EL AZABACHE COMO SÍMBOLO XACOBEO Y SUS ATRIBUTOS MÁGICOS
El azabache es un fósil de madera que está asociado a la peregrinación a Santiago y a la propia ciudad de Compostela. Curiosamente, es un elemento que no encontramos en Galicia: el azabache de Compostela es el asturiano. Esta piedra fue denominada por los romanos ámbar negro, “succinum nigrum”, pues se creía que ambos, azabache y ámbar, tenían un origen común debido a ciertas propiedades eléctricas de las que hablaremos más adelante.
El azabache es una piedra negra posee varias cualidades que lo hacen único y fácilmente identificable:
- Al ser frotado sobre una placa de porcelana sin vidriar deja una raya marrón o parda. En ningún caso negra. Por lo tanto, color de la raya marrón.
- Al fresar el azabache, el polvillo resultante es marrón de olor bituminoso.
- El azabache no flota en el agua al contrario que otros productos de similar apariencia.
- Es menos frío al tacto que otros productos, como el vidrio, de aspecto similar.
- Cuando es frotado contra lana se carga con electricidad estática adquiriendo propiedades magnéticas: la capacidad de atraer pedacitos de papel u otro tipo de material liviano.
Esta última característica, el magnetismo resultante de la electricidad estática, es la causa que favoreció la creencia en sus propiedades mágicas, sobre todo como amuleto protector, entre nuestros antepasados. En Galicia especialmente asociada a las “figas” que protegen contra el mal de ojo y las conchas de vieira que protegen al peregrino. Pero fueron múltiples los tipos de souvenires religiosos para los peregrinos elaborados en azabache sobre todo entre los siglos XIII y XVIII: estatuas del apóstol u otros santos, crucifijos, medallas o medallones, portapaces, anillos, rosarios...
Nuestra ciudad mantine evidencias de la gran importancia de esta actividad en la existencia de la calle de los azabacheros: Rua de Acibecharía. Así como en la persistencia de talleres de azabache en la actualidad. La rua da Acibecharía sigue siendo la calle de acceso de la mayoría de los peregrinos. Hoy conduce a estos peregrinos a la plaza del Obradoiro o a la Oficina de Peregrinos; pero tradicionalmente los peregrinos entraban por la fachada norte de la catedral, en la cual el Antiguo Testamento estaba representado. En nuestro hemisferio norte, el lado septentrional recibe menos luz que el meridional. Nuestros antepasados dotaban de un significado religioso a esta particularidad natural; entrando por la fachada norte y saliendo por la fachada sur, las Platerías. El simbolismo era claro: el peregrino sufría una transmutación en el interior de la catedral. Entraba por el Antiguo Testamento ligado al azabache; encontraba la luz, que es Cristo, en el interior; y salía por el Nuevo Testamento transmutado espiritualmente el azabache en plata, para regresar a su hogar y comenzar una nueva vida.
El gremio de los azabacheros era de los más importantes en Compostela. Se vendieron millones de piezas a los peregrinos a lo largo de la historia; pues los peregrinos buscaban insignias, amuletos y recuerdos de su peregrinación. La Cofradía de Azabacheros nació en 1410, cuando el oficio ya había logrado una buena organización interna y, debido a la prosperidad del negocio, absorbido el gremio de los concheiros. Se conservan sus ordenanzas de 1443, confirmadas por el arzobispo Lope de Mendoza. Éstas regulaban el oficio desde el aprendizaje a la venta y hasta la comercialización; proponían medidas para vigilar la calidad del azabache; y los dotaban de un monopolio, pues, sin haber sido admitido por el cabildo de azabacheros, no se podía ejercer de azabachero ni vender azabache. Uno de los recursos con los que contaban para comprobar la calidad del azabache era pasar la prueba de “tomar a palla”. Se frotaba la pieza contra un paño de lana para que se cargase de electricidad estática. Si no atraía pedacitos de paja era señal de ser otro tipo de piedra negra, pero no azabache.
