Helmut, de 71 años, sufrió una infección por herpes zóster en la zona torácica después de recibir la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19
de la marca BionTech. Además de la fiebre, le causaba dolor el roce de
la ropa, por lo que tuvo que pasar casi un mes sin salir de casa y sin
poder vestirse. Su médico de cabecera derivó el caso a un hospital de
Berlín, en el que se le informó que el herpes zóster se manifestaba como
consecuencia y reacción a la vacuna.
Helmut, que aceptó la vacuna a regañadientes y por presión del gobierno alemán, que dictó numerosas restricciones para los ciudadanos no vacunados,
decidió entonces tomar medidas legales. La proliferación de este tipo
de casos, fruto de los efectos secundarios de la vacuna, ha llevado a
varios abogados alemanes a reunir fuerzas y presentar una demanda
colectiva en la que piden indemnizaciones cuantiosas para los afectados.
Las primeras 185 demandas civiles
contra la empresa química alemana BionTech, con sede en Maguncia, serán
presentadas a final de este mes y darán pie al primer juicio por
presunto daño de la vacuna. Dos bufetes de abogados de Düsseldorf y
Wiesbaden, que representan 135 y 50 casos respectivamente, planean
extender además las demandas contra los cuatro principales fabricantes
de vacunas.
Dependiendo del resultado de este primer
juicio, puede abrirse o no campo jurídico para demandas colectivas en el
mundo entero. Las vacunas que se desarrollaron a toda prisa
y que en su momento llegaron como salvación contra la pandemia, serán
ahora puestas a prueba ante los tribunales y peritos de la defensa y la
acusación tendrán que esclarecer si fue o no peor el remedio que la
enfermedad.
El primer juicio comenzará el 28 de abril ante
el Tribunal Regional de Frankfurt. La demandada es la fabricante de
vacunas Biontech y la primera demandante es una mujer que asegura haber
sufrido daño cardíaco a consecuencia de la vacunación, a
cuya demanda se asocia el resto. La mujer, que, según su abogado
trabaja en una profesión médica, quiere permanecer en el anonimato.
Alega que se vio obligada a vacunarse para no perder su empleo y culpa a
la empresa de haber puesto en el mercado una vacuna cuyos efectos
secundarios no habían sido suficientemente estudiados. El quid de la
cuestión será si sus abogados pueden demostrar la causalidad, si existe
una conexión directa entre la vacunación y el daño, además de que queden
excluidas y descartadas el resto de posibles causas.
El bufete de abogados de Düsseldorf asegura que ha registrado alrededor de 3.000 consultas de posibles casos,
que resultaron en 810 mandatos efectivos, de los cuales 135 irán a
juicio. El bufete de abogados de Wiesbaden, por su parte ha recibido 850
mandatos de clientes que se traducirán en las 50 demandas restantes.
Cientos de casos fueron rechazados por la escasa esperanza de victoria
judicial y los abogados calculan que miles más pueden sumarse en el
futuro si la sentencia es favorable a sus demandas. Y confían en que así
sea, porque a pesar del momento de excepción sanitaria que se vivía
cuando la primera de las vacunas fue puesta en circulación, esta está
sometida a la Ley del Medicamento y la ley de Responsabilidad sobre el
producto, como el resto de las medicinas que se comercializan en
Alemania, de manera que el fabricante es considerado responsable si se
comete algún tipo de error de producción.
«Asistiremos seguramente a una batalla de
expertos», ha adelantado el abogado Tobias Ulbrich a Tagesspiegel. La
agencia alemana DPA ha bautizado el proceso como «juicio dinosaurio» por las enormes consecuencias de jurisprudencia que dependen de su sentencia.
Los abogados de la defensa, por su parte,
confían en que esa sentencia reconocerá que «hasta el momento, en
ninguno de los casos examinados por Biontech se ha demostrado una
conexión causal entre los problemas de salud descritos y la vacunación».
«Nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad como fabricantes de
vacunas», ha dicho una portavoz de la empresa, «Biontech examina
cuidadosamente cada caso en el que se presentan reclamaciones, pero el
requisito previo es que los abogados presenten suficientes documentos».
La estrategia de la defensa será pedir que cada caso sea evaluado de manera individual:
«podemos confiar únicamente en los hechos médicos para determinar si
existe una relación causal o no y, desafortunadamente, eso es
exactamente lo que falta en casi todos los casos».
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