lunes, 27 de abril de 2015

Y CUENTAN QUE ESTO FUÉ LO QUE LE PASÓ A CRESCENCIO.......................


Crescencio se miró al espejo. Ya estaba grande para andar haciendo macanas. Enfermarse por descuidos era propio de los jóvenes pero él, todo un hombre maduro, sensato, cuidados, tenía que meditar cada paso. Ya bastantes desarreglos había hecho en sus años jóvenes.-


Y se decidió. Desde el día siguiente cuidaría su salud al extremo. Ya había aprendido a manejar la computadora, Internet, y con él Facebook, Google, las enciclopedias y, sobre todo, mensajes que le dejaban informaciones muy precisas sobre cómo cuidarse de los peligros ocultos.-


Y comenzó su actitud defensiva. Le gustaba el asado, los fiambres, las milanesas. Eliminados. Porque el Internet le hizo saber del colesterol, las grasas trans, los infartos, etc.-

Total con frutas y verduras me arreglo, se dijo. Hasta que Internet le avisó de los transgénicos, los herbicidas, los pesticidas. Borrados los frutos y verduras.-

Pasaré a las harinas y las pastas, se dijo. Pero Internet le señaló los riesgos de los conservantes, leudantes, colorantes. Salieron del plan de alimentos.-


Sacó de la heladera un sachet de leche y un poco de queso. Pero recordó que Internet decía de las lactasas, las grasas solubles, las proteasas, los agregados minerales. Con cierto lamento volcó el líquido al desagüe y el queso al tacho de basura.- No más lácteos.-


Tomaré algunos vinos, ginebras, cervezas y whiskys, fue su consuelo. Pero Internet le dijo: El alcohol, los vasodilatadores, son cardio estimulantes, hay hipertensión, no son recomendables. Lástima. No más brindis.-
Recurriré a las gaseosas. Para nada. Internet le informó de los peligros de los colorantes, las esencias artificiales, los azúcares, los edulcorantes, los solventes de los envases. 


Está la canilla. Tomaré agua. Pero Internet le previno: El sulfato de aluminio, el cloro, el flúor, son tóxicos para nada buenos. Borró el agua corriente.-


Sacaré del pozo que está a los fondos, murmuró sin darse por vencido. Ahí Internet le previno que las napas subterráneas están contaminadas por la minería que viene de lejos, más las industrias, más los pozos negros. Tampoco era buena la opción.-


Decidido a vencer, armó su bolso y subió al automóvil. Pero recordó que el tetraetilo de plomo, y ahora sus reemplazantes, los aditivos, el monóxido de carbono, eran dañinos.


 Apagó el motor, se bajó y comenzó a caminar hasta que encontró un monte silencioso, fuera de circunstanciales caminantes, y se internó con la firme decisión de impedir que las enfermedades, los venenos, los tóxicos que lo rodeaban como diabólicos fantasmas lograran someterlo.-



Tiempo después lo encontraron. Crescencio había muerto por falta de alimentos y líquidos. Pero sano, sano, sano…..

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