Cuando comenzamos a leer las enseñanzas y vidas de grandes personajes realizados, encontramos que éstos consiguen llegar a un desapego total y absoluto por las cosas materiales.
Su nivel de conciencia trasciende a un estado que ya no se plantean tener metas u objetivos, pues saben desde la propia experiencia que esta vida no es más que un sueño. Y que lo real está a otro nivel.
Los estudiantes, con ganas de aprender y emular a sus maestros, comienzan a adquirir los estilos de vida que éstos tienen. Y empiezan los rechazos de la materia y lo que a ella concierne.
Pero los problemas no tardan en llegar, porque no es lo mismo hacer algo porque te nace de forma natural, que si te lo impones para "llegar" donde otro está.
Un ejemplo de ello es el celibato. Ahí donde es instalado, hay desórdenes de todo tipo. Hay pruebas de ello en todas las congregaciones religiosas del mundo. Una energía tan potente, creativa y maravillosa como es la sexual, se reprime y niega porque tal y cual "santón" lo hizo. Cuando no entendemos que ese avatar había llegado a esa decisión desde la plena conciencia y coherencia, y no como una imposición personsal.
Esto también ocurre con el dinero, las metas materiales. Algunos practicantes espirituales creen que es negativo querer tener cosas. Que el simple hecho de desear está equivocado, porque desde el deseo no saben qué es lo que realmente necesita la persona.
También parece ser que si eres espiritual no puedes enfadarte, tener intereses en hombres o mujeres o defenderte de un ataque. Has de poner la otra mejilla y callarte.
Para mí, la definición de ser espiritual es ser cada día mejor persona. Yo tengo claro que es así, y de esta forma quiero llevarlo.
Y sí, tengo metas personales. Y atracción física por personas del sexo contrario. Y me enfado y "marco mi territorio" cuando alguien quiere propasarse conmigo.
Aprovecho los placeres de la tierra. Vivo en esta dimensión que me toca estar. Lo disfruto, me encantan las experiencias, ¡quiero más!
Pero todo ello desde la conciencia. Procurando no estar apegado a nada. Queriendo ser cada día más empático y compasivo con las otras personas.
Deseando estar más conectado con el corazón y tomar las decisiones desde ahí.
Estamos en esta vida porque aquí nos toca estar. No olvidemos eso. Que tengamos una conciencia espiritual no implica que no queramos saber nada de esta realidad, porque así sólo seremos "muertos en vida". Cuerpos vacíos. Personas que aquí habitan, pero que se encuentran muy lejos, soñando en mundos fantásticos y cada vez más asqueados de este momento que les toca vivir.
Si estás aquí es por una razón más sabia y poderosa que el ego que te hace cuestionarte el porqué de estar en este plano.
Sé humilde, ríndete a la evidencia (estás aquí, es lo que toca) y trata de aprovechar esta maravillosa oportunidad que se llama VIDA.
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Un abrazo
Óscar Martín
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