A pesar de que este tipo de tratamiento contra la depresión ha tenido gran aceptación por su eficacia, aún queda un largo camino por recorrer para su legalización
Joaquín, un hombre de 35 años, fue diagnosticado con depresión clínica, una enfermedad que altera la percepción que se tiene del mundo, que puede provocarle, a quien la padece, deseos de poner en suspenso diferentes ámbitos del actuar cotidiano: la familia, las relaciones personales, el trabajo. Pero también –y quizá lo más preocupante de la enfermedad– es que provoca síntomas fisiológicos como ansiedad, pérdida del sueño, del apetito y falta de interés para muchas actividades.
Me sentía tan cansado que en muchas de mis mañanas ni siquiera podía levantarme de la cama. Mi familia y mis amigos se dieron cuenta que yo ya no era el mismo. No podía disfrutar de las cosas que me gustaban. ¡No entendía qué me estaba pasando y me preocupaba pensar que me sentiría así para siempre!
La depresión puede afectar a cualquier persona. (Foto: PsicoActiva)
La depresión puede desatarse en cualquier persona, sin importar sus edades, situación que ha puesto a los antidepresivos entre los medicamentos más recetados. De hecho, más de uno de cada diez estadounidenses mayores de 12 años los consume como tratamiento, según un informe del Centro Nacional de Estadísticas de Salud.
A pesar de la medicación oportuna contra la depresión, el problema es que diversas asociaciones e investigaciones científicas han asociado a este tipo de medicamentos con diferentes efectos secundarios que empeoran el cuadro clínico. Para darnos una idea de esto basta tomar en cuenta un análisis publicado en el BMJ (British Medical Journal) en 2016.
En el mismo, un grupo de investigadores del Centro Nórdico Cochrane, en Copenhague, demostró que algunas compañías farmacéuticas no estaban informando a los pacientes sobre los daños "totales" en sus informes de estudios clínicos. Los autores del estudio analizaron dos tipos comunes de antidepresivos: inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), y en ambos casos encontraron que la incidencia de pensamientos suicidas y de comportamiento agresivo se duplicaba en niños y adolescentes que los usaban.
Muchos medicamentos contra depresión tienen efectos secundarios. (Foto: Rincón de la Psicología)
Pero si los medicamentos contra la depresión ocasionan muchos daños, ¿entoncesqué otra alternativa tienen los pacientes? Es extraño, pero puede que los hongos alucinógenos sean la clave para aliviar los síntomas de la depresión sin condenarlos a los efectos secundarios de la medicación.
Científicos del Imperial College de Londres, quienes se han dedicado por meses a analizar las propiedades de diversos hongos, detectaron mejoras significativas en la capacidad de respuesta emocional en un pequeño grupo de pacientes con depresión moderada a grave y luego de ser sometidos a dos sesiones de terapia con hongos.
Según los investigadores, la razón de la buena respuesta de este nuevo tratamiento natural se reduce a una sustancia llamada psilocibina, el principal componente psicodélico en hongos y responsable de sus propiedades alucinantes que alteran el estado de ánimo.
Los hongos actúan contra la depresión. (Foto: Upsocl)
Durante el estudio, veinte pacientes recibieron dos sesiones con una semana de diferencia, ambas con psilocibina. Los científicos tomaron resonancias magnéticas de los voluntarios antes y después del tratamiento para controlar el efecto de la droga sobre la amígdala, el área del cerebro que ayuda a procesar las respuestas emocionales, el estrés y el miedo.
A los pacientes se les mostraban imágenes de rostros que reflejaban tres emociones: neutral, miedo y felicidad. Las resonancias tomadas después del suministro de los hongos revelaron una mayor actividad en la amígdala derecha al ser expuestos a imágenes de caras temerosas y felices. Sin embargo, fue la mayor respuesta a las caras temerosas en comparación con las caras neutras lo que se correlacionó con las mejorías clínicas en los síntomas una semana después del tratamiento.
«Me sentí mucho más ligero, como si algo se hubiera liberado, era una purga emocional, el peso, la ansiedad y la depresión habían desaparecido», comentó uno de los pacientes del experimento.
Hay diversos lugares en donde quieren legalizar los hongos mágicos. (Foto: RadioLevy)
A pesar de que este tipo de tratamiento contra la depresión ha tenido gran aceptación por su eficacia comprobada, este aún no es legal en muchos países. Para empezar, California, Estados Unidos, busca su legalización y este 2018 buscarán votar a favor de la misma.
Actualmente, las encuestas sugieren que sólo el 20 por ciento de Estados Unidos está a favor de la legalización de los hongos, pero en California este porcentaje apunta a ser mayor, sobretodo si tomamos el ejemplo de la marihuana, una droga estigmatizada pero que logró ser legal en ese estado que busca dar libertad a quienes necesitan un tratamiento más eficaz.
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