"Lo que hoy es ciencia ficción será ciencia mañana". La afirmación la hace José Luis Cordeiro, profesor de la Singularity University, en California (EEUU), y uno de los organizadores de la Cumbre Internacional de Longevidad y Criopreservación que arrancó ayer en Madrid y se prolongará hasta el próximo sábado. En el discurso de este venezolano no hay espacio para el condicional. Está convencido no sólo de que la extensión de la vida será una realidad en el futuro próximo, sino de que también se podrá alcanzar la inmortalidad.
"Vamos a asistir a la muerte de la muerte", subraya. Y, aunque sus argumentos se basan más en la esperanza y la confianza en el progreso de la ciencia que en datos objetivos, se atreve hasta a poner una fecha para el logro: el año 2045. "Los avances científicos nos van a dar la posibilidad de curar el envejecimiento, que es la principal causa de enfermedad, e incluso de rejuvenecer. Ya se está haciendo a nivel celular y de tejidos, pero podremos hacerlo en todo el organismo. Yo no pienso morir, no está entre mis planes", sostiene.
Sus palabras provocan gran escepticismo, y lo sabe, por lo que enseguida continúa: "Mucha gente no lo entiende porque piensa que estos son cambios lineales, cuando la realidad es que los avances están siendo exponenciales. Secuenciar el primer 1% del genoma supuso siete años de trabajo, pero en otros siete se consiguió completar el 100%. Lo mismo pasa ahora. Vamos a poder alcanzar la longevidad indefinida porque vamos a poder curar el envejecimiento. Lo que viene es una disrupción y dejaremos de considerar el envejecimiento como un proceso natural e inevitable".
Además, añade, hilando los dos temas principales que se tratarán estos días en las instalaciones del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), "también existe un plan B: la criopreservación". Aunque reconoce que es un ámbito que todavía está dando sus primeros pasos -"no se puede criopreservar un órgano como un corazón durante mucho tiempo"-, Cordeiro vaticina que sí será una realidad en las próximas décadas que no sólo se podrá emplear en la práctica clínica y ante abordajes como los trasplantes, sino también "para conservar el cuerpo de una persona que se va a morir de manera que pueda ser reanimada en el futuro y curada de la enfermedad de la que falleció".
Ponentes del congreso, como Aubrey de Grey, gerontólogo médico en Cambridge y director del centro SENS en California (EEUU) y conocido por afirmar que "el fin del envejecimiento está ya a la vista" , coinciden con Cordeiro en su visión de un mundo cercano en el que los efectos de la edad podrán revertirse, lo que llevará aparejada la eliminación de las principales causas de enfermedad. En su intervención, el científico expuso que el envejecimiento es "consecuencia de la física, no de la biología" y, como si de un coche se tratara, abogó por desplegar un "mantenimiento preventivo" para mantener al organismo libre de enfermedad.
También Rodolfo Goya, investigador de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) considera que "la fuente de la eterna juventud está relativamente cercana" y vendrá "de la mano de la reprogramación celular".
"Yamanaka descubrió, y eso le valió el Nobel, que había un pequeño grupo de genes maestros que eran capaces de hacer rejuvenecer las células, de llevarlas a un estado embrionario. Ese hallazgo se ha podido mejorar, por ejemplo, al lograr rejuvenecer las células sin que pierdan su identidad. Además, recientemente, se ha conseguido inducir una reprogramación celular en un animal vivo, logrando prolongar su vida. Eso es una auténtica revolución, algo que hasta ahora se consideraba el sueño de los alquimistas", señala Goya a este medio en una pausa del congreso. "Va a haber una ola creciente de experimentos tratando de refinar estas estrategias terapéuticas para que los cambios logrados sean permanentes y puedan aplicarse en humanos. No es cuestión de saber si se puede, la pregunta es cuándo, aunque hay que decir que estamos empezando. No me atrevo a dar una fecha, pero la ciencia avanza a una velocidad vertiginosa. Yo nunca pensé que vería el rejuvenecimiento por vía científica hecho realidad y ahí lo tienes".
Juan Carlos Izpisúa, precisamente el líder del grupo del Instituto Salk en La Jolla (California) que consiguió revertir el envejecimiento y prolongar la vida de ratones mediante reprogramación celular, no ve, en cambio, el vaso tan lleno como estos ponentes.
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