Siempre unidos a la Tierra (y a las enseñanzas que nos da) los indígenas Hopi contaban con este precepto.
También, como toda cultura ancestral, comunicaban a
través de símbolos. A diferencia de las letras y las palabras, que no
suelen hacer mucho más alusión que a uno o dos significados, la
simbología tiene multiples connotaciones y, además, cuentan con una
enorme profundidad… narran una historia.
Es similar a lo que sucede con los símbolos de escritura chinos, que tienen varias definiciones.
Es el caso de los mandalas para los budistas, la santa cruz para los cristianos.
Hay unos, japoneses, relativos a la sanación con manos;
todos ellos connotan oraciones con un inmenso poder – quien los usa
incluso llega a armonizarse a sí mismo o a un necesitado. Verdaderamente
funcionan como un puente hacia una fuente que brinda limpieza y
curación.
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