El fisioterapeuta ciego del grupo ciclista trató, entre otros, a Pep Guardiola y Pedro Delgado
Regentaba una clínica donde los pacientes sólo abonaban la voluntad
Manolo Saiz le fichó en 1989 y permaneció en la estructura de la escuadra hasta 2004, cuando la organización de ciegos dejó de patrocinar a la formación deportiva. En ese periodo de tiempo, muchos corredores ajenos al conjunto ONCE acudían a él para solucionar sus problemas, hasta que Saiz le prohibió curar a ciclistas de la competencia.
«El Brujo no masajeaba, él te metía los dedos donde estaba la lesión, te hacía mucho daño, pero te curaba. Yo llevé a su consulta a gente que iba coja y salía andando, como si fuera un milagro. Tenía un don», recuerda Eduardo Chozas, ex ciclista, ahora comentarista de Eurosport. El milagro de Rubio radicaba en un extraordinario conocimiento de la musculatura.
Aliviaba el dolor apretando en la zona dañada, facilitaba el riego sanguíneo. No tenía título oficial de fisioterapia, pero los deportistas confiaban más en él que en los licenciados. Pablo Antón, mánager de la ONCE, recalca que en los Juegos Paralímpicos, los atletas siempre querían tenerle a su lado.
Rubio, que se quedó ciego cuando era niño, disponía de una ayuda económica de la Organización Nacional de Ciegos. Hasta su jubilación, regentaba una consulta en Leganés, donde diariamente atendía alrededor de 30 personas, nunca cobraba nada, el paciente sólo daba la voluntad, muchos dejaban dinero en la cajita, otros aportaban regalos. «Era muy extrovertido, con una gran capacidad para ayudar a todo el mundo», apunta Saiz.
«El Brujo veía a través de sus manos. Conseguía lo que no lograba el traumatólogo. Era un tipo alegre, muy chistoso.», dice Chozas. «Los jóvenes del equipo le puteábamos mucho, pero siempre respondía con humor. Era increíble», rememora Carlos Sastre, que conoció a Rubio cuando trabajaba en una clínica en Carabanchel, antes de fichar por el grupo ONCE.
Tenía un talento natural para sanar, pero también se preocupó de estudiar. En los últimos años en el equipo de la ONCE usaba métodos relacionados con la acupuntura. Tras disolverse el equipo, mantuvo contacto con el mundillo del ciclismo, sobre todo, con los técnicos Santiago García y Sebastián Pozo.
Miguel Ángel Rubio, fisioterapeuta, nació en 1946 en Fuensalida (Toledo) y falleció el 25 de octubre de 2015 en Leganés (Madrid).
Pablo de la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario