viernes, 25 de marzo de 2022

Bernard Werber: “¿Y si los animales nos juzgaran?”

 

Bernard Werber: “¿Y si los animales nos juzgaran?”

Entrevista

El autor francés emprende la publicación de su trilogía narrada y protagonizada por gatos

BERNARD WERBER, ESCRITOR FRANCÉS QUE PRESENTA UNA NOVELA PROTAGONIZADA POR GATOS

Bernard Werber

Mané Espinosa

En los años 90, su trilogía novelesca protagonizada por hormigas le convirtió en uno de los autores más vendidos del mundo (se calcula que unos quince millones de ejemplares). Tras varias decenas de libros publicados desde entonces, el francés Bernard Werber (Toulouse, 1961) vuelve a meterse en la piel de unos animales, pero ahora no se trata de insectos sino de felinos. El primer volumen, El despertar de los gatos nos presenta a Bastet, una arrogante gatita doméstica de Montmartre que un día conoce a un nuevo vecino, el siamés Pitágoras, dotado de la capacidad de comprender el lenguaje de los humanos. Juntos se enfrentarán a un poderoso clan de ratas en París. El segundo tomo sucederá en otros lugares de Francia y el tercero en Estados Unidos.

“Tras los atentados terroristas del 2015, en Bataclan y otros lugares, con 131 muertos, me pregunté cómo se podría hablar de eso de otro modo. Pensé que un punto de vista no humano sería enriquecedor. ¿Qué pensaría mi gato Domino de esos atentados si pudiera comprenderlo? ¿Y si los animales nos juzgaran? A partir de esa idea, observé pacientemente a mi gato, megalómano, egoísta y pretencioso, como un niño caprichoso, en él está basado Bastet. Mi gato me considera su criado y su gran frustración es que no consigue abrir y cerrar las puertas, ese es el superpoder humano que les falta. Conoce a Pitágoras, que le introduce la perspectiva de una comunicación inter-especies”.

“Es muy cruel que los capemos, decimos que los amamos pero les cortamos la fuente del placer, eso está mal”

Bastet es, además, la narradora. Para ello, Werber ha intentado “alejarme del intelecto humano, de sus prejuicios y conocimientos” y profundizar en lo que él llama “la comunicación inter-animal. Un gato es su cuerpo, un escritor su cabeza y he tenido que darme cuenta de muchas cosas. Nuestras columnas vertebrales son muy diferentes, la suya es más flexible y le produce sensaciones más agradables. Duermen la mitad de su vida, mientras que nosotros solo un tercio. Lo que les falta es el conocimiento del pasado de su especie, la historia de sus ancestros. Y su percepción del espacio es muy limitada”.

Sumergido en mil lecturas, ha descubierto cosas como “la terapia del ronroneo, cuyas vibraciones tienen efectos benéficos sobre nosostros, es una frecuencia base que no solo indica que están contentos sino que nos desean y transmiten buena salud”.

Sexualmente, “son promiscuos, hacen el amor con varios individuos en una misma noche, sobre los tejados, por eso en la edad media los asociaron al diablo. Pero hay individuos monógamos también. El acto del acoplamiento les provoca gran dolor en el momento de la salida del pene, es una mezcla de placer al entrar y dolor al salir”. En este terreno, cree que “es muy cruel que los capemos, decimos que los amamos pero les cortamos la fuente del placer. Objetivamente, nos portamos mal con ellos, es lo que ellos nos dirían”. Por contra, “una madre gata puede matar y comerse a un hijo enfermo para dedicarse a curar a los otros, no tienen nuestra moral cristiana”.

Los gatos, en la novela, se van humanizando, por ejemplo “van adquiriendo humor. Los gatos no hacen payasadas, tienen su dignidad, una conciencia de su nobleza”.

“Son los animales que más sueñan –prosigue–, según los estudios cerebrales que se han hecho. En eso coinciden con los grandes artistas humanos”.

La novela tiene algún elemento de ciencia-ficción y un tono apocalíptico. “No quería que pareciera una película de Disney –sonríe el autor–, así que metí política y violencia. Me he inspirado en peleas que he visto durante partidos de fútbol –vivo cerca del campo del PSG– que parecen guerras callejeras”. Las batallas entre gatos y ratas tienen un tono épico. “No es cierto que los gatos ganen siempre a las ratas. Yo he visto a una rata sola vencer a un gato en combate. Hay muchos factores a tener en cuenta, sobre todo la inteligencia”.

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