Hoy os traemos un texto de Juan José López Martínez, que relata una sesión con uno de sus pacientes, en la cual le hace retroceder hasta el momento justo de su nacimiento.
LA PRIMERA VIVENCIA DEL ALMA
“—Ve a la experiencia que tu Alma necesita trabajar en este momento.
—Está todo muy oscuro y tengo la sensación de ser muy pequeño, me siento diminuto y me rodea una gran inmensidad negra. Ahora parece como si me fuera agrandando. Soy como un punto que se va expandiendo. Estoy viendo como una especie de tubo conectado a mí. Es un lugar cómodo y caliente. Ahora ya no es tan oscuro, se ha ido aclarando, es como si hubiera abierto los ojos poco a poco y me siento tranquilo.
—Está todo muy oscuro y tengo la sensación de ser muy pequeño, me siento diminuto y me rodea una gran inmensidad negra. Ahora parece como si me fuera agrandando. Soy como un punto que se va expandiendo. Estoy viendo como una especie de tubo conectado a mí. Es un lugar cómodo y caliente. Ahora ya no es tan oscuro, se ha ido aclarando, es como si hubiera abierto los ojos poco a poco y me siento tranquilo.
Me estoy viendo las manos y los pies, y me muevo como si estuviera en un balancín. Es como si estuviera flotando dentro de un huevo o algo así.
—Muy bien, sigue.
—Es todo muy suave y agradable, aunque a veces doy patadas para llamar la atención como queriendo decir, a quien esté fuera, que me deje salir.
—Como si estuvieras, ¿dónde?
—Estoy en el vientre de mi madre, en esta vida como Julio. Es el séptimo mes.”
—Muy bien, sigue.
—Es todo muy suave y agradable, aunque a veces doy patadas para llamar la atención como queriendo decir, a quien esté fuera, que me deje salir.
—Como si estuvieras, ¿dónde?
—Estoy en el vientre de mi madre, en esta vida como Julio. Es el séptimo mes.”
EL ETERNO PRESENTE DEL ALMA - Juan José López Martínez
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