
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Oreja de oso
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Oreja de oso
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Primula auricula
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Oreja de ratón
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Eracio
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Hieracium pilosella
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Pata de cabra
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Fresno
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Aegopodium podograria
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Pata de conejo
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Trébol de campo
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Trifolium arvense
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Pata de gallo
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Geranio
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Geranium maculatum
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Pata de ganso
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Chenopodium foetidum
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Pata de gato
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Serpiente de Canadá
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Asarum canadense
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Pata de liebre
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Trébol
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Trifolium arvense
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Pata de lobo
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Consuelda menor
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Lycopus virginicus
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Pata de paloma
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Geranio
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Geranium selvaticum
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Pata de pato
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Mandraque Americano
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Podophyllum peltatum
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Pata de pollo
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Rastrera
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Carallorhiza ordothorhiza
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Pata de potra ó Pata de toro
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Tusilago
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Tussilalgo farfara
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Pie de oso
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Eléboro
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Helleborus foetious
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Resina de negro
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Xanthorrhoea arborea
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Sapo
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Linaria
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Linaria vulgaris
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Trampa de cerdo ó Diente de león
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Diente de león
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Taraxacum dens leonis
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Trompa de becerro
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Linaria
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Linaria vulgaris
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Limpieza energética del hogar
En base a dichos conocimientos, muchos de los cuales se equiparan a fórmulas usadas por chamanes modernos, pueden elaborarse muchos preparados, cada uno de los cuales responde a necesidades específicas. La brujería moderna, es bueno reconocerlo, ha hecho adaptaciones locales de acuerdo con las posibilidades autóctonas, pero sin perder la efectividad de los preparados. El núcleo central en la utilización de hierbas se basa en la creencia de que cada planta está asociada a un cierto tipo de energía que aporta determinados efectos. Es así como, antes de cortar una planta mágica, se realiza un breve ritual de agradecimiento por el poder entregado y se deja un pequeño presente como muestra de respeto hacia la planta. Incluso cuando se utilizan las raíces no se debe matar la planta, sino tomar la menor parte posible, permitiendo que la misma continúe viviendo. Si el procedimiento ha sido muy invasivo, se cuidará especialmente la mata, con el fin de ayudar en su recuperación. El respeto por la naturaleza no es cosa de actuales tendencias asociadas a la Wicca y otras corrientes modernas, sino que está fundamentado en el hecho de considerar a las plantas el espacio de residencia de poderosas fuerzas necesarias para ejecutar la magia natural.
Para limpiar energéticamente un espacio se deben quemar tres ingredientes fundamentales, que aseguran una higiene muy profunda, con un evidente cambio en el clima del ambiente. Pueden encenderse algunos palitos aromáticos con posterioridad (nunca durante) ya que el olor que queda puede no ser del agrado de todas las personas.
Este pequeño pero efectivo ritual puede ser efectuado por cualquier persona, con un cierto nivel de concentración en la tarea que se está llevando a cabo.
Para comenzar, hay que cerrar bien puertas y ventanas. Se quema una cucharadita de hojas de ruda seca, una de salvia seca y una de romero seco, idealmente trozados muy pequeños. Se los deja arder sobre un carboncillo, en algún recipiente que podamos pasar por los ambientes, dejando que estos se impregnen en el humo (que generalmente es muy espeso). Una vez pasado el humo por todos los ambientes, se espera que se termine de quemar la mezcla y se abre la casa. Pueden trazarse pentáculos de protección en cada habitación para evitar que se adhieran energías degradadas al ambiente.
Este procedimiento puede realizarse cuantas veces sea necesario y con la frecuencia que se desee. Cuando se sienta que el ambiente en un hogar (por ejemplo) se pone denso, suceden discusiones, hay malestar, se escuchan ruidos extraños, se ven sombras o demás, es un buen momento para realizarlo. También si alguno de los habitantes de la casa sueña con insectos.
Fuentes
Trabajo original de Astrid Griesser para Habitantes del Caos
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