El azabache compostelano procedía tradicionalmente de Asturias. Hoy en día llega de otros lugares del mundo e, infelizmente, debe hacer frente al fraude con productos de imitación. En España también se encuentra en Teruel y en Portugal, en Peniche y en Batalha. En los Estados Unidos las tribus Navajo y Pueblo utilizaron el azabache para ornamentar sus armas pues es abundante en Nuevo México, Dakota del Sur y Colorado. En el resto de América se encuentra azabache en México y Venezuela. En todo caso, históricamente, los dos lugares con mayor fama de azabache son Whitby, en Inglaterra, y Asturias.
El azabache asturiano procede de protopináceas y, tal vez, araucariaceae datables en el período Jurásico, hace 65 millones de años. La pieza elaborada en azabache más antigua de España es un colgante que se encontró en la Cueva de Caldas (Oviedo) y pertenece al Solutrense Superior en torno al 15.000 a.C. La zona donde es más abundante en Asturias es la de Villaviciosa.
La última mina de extracción de azabache, Les Caves, cerró en 1923. En 1938 el minero Tomás Noval consiguió un permiso para extraer azabache de las escombreras de Oles (Villaviciosa). Hasta su fallecimiento, en el año 2008, con 87 años, Tomás Noval fue el proveedor de todo el azabache asturiano para la produción artesanal. Con su desaparición hace décadas que no se extrae el mineral. Ha habido varios intentos de reabrir la mina pero infructuosos. La Asociación Azebache de Villaviciosa, consciente de que una mina industrial no sería rentable, proponen que se abra una mina artesanal unos meses al año para abastecer de material y que además se pueda aprovechar para el uso turístico.
La palabra azabache procede del árabe “az-zabay” que al parecer significa lignito cristalizado. De hecho, por su grado de evolución, esta piedra se encuadra en la clase de los lignitos y, con frecuencia, es definida como una variedad del mismo. Se trata de una madera fosilizada ;principalmente originada, como hemos visto, en el período Jurásico, pero también en el Cretácico; con una evolución especial que lo diferencia del carbón convencional. Pues, sus componentes, a parte de los fósiles de carbón, incluyen partes minerales (sobre todo vitrinita) y derivados orgánicos de tejidos leñosos y celulosa. Es objeto de discusión la especie botánica que los origina. Existiendo cierta variedad dependiendo del lugar origen del azabache. Ya hemos comentado que las protopináceas son las que originan el asturiano.
El azabache, también fue denominado gagates en la Antigüedad. En sus Etimologías, San Isidoro aclara el porqué: “Gagates es una piedra hallada primeramente en Licia, Asia Menor (Turquía) que es arrojada a la orilla por el río Gagas, y de ahí le viene el nombre; hay muchas en Bretaña. Es una piedra negra, plana, suave y arde aplicada al fuego. No se borran los escritos hechos con el barro de esta piedra..." Este texto de San Isidoro menciona probablemente, al referirse a Bretaña, el azabache rival del asturiano más conocido historicamente: el de Whitby en la actual Inglaterra.
La tradición del azabache continúa en nuestra ciudad pero el número de artesanos que la mantiene es de apenas una decena. El gran desafío: el problema para abastecerse por el cierre de las minas asturianas. La falta de material asturiano ha producido la llegada de azabaches de otras partes del mundo y de otros materiales que se hacen pasar por azabache.
En todo caso, aunque la extracción del azabache asturiano pasa por momentos difíciles y el número de artesanos compostelanos es pequeño, la demanda no solo no ha desaparecido sino que se ha incrementado. El resurgir de las peregrinaciones ha traído un resurgir del interés por el azabache. Y es fácil encotrar en las tiendas de Santiago pequeñas esculturas, figas, medallas, cruces, rosarios o vieiras elaboradas en este material. Durante cientos de años, el azabache ha sido el talismán protector de los peregrinos a Santiago. Y esta piedra mágica permanecerá entre nosotros porque se ha convertido en un símbolo xacobeo.
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