Habías pensado alguna vez que muchos de tus problemas recurrentes en tu vida o bien sentimientos podrían tener su origen en un pasado tan remoto, donde todavía no habías nacido. Suele suceder que muchos conflictos, comportamientos o desgracias no tienen una explicación en tu situación actual, sino que se remontan a conflictos no resueltos que se suscitaron en otras generaciones de tu clan familiar.
Es decir, tal vez alguna circunstancia o hecho de tus abuelos puede estar afectado tu vida; provocando enfermedades, conflictos interpersonales, soledad, divorcios, secuestros, tragedias, sufrimiento, etc.
Los problemas no resueltos o bien traumáticos que no pudo resolver una generación pasa a la siguiente generación; viviendo circunstancias trágicas o recurrentes hasta que algún miembro de la familia le pone fin; lo resuelve, aunque no sea realmente su responsabilidad.
Hellinger, creador de las constelaciones familiares, afirma que adquirimos experiencias, sentimientos, misiones así como comportamientos de familiares que vivieron en generaciones anteriores. Los sentimientos que no corresponden a las situaciones actuales; son sentimientos prestados.
Cada familia forma un sistema donde cada uno de sus integrantes está conectado con todos los demás no importando el transcurso del tiempo y las generaciones que pasen. Todo lo que nuestros antepasados vivieron afectan nuestra personalidad y nuestra vida; estemos o no conscientes de ello.
Así mismo las decisiones que tomes y las experiencias que vivas trascenderán a través del tiempo, afectando para bien o para mal a tus descendientes (hijos, sobrinos, nietos, etc.)
Cada familia cuenta su propia historia de acuerdo a los eventos y acontecimientos que vive cada miembro de su familia; compartiendo sus tradiciones y costumbres, un sistema de valores, principios, creencias, rituales, secretos.
El sistema familiar está guiado por reglas, patrones que van incorporándose en nuestro inconsciente a través de las generaciones; es decir somos guiados por una conciencia de grupo que es la de nuestra familia.
No tan sólo heredamos rasgos físicos, temperamento, de nuestros ancestros; heredamos la memoria ancestral y mandatos que nos han impuesto sin tener conciencia de ello. En nuestro presente estamos todavía conectados con las vidas y destinos de nuestros ancestros que ya no están físicamente en el mundo de los vivos; e influyen en nuestros sentimientos, pensamientos y forma de vivir.
Para poder solucionar las desgracias o infortunios que nos suceden en nuestra vida, como secuestros, accidentes, asesinatos, abandonos, divorcios, etc. es necesario encontrar primero las causas, que pueden radicar en la conciencia de nuestra familia.
Revisa tu historia familiar
Es posible acceder a la conciencia de nuestro sistema familiar para darnos cuenta de las causas y así encontrar soluciones gracias al método de constelaciones familiares, creado por Bert Hellinger.
La familia como unidad intenta mantener su totalidad; en el caso que se excluyera a un miembro de la familia por el motivo que sea; la conciencia colectiva busca mantener esa unidad, eligiendo a otro miembro de otra generación posterior para volver a la totalidad.
¡Todos los miembros de la familia tienen derecho a pertenecer al sistema familiar!
Sentir que pertenecemos a la familia es más que una necesidad que nuestra conciencia personal cuida para que este vínculo no se ponga en riesgo.Si tratáramos de separarnos nos sentiríamos tan mal que tendríamos que rectificar para sentirnos bien.
Los eventos significativos que han ocurrido en la historia de los integrantes de la familia, así como muertes prematuras, suicidios, accidentes, asesinatos, enfermedades psiquiátricas, incestos, encarcelamientos, etc. han marcado la conciencia del clan, que tratará de compensar en las siguientes generaciones.
Por ejemplo en el caso de los secuestros, existen en la historia de la familia despojos que deben ser saldados, para que no se vuelva a repetir tal hecho.
Si hemos sufrido el abandono; tal vez tenemos que dar amor para sanar esa historia familiar.
Existe un equilibrio entre el dar y recibir. Cuando nos dan amor, bienes, etc. pactamos el compromiso de devolver; de dar algo a cambio a manera de compensar. De igual forma surge la necesidad de vengarnos cuando nos han dañado.
No te debo, ni me debes; estamos en paz
La felicidad depende del intercambio de cuanto se da y cuanto se recibe. El dar y recibir producen una sensación de felicidad y plenitud; es una ley que rige a las sanas relaciones y al universo.
Es importante dar orden a la familia, equilibrar el dar y recibir y el derecho a pertenecer al grupo familiar.
La sensación de malestar o placer nos indican si hay equilibrio en nuestra vida.
La conciencia colectiva es mucho más imponente que la conciencia personal; es primitiva, ancestral, donde para ella es mucho más importante que sobreviva el grupo.
Constelar a la familia permite traer a la luz lo que la conciencia del clan quiere compensar; permite revelar los secretos relevantes que al conocerlos permite poner fin a las desgracias y tanto sufrimiento, como el abandono, soledad, violencia intrafamiliar, enfermedades, adicciones, etc.
Dar orden y amor; así como pertenecer es la base para vivir una vida en paz y armonía.
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