No me hables de virus sin cura, de privación de mis derechos, ni menos de vacunación obligatoria.
Mejor yo te hablaré de la sanación cuerpo alma, de la libertad de elegir y de las maravillosas plantas curativas de nuestros antepasados.
Te llevare a la montaña, para que saborees su aire medicinal, beberás las aguas puras y cristalinas de los ríos y sentirás el poder de la tierra y el rayo sobre tu alma.
No me digas de protocolos, exámenes y hospitales. Mejor te sentaré frente al abuelo fuego, bajo un cielo estrellado al compás del mágico tambor y su canto que remueve hasta los huesos.
No intentes encerrarme, ni distanciarme de mi prójimo y la vida. Mejor desnudaré tu cuerpo y permitirás que los sagrados rayos del sol penetren por cada una de tus millones de células, para luego verter el aceite sagrado sobre tu piel que cura todo mal.
No me hables de ciencia sin corazón ni consciencia, yo te hablaré de la sabiduría ancestral que endulza el alma y de las prácticas que liberan el dolor de la vida.
No tengas miedo a la muerte, ya que te mostraré la infinidad de la vida, como parte de los ciclos naturales del existir y aprenderás a volar con tus propias alas, libre de todo mal, libre de toda cadena.
Respira la verdad que se halla en tu corazón y recuerda el poder que nuestro Gran Padre otorgó a nuestras valientes almas.
- Colibrí Azul -
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