LOS MUERTOS PERDIDOS
En todas las tertulias de radio y TV del Reino de España escuchamos cada día a opinadores generalistas con cero conocimientos sobre Biología que se esfuerzan por desprestigiar a los que ellos llaman "negacionistas" o "conspiranóicos" con una sonrisa sardónica y palabras ridiculizantes. A veces las cadenas ponen a un "virólogo" o un médico que trabajan en grandes instituciones y que por tanto no pueden hablar con libertad porque peligrarían sus puestos de trabajo y sus carreras. Estos últimos saben pero no dicen, y los otros dicen pero no saben.
Escuchen a esos biólogos que salen con multitud de nombres y que ustedes confunden casi siempre con médicos (doctor, investigador, científico, virólogo, inmunólogo...) y analicen cómo se expresan. Hacen enormes esfuerzos dialécticos por no meter la pata (recuerden que no son comunicadores) y ello los conduce indefectiblemente a no decir nada. Pisan terrenos comunes y tópicos ya conocidos, alargan las frases enumerando obviedades: "hay que tomar las medidas bla, bla, blan..." y emplean expresiones como "ya veremos", "hay que ser prudente", "se investiga..." pero el espectador se queda indefectiblemente con una sensación incómoda de ¡esto ya lo he oído mil veces! no aportan nada porque no pueden decir la verdad aunque la sepan.
Los mas agresivos suelen ser los que menos saben.
Entonces, tras ocho meses de aguantar esto, millones de personas con sentido común cansadas de no recibir respuestas y de asistir a un discurso pactado y único, van descubriendo las redes sociales, si, ese sitio horrible lleno de charlatanes y mentirosos que no se debe mirar nunca.
Y resulta que se les abre un mundo nuevo, que ven que miles de científicos, divulgadores serios y estudiosos tienen cuentas de Twitter, Facebook, Telegram... ¡incluso Premos Nobel!
Estadísticos, biólogos, veterinarios, médicos libres (hay pocos pero hay), investigadores de redes excelentes, gente a la que la pandemia ha motivado para buscar la verdad de forma independiente... ¡ni uno de nosotros aparecemos en los grandes medios, a ninguno nos llaman para esas tertulias! y digo yo que si tanta razón y argumentos tienen ¿que mejor que llevar a alguien como yo para que me machaquen en el plató y me ridiculicen con datos? sería genial, así la gente dejaría de creernos... ¿no les parece raro que no lo hagan?
Las noticias falsas y los bulos se desmontan fácil con argumentos, si tanto citan a la Ciencia ¿por qué nunca llevan a un científico libre y disidente para desmontarlo en directo?
Tanto los que hablan sin saber como los que saben sin hablar se dedican a burlarse, a ningunear, a mofarse... ¡pero no responden a las dudas que los otros plantean! simplemente las ignoran.
Y como la gente no es tonta, al menos toda no, una legión creciente de personas honestas e inteligentes se informan cada vez más aquí y menos con el periodismo cautivo de las grandes firmas.
La presión sobre los profesionales científicos, biosanitarios y periodísticos es enorme; se han encargado de presionar y amenazar de tal suerte que el que se salga del guion perderá su empleo, desaparecerá, dejara de ser llamado a esas tertulias lucrativas en las que por no investigar y decir lo que te indican cobras y vuelves una y otra vez, te haces famoso, puedes escribir libros y alternar con la farándula. Para muchos eso es irresistible.
En caso de dudas han creado las agencias de propaganda Newtral y Maldita para que el tertuliano obediente busque argumentos de corta pega por si se encuentra en un apuro.
Pero miren, y lo he dejado deliberadamente para el final, a esto que les voy a exponer es a lo que NO RESPONDEN.
El Instituto Nacional de Estadística del Reino de España INE publica los datos oficiales de los fallecimientos de cada año detallando sus CAUSAS, esto es accesible a cualquiera que entre en su web. Son datos complejos, por eso apenas están terminados los de 2019 y los últimos seguros son del año 2018, antes de que esta INFODEMIA alterara todo.
Pues bien, en 2018 murieron en España de enfermedades respiratorias exactamente 53.687 personas.
Mirando por patologías concretas viene desglosado (neumonías, etc), y sumando todas ellas sale la cifra 24.665
¡¡¡FALTAN 29.022 muertos POR ENFERMEDADES RESPIRATORIAS en 2018 que NO tienen filiación ni causa conocida !!!
¡Úhmmm qué curiosa cifra y cuánto se parece a la asignada a Covid en 2020! ¿no les parece? Salvo que entonces no le importó a nadie y ahora es EL ARGUMENTO: " Pero Don Fernando ¿de qué se muere la gente en los hospitales?" Pues resulta que ya pasaba en 2018 y usted no tenía la menor idea de ello.
Esto pasó hace tres años, pero resulta que entonces las enfermedades respiratorias nos importaban un pimiento, estábamos preocupados por Greta y la Iglesia de la Calentología, íbamos a morir todos ahogados por la subida de los mares.
Este sesgo cognitivo, este Efecto Halo es el que conduce a los COLABORACIONISTAS a tomar el camino sencillo: CREER.
Gente que jamás en su vida tuvo información sobre enfermedades ni virus recibe de pronto un aluvión que no puede digerir y todo le parece nuevo y horrible. Parece que en 2018 no moría nadie ni había coronavirus. Se olvidaron de los colapsos de UCI por gripe de cada año. Parece que nadie tosía ni tenía fiebre, todo es de ahora, se han convertido en PANDEMITAS y su enemigo es Miguel Bosé y los payasos de las redes.
Convirtieron lo COTIDIANO en COVIDIANO.
Pues bien, como mi intención es CONVENCER a la mayor parte de buena gente que todavía cree en los telediarios, ahí os dejo este ejemplo oficial y con cifras de esas cosas que los tertulianos de goma no explican, ni rebaten, ni mencionan.
Somos pocos los que podemos hablar sin perder nuestros trabajos, somos pocos los que no tenemos miedo a los insultos y los ataques a nuestro prestigio profesional, y menos aún los que lo hacemos gratis, sin cobrar de nadie y recibiendo agresiones verbales sin parar.
En mi caso considero que es mi obligación moral hacerlo. Creo que por lo que sea me ha tocado y que no debo medir riesgos personales siempre que la Ciencia de verdad, la de los que una vez fueron "negacionistas" por ir contracorriente sea mi guía.
Ellos, los Copérnico, Giordano Bruno, Mendel, Félix de Azara, Charles Darwin, Ramón y Cajal, Balmis y tantos otros que empezaron intuyendo algo que el "consenso científico" de su tiempo no compartía hasta que consiguieron demostrarlo. Porque en ciencia la evolución se produce por esas mutaciones ideológicas que surgen cada poco, por esos conspiranóicos que pensaron fuera de la caja.
Mediten lo que quieran, pero háganlo con libertad y con rigor, no acepten un "no hay evidencias" de los que no las buscan para no hallarlas.
Mueva su propio foco en la oscuridad.
Un aullido.
Fernando López Mirones.
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