DIOS NO TIENE LA CULPA.

DIOS NO TIENE LA CULPA.
Extraído del libro “VIVIR EN LA CABEZA”
Auto: Pedro Emilio Guerrero M .

El problema de muchos de nosotros, es que ignoramos que a la naturaleza por mandato superior la rigen unas leyes y unos mandatos cósmicos universales, razón por lo cual funciona perfectamente y sin que nadie esté cambiando las reglas. En el universo todo está comandado por una información que le da soporte a unos modelos. Modelos que vienen a definir las diferentes realidades de este universo incluso la nuetra. Como todos sabemos, haciendo parte de este universo está el planeta tierra del cual hacemos parte. Pero la mayoría de los humanos apoyados en sus "creencias y miedos " quieren de manera insensata, que estas leyes y mandatos universales se comporten y se cumplan de acuerdo su conveniencia. Entonces se inventaron la palabra “milagro” para dar nombre al suceso cuando violan estas leyes y por un pelo logran salir airosos o favorecidos de algún percance, achacándole a Dios este hecho. Está establecido de antemano que quien viole estas leyes y mandatos sufrirá inexorablemente las consecuencias ya que las reglas de juego están establecidas, y que Dios no está de por medio en estos hechos.

Si Ud se desplaza a una velocidad de 200 Kms/h metido en un vehículo sin ninguna protección ni seguridad, existe un 99 % de probabilidades que estas leyes físicas lo maten así crea en Dios o no. Sin embargo hay insensatos que creen que por tener un rosario o un cristo colgando en el espejo retrovisor del vehículo no les pasara nada. Creyendo también que si manejan a altas velocidades, pero se encomiendan a Dios, él suspenderá la ley física de la acción-reacción cuando el carro se estrelle contra un muro u otro vehículo y así no les pase nada.

Está establecido por leyes de la naturaleza que en invierno lloverá y en verano hará sequía. Así es que funciona la ley natural. Pero el hombre en su terquedad y su Ego acude a Dios en verano para pedirle que suspenda o que viole su propia ley por un momento, y le mande de manera personal unos cuantos aguaceros y así poder hacer su cosecha, y que después de haber recibido el favorcito o "milagrito", la ley siga funcionando como si no hubiera pasado nada

Es ley y físicamente está demostrado que todo cuerpo que sube tiene que caer, y el golpe que se dará este cuerpo contra el suelo, dependerá de factores como la altura, la gravedad y su peso. (Ep = m x g x h). Sin embargo hay personas que se lanzan al vacío de un edificio o montaña de gran altura con unas prendas que les permite volar y aterrizar en un lugar determinado, pero quieren que por el hecho de ser cristianos y encomendarse a Dios, si algo falla, la ley no se cumpla con ellos, y no les pase nada.
Está claro que si no sabes nadar y te tiras a cruzar rio amazonas, te ahogaras. Pero hay insensatos que creen que por el hecho de ser cristianos y encomendarse a Dios no les pasara nada, y se tiran al rio esperando que Dios les haga el milagrito, a los dos días los encuentran flotando rio abajo. Este es el verdadero problema de los humanos.... querer que Dios manipule el funcionamiento del universo de acuerdo a su conveniencia. Lo que pase en uno u otro sentido no es problema de Dios. Nadie los está mandando a lanzarse al Amazonas sin saber nadar. Ni tampoco a lanzarse de estas alturas, ya que cualquier cosa puede pasar; ni a manejar a 200Kms sin protección y borrachos. Ni a tratar de cosechar en verano sabiendo que no es lo correcto. Yo creo que "Dios no anda jugando a los dados" con sus leyes, el que las viole o haga mal uso de ellas, asumirá las consecuencias y punto.
Tanto para el que muere, como para el que se salva; para el que gana o el que pierde, Dios no mete la mano haciendo en este sentido de manera particular milagritos. El estableció las reglas y simplemente deja que se cumplan; viva el que viva, muera el que muera. Las consecuencias siempre estarán allí, independiente de las historias de milagros que este hombre basado en sus miedos y creencias religiosas se invente para justificar lo que le ocurre.
PEDRO GUERRERO MALDONADO